El reto del colectivo ciclista en la ciudad de Cali

El reto del colectivo ciclista
en la ciudad de Cali

Por: Catalina Burbano Martínez y Alejandra Galíndez Agredo

Facultad de Humanidades y Artes

En la ciudad actualmente se cuenta con 142 kilómetros de cicloruta que no logran conectar toda la cuidad, sumado a esto, infractores en motos y carros invaden el poco carril exclusivo que tiene la comunidad. Los usuarios de la bicicleta están en riesgo constante.

“esta es la ciclovía, aquí no deben andar motos. El que quiera que se devuelva, no me voy a mover”

“Ando bien ofendido en la ciclovía”, manifestó Andrés Tegedor, un joven caleño usuario de la ciclorruta que se disponía a ir a su trabajo, pero se molestó ante la invasión de motos en su carril y no dudó en compartir la denuncia a través de su cuenta de Tik Tok. En el video Tegedor añade que no se va a afanar por causa de las motos: “esta es la ciclovía, aquí no deben andar motos. El que quiera que se devuelva, no me voy a mover”. El video viral cuenta hoy con más de 140 mil me gusta y más de 500 comentarios.

La denuncia viral deja ver los múltiples desafíos que enfrentan los ciclistas en Cali al transitar por las ciclorrutas. La invasión constante de estos espacios exclusivos, por parte de motocicletas y carros, sumada al deterioro de la infraestructura vial, pone en alerta a quienes optan por la bicicleta ya sea como medio de transporte o como actividad deportiva.

Actualmente se cuenta con 142 kilómetros de cicloinfraestructura, algo que el colectivo ciclista critica ya que eso no es ni la mitad de los kilómetros para conectar la ciudad, por lo que en calles como la 5 con carrera 39 los ciclistas deben compartir con motos y carros en una misma vía.

Otro aspecto que afecta a este colectivo es que, las ciclorrutas que funcionan en la ciudad están diseñadas exclusivamente para circulación de bicicletas, pero aquí es común observar motos y en ocasiones carros transitando por estos carriles. Esta práctica no solo infringe las normas de tránsito, además representa un peligro latente para los ciclistas.

Según reportes de la Secretaría de Movilidad de Cali, en tan solo una semana del 2022 se llegaron a imponer 920 comparendos de los cuales 544 fueron por vehículos no autorizados por utilizar el carril exclusivo de la bicicleta. “512 de esos 544, corresponden a motocicletas”, aseguró en su momento el secretario de movilidad William Vallejo.

La normativa vigente en la ciudad establece sanciones para quienes transitan por estos sitios restringidos. La infracción ‘c14’ que se contempla en la normativa, es una sanción de tránsito que se impone por transitar en horas o sitios restringidos por la autoridad competente, lleva una multa equivalente a 15 salarios mínimos legales diarios vigentes, que para este año 2025 asciende a 711.750 pesos, además de la inmovilización del vehículo.

Los conductores de motos y carros no solo están llamados a cumplir con las normas, los mismos ciclistas también tienen deberes al utilizar estas vías de la ciudad. Deben respetar las señales de tránsito, utilizar elementos de seguridad como casco y chaleco reflectivo, y circular por las ciclorrutas cuando estos estén disponibles.

Adicional a esto, otro aspecto que agrava la situación es el mal estado de estos carriles. Gran parte de los taches y demarcaciones que delimitan estos espacios se encuentran dañados o en algunos casos inexistentes, lo que facilita su invasión y aumenta el riesgo de accidentes.

Paulo Guerrero, un ciclista aficionado que ha practicado este deporte por más de 20 años en la ciudad como hoobie, comparte su experiencia: “Antes, aunque ya había problemas, se puede decir que uno montaba con tranquilidad, ahora eso es un caos. He tenido varios sustos por algunos conductores imprudentes que no respetan el poco espacio que se nos da como ciclistas”.

Además, la falta de mantenimiento adecuado ha sido motivo de quejas por parte de la comunidad ciclista, Paulo Guerrero también hace un llamado a las autoridades de movilidad “lo único que pedimos es que se haga cumplir la norma, se mantengan las vías en buen estado para que podamos entrenar y movilizarnos sin arriesgar la vida y personalmente espero que se puedan ampliar más kilómetros porque la bicicleta para algunos también es un medio de transporte”.

