SAN ANDRÉS: Magia, color, sabor y diferencia.

SAN ANDRÉS: Magia, color, sabor y diferencia

Autor: Sara Inés Hoyos Riascos

Facultad de Humanidades y Artes

Pisar un territorio tan impropio como distante; ver isleños que no lucen, no hablan, no creen, no piensan ni sienten como la gente del resto de Colombia; apreciar los siete colores que ofrece el mar Caribe; presenciar los atardeceres en tonos rosas; respirar los exquisitos aromas de una cultura edificada por esclavos africanos y haitianos abandonados en tierras lejanas por aligerar la carga de barcos que llevaban cientos de ellos; sentir los ritmos adueñándose del alma; soltarse de las ataduras del lugar del que se procede… es la magia de San Andrés.

Recorrer San Andrés permite evocar la Norteamérica reflejada en las películas de negros: calles repletas de carros lujosos, bellas combinaciones de razas, iglesias bautistas adornadas con hermosas ancianas luciendo sus mejores peinados e indumentarias dispuestas a cantar por horas alabanzas Góspel, tal cual se ve en las iglesias de Misisipi.

Más allá de las disputas que actualmente sostienen Colombia y Nicaragua por este hermoso pedazo de tierra y enormes riquezas marítimas, los raizales, gentiles, son conscientes del paraíso que tienen. Abiertamente, prefieren reconocerse solo como sanandresanos, como lo asegura Jean Pierre, un isleño que durante mi viaje me ofreció no solo un servicio de taxi sino también su amistad.

Aunque entre risas y bailes se asoma la empatía que tienen los sanandresanos hacia el pueblo colombiano, admiten abandono por parte del Gobierno Nacional. Jean Pierre explica, mientras sostiene el timón, que no contempla la remota posibilidad de pertenecer al pueblo nicaragüense, a pesar de que está más cerca, hablando de distancias geográficas. Entiende los problemas nacionales y sabe muy bien que los isleños son muy diferentes a los del interior; pero aun así seguirá sintiéndose colombiano.

Recorrer San Andrés permite evocar la Norteamérica reflejada en las películas de negros: calles repletas de carros lujosos, bellas combinaciones de razas, iglesias bautistas adornadas con hermosas ancianas luciendo sus mejores peinados e indumentarias dispuestas a cantar por horas alabanzas Góspel, tal cual se ve en las iglesias de Misisipi.

Nada de esto es visible en la zona turística, todo está escondido en la otra parte de la isla, donde la cultura ancestral vive, de secretos a gritos entrelazados por un idioma que los colombianos no conocemos.

RECUADROS

Trucos para no arruinarse en San Andrés .

-Viajar en una aerolínea ‘económica’ no siempre es la mejor opción, pues cobra por cada servicio adicional (como numeración de silla, equipaje de más de doce kilos, impresión del tiquete y fila para el abordaje).

-Se conoce más caminando que con algunos programas que ofrecen las agencias de viajes en paquetes turísticos. En realidad, ser amable y ganarse un amigo isleño es el truco para ir a lugares más allá de la Cueva de Morgan o el acuario.

-Desprenderse de la idea de regresar con regalos hasta para el perro. Se puede convertir en una tortura querer obsequiarle a Raimundo y todo el mundo una loción o chocolates, que ya se consiguen en el interior de Colombia.

-La comida suele ser muy costosa y de mala calidad en la isla. Lleve algunos productos desde su sitio de origen.

-Sacudirse del imaginario de que se llegó a Miami y se va a movilizar en carrito de golf  o en cuatrimoto. Caminar, colectivo o mototaxi es la solución.

Comer en San Andrés

-Las influencias paisas están presente en cada espacio de la isla, por lo que la comida típica o tradicional no está muy presente en los lugares turísticos. Para encontrarla se debe escudriñar un poco más en los sectores populares.

-En los restaurantes comunes los platos son costosos y si su sueño es la comida de mar, como un suculento sancocho de pescado, debe ir a donde comen los raizales.

-Las comidas rápidas están a la orden del día y aunque dañinas, son una buena alternativa para engañar al estómago.