Desde la Secretaría de Infraestructura para estos cuatro años se ha planificado la intervención de 10 kilómetros de vías que actualmente se encuentran en mal estado. Así mismo, en el Plan de Desarrollo se estableció como objetivo la creación de 25 nuevos kilómetros destinados a la circulación de ciclistas.

“La construcción de estas nuevas vías se llevará a cabo en colaboración con el equipo operativo de la Secretaría; de los 25 kilómetros, se construirán 20 durante los primeros dos años y los cinco restantes en el último año”, aseguró la cartera de Infraestructura en un comunicado.

Escucha La Radio USC

Otros recomendados…

El reto del colectivo ciclista en la ciudad de Cali

El reto del colectivo ciclista en la ciudad de Cali

El reto del colectivo ciclistaen la ciudad de CaliEn la ciudad actualmente se cuenta con 142 kilómetros de cicloruta que no logran conectar toda la cuidad, sumado a esto, infractores en motos y carros invaden el poco carril exclusivo que tiene la comunidad. Los...

read more
Cali, embalse de lluvias

Cali, embalse de lluvias

Cali, embalse de lluviasLa temporada de lluvias expone una Cali sin preparación ante el invierno. Las calles inundadas paralizan la ciudad y miles de trabajadores informales y ciudadanos luchan por mantener su sustento diario. "Ya la gente no sale a comprar a la...

read more

Cali, embalse de lluvias

Cali, embalse de lluvias

Por: Felipe Castillo

Facultad de Humanidades y Artes

La temporada de lluvias expone una Cali sin preparación ante el invierno. Las calles inundadas paralizan la ciudad y miles de trabajadores informales y ciudadanos luchan por mantener su sustento diario.

“Ya la gente no sale a comprar a la calle, sea en invierno o haciendo sol”

¿Se ha preguntado alguna vez cómo sobreviven miles de caleños que, día a día, exponen sus vidas y sustento a la suerte del clima, mientras las calles se convierten en ríos y las promesas institucionales se diluyen con cada gota? Las lluvias intensas que han marcado el inicio de este 2025 en Cali no solo han causado emergencias en varios puntos críticos de la ciudad, sino que también han evidenciado la necesidad urgente de una gestión de riesgo más eficiente y preventiva.

Esta realidad se hace visible en el centro de la ciudad, donde comerciantes como Rafael Estupiñán, uno de los más de 35 mil vendedores informales que según Jimmy Núñez, presidente del Sindicato de Vendedores del Espacio Público, ocupan las calles de Cali enfrentando diariamente el desafío de proteger su sustento. “Ya la gente no sale a comprar a la calle, sea en invierno o haciendo sol”, comenta mientras asegura su sombrilla y cuerdas contra el viento. Su testimonio no solo refleja la lucha diaria contra el clima, sino también la dificultad de la informalidad, acelerado por unas calles que la lluvia mantiene cada vez más vacías.

Y es que el impacto de estas precipitaciones no se limita a un solo sector. Las inundaciones han convertido zonas como el barrio Siloé, en la comuna 20, Valle del Lili, Ciudad 2000, Caney, Altos de Santa Elena y la Avenida Pasoancho en puntos críticos que paralizan la vida cotidiana de miles de ciudadanos. A pesar de ser un problema recurrente, sus consecuencias parecen intensificarse con cada nueva temporada de lluvias.

Esta situación afecta especialmente a quienes dependen del comercio callejero. “Cuando llueve, todo el mundo guarda, todo el mundo espera… esto afectó todos los negocios del centro, más que todo los que trabajamos en la calle”, explica Luis Carlos Obando, vendedor de jugos, mientras prepara el guarapo de caña en su trapiche. Sus preocupaciones no son infundadas, pues según el IDEAM, el panorama podría empeorar con pronósticos de lluvias más intensas de lo normal para marzo.

La crisis se agrava para aquellos cuyo sustento depende de la movilidad urbana. Daniel González, conductor independiente que recorre diariamente la ruta Jamundí-Cali, describe los peligros que enfrenta: “Los huecos en la vía quedan tapados por las inundaciones, aumentando el riesgo de accidentes. Como independiente, he tenido que dar espera a trabajos importantes porque mi labor es en la calle”.

Más allá de las afectaciones inmediatas, la respuesta institucional también se ha convertido en motivo de frustración. Así lo demuestra el caso de Lorena, una docente que vio su motocicleta dañada por la caída de un árbol durante una tormenta. “La ciudad no da garantías, las gestiones son supremamente largas, debo hacer demanda en la Alcaldía… No hay soluciones inmediatas y las pérdidas son grandes”. Su experiencia pone en evidencia que la falta de preparación de la ciudad trasciende lo estructural y se manifiesta en la ausencia de protocolos efectivos para atender a los afectados.

Para los ciudadanos que enfrenten situaciones similares, existe un protocolo establecido que, aunque puede parecer complejo, es fundamental seguir. El primer paso es contactar inmediatamente a los Bomberos de Cali (119) para la remoción del árbol y a la Policía Nacional (123) para el registro oficial del incidente. Posteriormente, se debe presentar una reclamación formal ante el DAGMA, entidad responsable del arbolado urbano, aportando fotografías del incidente, el informe policial y la documentación del vehículo afectado. Si bien el proceso puede extenderse, es importante conocer que la ciudad cuenta con una póliza de responsabilidad civil que puede cubrir estos daños. Adicionalmente, la Personería Municipal y la Defensoría del Pueblo están disponibles para brindar asesoría jurídica en caso de que la respuesta institucional no sea satisfactoria.

Ante este panorama, la Secretaría de Gestión del Riesgo explica que la ciudad atraviesa un período influenciado por el Fenómeno de La Niña débil, lo que intensifica la humedad atmosférica y favorece las precipitaciones frecuentes. Sin embargo, más allá de las explicaciones técnicas, persiste la pregunta sobre la capacidad de respuesta institucional frente a estas situaciones.

La complejidad del problema se agudiza por diversos factores que van más allá del clima. El crecimiento urbano en zonas de ladera, la acumulación de residuos en alcantarillas y la falta de conciencia ciudadana crean un círculo vicioso que empeora cada episodio de lluvia. De hecho, la misma Secretaría de Gestión del Riesgo señala que prácticas como el manejo inadecuado de residuos terminan por colapsar los sistemas de drenaje.

En este contexto, aunque la ciudad cuenta con herramientas como el Sistema de Alertas Tempranas, Inteligentes y Comunitarias (SATIC), la realidad en las calles evidencia que se necesita mucho más que sistemas de monitoreo. La protección efectiva de los ciudadanos más vulnerables requiere acciones concretas y coordinadas.

Por esta razón, resulta urgente que la Alcaldía priorice no solo la construcción de sistemas de drenaje más eficientes, sino también la ejecución de obras de mitigación y la implementación de planes de emergencia claros. Es fundamental, además, destinar recursos específicos para proteger a las comunidades más vulnerables y apoyar a los sectores económicos que no pueden defender sus intereses por sí mismos.

En definitiva, la realidad de Cali bajo la lluvia va mucho más allá de cifras y pronósticos meteorológicos. Representa la historia de miles de ciudadanos que cada día salen a trabajar sin saber si el clima les permitirá llevar el sustento a sus hogares.

Mientras tanto, cada temporada de lluvias seguirá siendo un desafío de supervivencia para muchos caleños. La pregunta ya no es si volverá a llover, sino si finalmente estaremos preparados para cuando esto suceda.

En definitiva, la realidad de Cali bajo la lluvia va mucho más allá de cifras y pronósticos meteorológicos. Representa la historia de miles de ciudadanos que cada día salen a trabajar sin saber si el clima les permitirá llevar el sustento a sus hogares.