Un gran abandono

En el norte de Colombia están ubicadas tres islas que, para ser francos, sufren de un gran abandono. Solo las dificultades sanitarias que pasan por falta de agua -los sectores no turísticos del archipiélago-, son un ejemplo de esto, pues desde el 15 de abril las alarmas se encendieron por una eminente calamidad pública. Factores como el fenómeno del Niño, las marcadas disminuciones de lluvias, que brillaron por su ausencia desde 2013, y la sobrepoblación, han provocado una explotación desmedida de las fuentes hídricas.

En un territorio de 26 kilómetros cuadrados, no solo habitan propios -75.000 personas-, sino también locos enamorados que ven en la isla su tierra prometida y se quedan viviendo allí. A esto se suma un millón de turistas que agotan recursos que la naturaleza proporciona para pocos. Así pues, evidentemente existe un problema de número de pobladores, aunque en los últimos días, la gobernación de San Andrés tomó la radical medida de duplicar el precio de la tarjeta de entrada, que pasó de $52.000 a $91.000 pesos colombianos.

Pero se deben tomar otras medidas desde el Gobierno Nacional, dignas de justificar la batalla que actualmente se está librando contra Nicaragua en la Corte Internacional de Justicia.

 Una región que podría ser país

Los enigmas del Caribe están presentes en los paisajes que la naturaleza nos enseña allí, quizá sea algo en común entre los paradisiacos lugares que lo constituyen; pues hoy en día, que estamos atravesando el boom de las integraciones culturales, el mundo recibe incalculable información sobre estas tierras. Un gran ejemplo es una de las Antillas menores, Barbados, que aunque viene de las dominaciones española y del Reino Unido, logró construir una identidad propia, en la cual podemos apreciar muchas similitudes con San Andrés, pues en ambas existe una riqueza cultural distintiva, hermosísimos rostros oscuros con ojos multicolor y labios rosas, movimientos acelerados del cuerpo al danzar, un inglés veloz acortando palabras, tranquilidad sin igual, entre otros atributos que hacen enamorarse del Caribe.

Hace algunos meses, el sector privado comenzó una campaña de “embellecimiento” del popular barrio San Luis. La iniciativa lleva el nombre de Sea of Color y consiste en pintar de vivos colores las fachadas de típicas casas construidas en madera y demás recursos inconfundibles de estas zonas.

“Hace algunos años habían dos San Andrés, el que visitan los turistas todo el año y el que nos tocaba vivir a los nacidos y criados en la isla -porque hay otros que se han venido a vivir acá, pero viven en el centro o cerca de lo turístico, los paisas-, pero ahora se ve cómo se están uniendo las dos caras de las monedas.” explicó Jean Pierre.

Más de quinientos voluntarios conformados entre familias enteras del sector, visitantes y funcionarios de entidades vinculadas a estas jornadas, buscan mostrar una nueva cara de la isla, llena de diferentes colores, vida, alegría y unión.

Aunque entre risas y bailes se asoma la empatía que tienen los sanandresanos hacia el pueblo colombiano, admiten abandono por parte del Gobierno Nacional.

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EL ROBO DE TELÉFONOS MÓVILES

Colombia es el segundo país de América Latina con mayor número de celulares robados, al día (2.700 unidades). El informe de la asociación de operadores móviles GSMA junto a Uff! Móvil, explican que el hurto de teléfonos móviles “ha crecido fuertemente” en América Latina debido a la rápida adopción de los teléfonos inteligentes.

  • En Colombia hay alrededor de 123 millones de celulares, de los cuales 76 millones están registrados, 8 millones fueron hurtados, robados o extraviados, y 23 millones no han sido reportados y aparecen como activos.

Veamos estas recomendaciones.

PRIMER PASO

  1. Identifique el IMEI que tiene su celular (Para Android *#06# y para iOS Ajustes + General), esta es la identificación única de cada aparato. Consulte si su dispositivo ha sido reportado como robado en: http://www.imeipro.info/
  2. Recuerde que para hacer este proceso debe tener fotocopia de la factura o diligenciar el formato de declaración de uso y digitalizar los documentos.
  3. Regístrese en la página web del operador, en caso de no estar registrado haga el respectivo proceso.
  4. Realice uno a uno los pasos indicados por cada operador para registrarlo, lo puede hacer vía internet.
  5. Denuncie y reporte en caso de pérdida o hurto de su celular ante las autoridades competentes.