Escucha La Radio USC

Otros recomendados…

El reto del colectivo ciclista en la ciudad de Cali

El reto del colectivo ciclista en la ciudad de Cali

El reto del colectivo ciclistaen la ciudad de CaliEn la ciudad actualmente se cuenta con 142 kilómetros de cicloruta que no logran conectar toda la cuidad, sumado a esto, infractores en motos y carros invaden el poco carril exclusivo que tiene la comunidad. Los...

read more
Cali, embalse de lluvias

Cali, embalse de lluvias

Cali, embalse de lluviasLa temporada de lluvias expone una Cali sin preparación ante el invierno. Las calles inundadas paralizan la ciudad y miles de trabajadores informales y ciudadanos luchan por mantener su sustento diario. "Ya la gente no sale a comprar a la...

read more

Estudiantes Intensifican su preparación para el ICFES: Estrategias para un Buen Desempeño

Estudiantes Intensifican su preparación para el ICFES: Estrategias para un Buen Desempeño

Por: Stephany Chavarro

Facultad de Humanidades y Artes

Instituciones educativas refuerzan y crean estrategias para fortalecer competencias evaluadas en las pruebas saber 11.

Algunos estudiantes de la institución relatan que para reforzar sus conocimientos hacen un pre-ICFES de manera particular, tomando clases más centradas en la prueba.

El próximo 23 de marzo de 2025, los estudiantes de grado once en Colombia presentarán las pruebas ICFES Saber 11, un examen fundamental para su ingreso a la educación superior. A medida que se acerca la fecha, las instituciones educativas en el Valle del Cauca refuerzan sus estrategias académicas para asegurar un buen desempeño de sus estudiantes.

Desde la implementación de simulacros hasta el uso de metodologías digitales, cada institución educativa adapta sus recursos para fortalecer las competencias necesarias en áreas clave como matemáticas, lectura crítica y ciencias. Con estas pruebas, el ICFES busca evaluar no solo el nivel de formación de los estudiantes, sino también la calidad educativa de los colegios, marcando un punto decisivo para el camino hacia la educación universitaria.

En una institución educativa ubicada al norte de Cali, su preparación para las pruebas es centrada mayormente en la educación tradicional: “No se les permite a los estudiantes manejar teléfonos, entonces las estrategias digitales no pueden aplicarse dentro del aula” explica la docente Maricel Varela del área de química. La principal estrategia es trabajar con cuadernillos haciendo simulacros de ICFES, realizando una pequeña prueba vocacional donde se logra identificar los intereses y las habilidades de los estudiantes que sirven de guía para su preparación.

Sin duda, las áreas más desafiantes para sus estudiantes son las ciencias naturales y competencias ciudadanas. En el 2023 la promoción de esta institución logró alcanzar un nivel de educación superior y desde entonces el desempeño de estas pruebas han mejorado. 

Algunos estudiantes de la institución relatan que para reforzar sus conocimientos hacen un pre-ICFES de manera particular, tomando clases más centradas en la prueba. Un aspecto clave a mejorar es el acompañamiento psicológico ofrecido por la institución, ya que los estudiantes manifiestan sentirse abrumados por un alto nivel de estrés que deben enfrentar solos. No obstante, reconocen y agradecen el esfuerzo de sus docentes por proporcionarles estrategias que contribuyen a un mejor desempeño en las pruebas.

En el momento de la prueba “tenía muchos nervios porque sentía que de eso iba a depender mucho mi futuro, tenía miedo de no lograr una buena meta, de no cumplir expectativas. Siento que fue una experiencia muy estresante antes, durante y después de la prueba. Cuando realizaba el ICFES de pronto pudo haber afectado un poquito en algunas preguntas que quizás no eran tan difíciles, pero me dejaba llevar por el estrés y aún después de realizar la prueba cuando no estaba segura de mi resultado” comenta Sara Paz, egresada de la institución.

Para la psicóloga Ginireth García, “el estrés prolongado puede inflamar la amígdala, que es la de las emociones, por lo tanto, les cuesta gestionar ese estrés, esa angustia y se puede convertir en ansiedad. Eso puede generar bloqueo, reducir el tema de la tensión, reducir la concentración y la memoria, como también podría en algunos casos ser un impulso para esforzarse y hacerlo un poco mejor”. En contraste a lo que ocurre en la ciudad, en las zonas rurales, se aplican otras estrategias, como ocurre en un corregimiento de Dagua – Valle del Cauca. Allí se implementan estrategias encaminadas a la educación tradicional sin dejar atrás las metodologías digitales. Para esta preparación utilizan herramientas como cuadernillos que les da la oportunidad de realizar simulacros tipos ICFES durante toda su jornada y sus estrategias digitales van encaminadas a una educación más interactiva ya que “ayuda a su comprensión de conceptos”, explica el docente Manuel Izquierdo.

Esta institución se mantiene en el primer lugar frente a las instituciones de la zona, esperando para este año un resultado similar o mejor. Sin embargo, se conoce que las áreas en las que presentan mayores dificultades sus estudiantes son las matemáticas y lectura crítica haciendo que se trabajen con más refuerzos.

Mientras que en las escuelas urbanas los estudiantes tienen la oportunidad de asistir a preICFES, en las instituciones rurales los docentes y los estudiantes deben poner todo su esfuerzo para prepararse lo mejor posible con las estrategias que tienen a su alcance.

Es importante recalcar que las pruebas ICFES son un desafío para los estudiantes y las instituciones educativas, incitando a crear nuevas estrategias. El factor emocional y el manejo de los niveles de estrés emergen como puntos críticos que requieren una mayor atención por parte de las instituciones educativas. Fortalecer el acompañamiento psicológico y diversificar sus estrategias pedagógicas no solo impactaría en el desempeño de las pruebas, sino que también contribuiría a una formación más integra, no solo preparándolos para las pruebas sino para los retos que enfrentarán en su futuro académico y profesional.

Esta institución se mantiene en el primer lugar frente a las instituciones de la zona, esperando para este año un resultado similar o mejor”.

Escucha La Radio USC

Otros recomendados…

El reto del colectivo ciclista en la ciudad de Cali

El reto del colectivo ciclista en la ciudad de Cali

El reto del colectivo ciclistaen la ciudad de CaliEn la ciudad actualmente se cuenta con 142 kilómetros de cicloruta que no logran conectar toda la cuidad, sumado a esto, infractores en motos y carros invaden el poco carril exclusivo que tiene la comunidad. Los...

read more
Cali, embalse de lluvias

Cali, embalse de lluvias

Cali, embalse de lluviasLa temporada de lluvias expone una Cali sin preparación ante el invierno. Las calles inundadas paralizan la ciudad y miles de trabajadores informales y ciudadanos luchan por mantener su sustento diario. "Ya la gente no sale a comprar a la...

read more

Chatarrización en Cali: costos impagables obligan a los ciudadanos a perder sus vehículos

Chatarrización en Cali: costos impagables obligan a los ciudadanos a perder sus vehículos

Propietarios se quejan del alto costo de recuperación, mientras que expertos analizan el impacto económico de la ley 1730 de 2014.

Por: Tatiana Ramírez Laines

Facultad de Humanidades y Artes

La chatarrización de vehículos abandonados en el patio de tránsito de Cali, ubicado en Acopi Yumbo, ha aumentado significativamente en los últimos años. Son más de 30.000 vehículos los que se encuentran inmovilizados, donde el 70% corresponden a motocicletas y el restante vehículos livianos o pesados.

Como resultado de esto la gente opta por no recuperar sus vehículos y permitir que sean chatarrizados perdiéndolos definitivamente.

Este proceso está respaldado por la Ley 1730 de 2014, la cual permite a las autoridades declarar en abandono los automotores que lleven más de 365 días inmovilizados sin ser reclamados e iniciar su chatarrización. Actualmente se están desintegrando más de 800 vehículos que cumplen con este criterio. La normativa es aplicada por el Centro de Diagnóstico Automotor del Valle (CDAV), entidad que, en convenio con la Secretaría de Movilidad, administra el servicio de patios y grúas en la ciudad.

Sin embargo, la implementación de esta medida ha generado controversia entre los propietarios de los vehículos, quienes denuncian que las tarifas para recuperarlos son excesivas, llevándolos a optar por perderlos definitivamente.

De acuerdo con los datos recientes, un vehículo que pase más de un mes en los patios puede acumular una deuda de aproximadamente $1.200.000, es decir casi un salario mínimo, mientras que aquellos que superan los 15 años e inmovilizados pueden alcanzar costos cercanos a los $33.000.000 una cifra que para muchos ciudadanos resulta imposible de pagar. Como resultado de esto la gente opta por no recuperar sus vehículos y permitir que sean chatarrizados perdiéndolos definitivamente.