No olvide:

  1. Su equipo puede ser bloqueado si no registra el IMEI con el operador.
  2. En caso de regalar o vender su celular, por favor diligencie el formato de constancia para la transferencia de propiedad de un equipo terminal móvil usado, el cual puede adquirir en la pagína web de la CRC.
  3. Evite futuros inconvenientes con la ley, ya que en caso de robo y no denunciar el hecho, su equipo puede ser usado para delinquir.

LOS RECOMENDADOS

Phonto: La aplicación que nos permite agregar centenares de textos a las fotografías, títulos atractivos y marcas personales.

Wattpad: Una excelente opción para descargar libros en nuestro dispositivo móvil y algo interesante es que hay muchas ediciones en dos idiomas. 

 Por: Carlos Cruz – Docente.

  @PD360 

UN DÍA EN LA VIDA DE UN VIGILANTE CALLEJERO DE VEHÍCULOS

Colombia es considerado uno de los países más “felices” del mundo y su población es amable y muy trabajadora, según lo establece un informe presentado por el Barómetro Global de Felicidad y Esperanza en la Economía. Pero en contraste, la falta de oportunidades laborales ha llevado a muchos colombianos a conseguir recursos económicos a través de diferentes maneras.

 Siempre sonriente, trabaja durante largas horas. 

Una de ellas es el empleo informal o “rebusque”, que para algunos es mejor que trabajar en una empresa, organización o establecimiento.

Es el caso de Miguel Izquierdo, reconocido por su calidez con los visitantes del sector donde cuida carros y motos, en un negocio ubicado en la avenida Roosevelt con 34.

Su padre, Carlos, también era vigilante y les enseñó a él y sus hermanos Diego y Estiven los trucos para consentir a los propietarios de los vehículos y así conseguir una buena propina: ofrecer un buen servicio y que el cliente quede contento: “Lo más importante es ser educado y saludar, las motos y carros deben tener cierta distancia para que no se vayan a rayar entre ellos y ponerles un cartón para que no se calienten con el sol,  así cuando salga el cliente encuentra su motico o carrito en perfectas condiciones para irse”, afirmó Miguel.

Su día como vigilante inicia a las 8 am, pues con sus hermanos tienen acordado horarios de 8 horas por cumplir en la “oficina”. A él le corresponde irse a las 4 pm y así llueva, truene o relampaguee, o la temperatura de la ciudad esté en su máximo nivel, debe estar ahí. No tiene con quién quejarse, simplemente cumple. En este turno llegan 40 motos y 20 carros en promedio y cada conductor paga entre $1.000 y $2.000; esto quiere decir que en el día, Miguel recoge una suma de unos $60.000, que al mes equivaldría a un sueldo de $1’800.000.

Recuadro:

“Colombia es considerado uno de los países más “felices” del mundo, su población es amable y muy trabajadora, así  lo establece un informe presentado por el Barómetro Global de Felicidad y Esperanza en la Economía”.

Fuente:http://www.eltiempo.com/estilo-de-vida/gente/colombia-el-pais-mas-feliz-del-mundo/16471705

Su gran sueño era tener su propio “ranchito”, educación para sus hijos y un vehículo para transportarse y fue gracias a su trabajo que compró  a “Rojita” una moto obsoleta y vieja que lo ha acompañado durante muchos años. En el 2012 terminó de pagar su casa, ubicada en el barrio el Jardín, y actualmente está haciendo un ahorro programado para costear la universidad de sus dos hijos.

 “Es triste saber que mi oportunidad laboral se da gracias a la inseguridad de la ciudad, la gente no puede dejar mal parqueada sus cositas porque vienen los amigos de lo ajeno y se las llevan, pero lo peor es que esto nunca va a cambiar, Cali seguirá siendo una de las ciudades más inseguras del país y personas como yo seguirán trabajando en esto”, aseguró Miguel.

 Por ahora continuará en este trabajo, quiere terminar el bachillerato e inscribirse en una institución del gobierno para hacer una carrera profesional, pues es tiene claro que la educación es lo único que da el poder de exigir mejores condiciones para todos.

El buen servicio se destaca. 

Destacados:

Los conductores pagan entre $1.000 y $2.000. Al día, Miguel gana unos $60.000, que al mes equivaldría a $1’800.000.

 “Es triste saber que mi oportunidad laboral se da gracias a la inseguridad de la ciudad, la gente no puede dejar mal parqueadas sus cositas porque vienen los amigos de lo ajeno y se las llevan” afirmó Miguel.

 Por: Beatriz Giraldo y Salomé Fajardo

  @betty-giraldo @salomefajardo 

Del racismo y otros demonios

Del racismo y otros demonios

Autor: Jamir Mina Quiñónez

Facultad de Humanidades y Artes

Luego de superar la etapa de exterminio, los españoles que colonizaban a sangre y fuego Latinoamérica, empezaron a girar desde lo más recóndito de África, embarcaciones repletas de negros obligados a servir y comportarse como unos animales. Así pues, en este territorio se fueron desplegando cúpulas de hombres y mujeres traídos desde el continente ‘primitivo’ para soportar la embestida del proceso de desarrollo establecido por los europeos.

Los negros en Colombia han sufrido –sin ser perceptible– la peor forma de discriminación posible: el olvido. Desde ahí se desencadenan los factores racistas que pululan en la sociedad colombiana.

Tiempo después cuando ya las ideas europeas, religiosas y sociales, dominaban el sur del continente, fueron los negros los primeros en liberarse del yugo de la esclavitud. En Colombia, ejércitos de liberados al mando de Benkos Biohó, el primer independista que parió esta Nación, fundaron al lado de Cartagena una república africana libre: El Palenque.

Su lucha fue más allá; solo con sus ideales y espíritu guerrero, doblegó un Estado capaz de las peores atrocidades. El libro la Etnoeducación Afrocolombiana, de Juan de Dios Mosquera, expresa en sus páginas: “Jamás pudieron doblegarlo ni vencerlo, ni aun cuando lo capturaron y descuartizaron el 16 de marzo de 1630 en las puertas de Cartagena. Sus poderes mágicos hacían indestructible su espíritu, permaneciendo en todas partes irradiando la conciencia de rebelión que diariamente se gestaba en los barracones de las haciendas, en las minas y plantaciones, en los barcos y dentro de las casas grandes de los terratenientes y gobernantes esclavistas”.

Años más tarde, en el Cauca, también fueron los negros los primeros en demarcar la ruta de la libertad, cuando por medio de bailes típicos se escapaban hacia la cima de la Cordillera Central; de allí radica el término ‘Cimarrones’, las danzas culturales, aún se profesan en esa región al norte de Santander de Quilichao.

Aquel diminuto marco histórico expuesto en estos primeros párrafos, sin duda arroja interrogantes que pueden ser comprendidos dentro de la primera e invisible forma de racismo: el reconocimiento histórico. Para nadie es un secreto que las hazañas de personajes negros son obviadas hasta el punto de que con los años solo divagaban por la conciencia de unos pocos y no en la colectiva.

La figura de Simón Bolívar, como el gran libertador, ha eclipsado la de negros que lucharon a su lado y ayudaron a liberar regiones como el Caribe, Pacífico y norte del Cauca; el racismo no es solo cosa de menciones y tratos, también son asuntos históricos, intelectuales y de reconocimiento.

Los negros en Colombia han sufrido –sin ser perceptible– la peor forma de discriminación posible: el olvido. Desde ahí se desencadenan los factores racistas que pululan en la sociedad colombiana. Si en un primer momento la edificación del Estado colombiano, como se conoce en la actualidad, hubiera estado ligada al reconocimiento de los movimientos que ayudaron a su estructuración, muy probablemente todo sería diferente.

El primer acto de racismo es el que desencadenó los demonios posteriores de la discriminación, humillación y hasta pobreza. Según Alexander Valencia, coordinador del Colectivo de Estudios Afrocolombianos (Ceafro), “las historias de los negros no trascendieron, porque la gran mayoría no sabían leer ni escribir; por eso, los que contaron la historia siempre fueron mestizos, lo que nos llevó a un plano relegado y sin protagonismo”.

El olvido histórico le quitó a esta población minoritaria el placer de degustar de sus héroes que pelearon ‘codo a codo’ por la libertad de este pueblo, los dejó sin referentes y por lo tanto sin sustento para debatir la importancia de su existencia en este territorio que es tan suyo como de los demás habitantes.

Los condenó a la esclavización intelectual, porque la mayoría poblacional así lo considera, es tan ilustrable la situación, que para el resto de colombianos los negros son “brutos”, “pobres” o en su defecto “graciosos” por la forma como exteriorizan su cultura.

Para explicar el tema, hay que ahondar en la importancia de los referentes históricos y cómo estos repercuten en generaciones futuras y su diario vivir. Cuando un pueblo carece de figuras ascendentes –triste realidad-, su peso en la sociedad colectiva disminuye sustancialmente.

Cuando los pueblos romanos o griegos luchaban por su pueblo, hacían énfasis en el conocimiento de sus hazañas para crear memorias colectivas que reforzaran las ideas de las generaciones futuras y sintieran orgullo de su condición y cultura.

Con cierta cantidad de negros en Colombia ocurre un factor inverso, al invisibilizar históricamente la contribución de esta comunidad a la independencia de la Nación, quedaron sin un sustento histórico del cual pudieran sentirse orgullosos, defender su condición y cultura. Por el contrario, sus bases de reconocimiento y defensa de su pueblo es nula, pues sienten pena del color de su piel y todo lo que eso conlleva. 

Los demonios desencadenantes de ese primer acto de racismo deambulan en la sociedad colombiana: la burla a una condición étnica y cultural, la pobreza y hambre en sectores con mayoría de pobladores negros, y la más importante, la estigmatización.

Las comunidades negras necesitan que la figuración de sus héroes sea visible para todo el mundo, de esta manera el primer acto de racismo que se suscitó desde la independencia misma terminará y con ella los demonios que aquejan a esta población.

 …“las historias de los negros no trascendieron, porque la gran mayoría no sabían leer ni escribir; por eso, los que contaron la historia siempre fueron mestizos, lo que nos llevó a un plano relegado y sin protagonismo”.

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Selección Colombia: ¿La vitrina de Lezcano?

Nota de la dirección: La siguiente columna representa exclusivamente el pensamiento de su autor.



Pascual Lezcano, un empresario y representante de futbolistas oriundo de Argentina, se ha vuelto célebre por ser el yerno y apoderado de José Néstor Pékerman, timonel de la selección de fútbol de Colombia.


Es tan importante este personajillo, que en el año 2011, cuando comenzaron las negociaciones de la Federación Colombiana con el técnico Pékerman, era Lezcano quien contestaba el teléfono y citaba a los dirigentes colombianos a las reuniones, también fue el que fijó el sueldo del estratega.

Pero la controversia comienza cuando la prensa se dio cuenta de que él representa a varios futbolistas que son llamados a la Selección, por nombrar algunos, Camilo Vargas, Carlos Sánchez, Carlos Carbonero y Juan Fernando Quintero. Estos dos últimos fueron vendidos a Europa después de su convocatoria; posterior a la venta, no volvieron a ser llamados a vestir la amarilla, azul y rojo.
Dicen las malas lenguas que su representado favorito es Estefan Medina, futbolista que no ha dado pie con bola en la selección y es infaltable en las convocatorias. Tanto es el poder de Lezcano que viaja a todo lado acreditado con el combinado patrio y vuela en el chárter con los dirigentes. Llama a ruedas de prensa, decide qué medios entran y cuales no; es más, el elige a los futbolistas que atienden a los periodistas.


Queda todavía bastante para llegar a Rusia y Colombia puede ir, siempre y cuando llamen a los jugadores que son, no andar poniendo por vender, pues es el equipo de todo un país, no un ‘negocito familiar’ de dos argentinos.

 

Francesco Zucconi 

  @ChescoZucco