“Me parece un completo abuso, mi moto llevaba siete meses en el patio y cuando fui a averiguar mi deuda era de más de 8 millones. No tengo cómo pagar esa cantidad prefiero perderlo a endeudarme” comentó Viviana, una ciudadana afectada por las tarifas de patios, tuvo su moto inmovilizada debido a la falta de documentos en regla.

Este es un sentimiento que se repite entre cientos de propietarios quienes afirman que las tarifas de patios y grúas son muy altas, llamándolos “abusos”.

El impacto económico se siente, también, sobre aquellos con recursos limitados que dependen de sus automóviles para trabajar, siendo independientes o taxistas.

Enrique Guzmán es taxista y su vehículo, un Chevrolet Sail modelo 2015, era su principal herramienta de trabajo. “Mi carro era mi herramienta de trabajo. Soy taxista y por eso lo usaba todo el tiempo, pero después de un accidente de tránsito se lo llevaron y la deuda para sacarlo era una deuda millonaria, superior a los 14 millones de pesos, pensé en recuperarlo, pero cuando vi la deuda entendí que no valía la pena” señaló.

La chatarrización, que en teoría busca descongestionar los patios y eliminar vehículos en mal estado, ha tenido consecuencias económicas adversas. Pues por un lado mientras que el estado recupera parte del dinero adeudado con la venta de chatarra, los propietarios enfrentan pérdidas millonarias. En algunos casos, el costo de recuperación es tan alto que excede el valor comercial del vehículo haciendo que el abandono y la chatarrización sea la opción “menos dolorosa”.

Es el caso de un ciudadano llamado Joan.  “Sacar mi moto de los patios me salía muy caro incluso más que cuando lo compré entonces decidí perder mi moto”, anotó.

Para muchos propietarios, la situación no sólo representa una pérdida material, sino un golpe directo a su economía personal y familiar, puesto que algunos de los afectados son familias de ingresos medios y bajos. Para quienes representa un medio de sustento, con su automóvil inmovilizado, no sólo enfrentan una deuda creciente, sino que también pierden la posibilidad de generar ingresos. “Es pérdida completamente, sin poder trabajar porque me quitaron el carro ¿cómo voy a pagar la deuda para sacarlo de los patios?”, acotó Guzmán.

Ante la creciente inconformidad, se sugiere una revisión de la normativa para ajustar los costos de recuperación y ofrecer alternativas de pago que permitan a los ciudadanos recuperar sus vehículos sin enfrentar deudas impagables. Sin embargo, hasta el momento las autoridades no han anunciado cambios en la legislación. Mientras tanto, los patios siguen acumulando vehículos que en muchos casos nunca serán reclamados.

Nace así un debate sobre si el modelo actual está logrando su propósito de mejorar la movilidad o si en cambio está profundizando una crisis económica y social obligando a muchos ciudadanos a resignarse a la pérdida de su vehículo como su única alternativa.

 “Mi carro era mi herramienta de trabajo. Soy taxista y por eso lo usaba todo el tiempo, pero después de un accidente de tránsito se lo llevaron y la deuda para sacarlo era una deuda millonaria, superior a los 14 millones de pesos, pensé en recuperarlo, pero cuando vi la deuda entendí que no valía la pena” señaló.

Escucha La Radio USC

Otros recomendados…

El reto del colectivo ciclista en la ciudad de Cali

El reto del colectivo ciclista en la ciudad de Cali

El reto del colectivo ciclistaen la ciudad de CaliEn la ciudad actualmente se cuenta con 142 kilómetros de cicloruta que no logran conectar toda la cuidad, sumado a esto, infractores en motos y carros invaden el poco carril exclusivo que tiene la comunidad. Los...

read more
Cali, embalse de lluvias

Cali, embalse de lluvias

Cali, embalse de lluviasLa temporada de lluvias expone una Cali sin preparación ante el invierno. Las calles inundadas paralizan la ciudad y miles de trabajadores informales y ciudadanos luchan por mantener su sustento diario. "Ya la gente no sale a comprar a la...

read more

En el barrio Mayapán, en Cali, los robos son selectivos

En el barrio Mayapán, en Cali, los
robos son selectivos

Los vehículos que se encuentran parqueados afuera de las residencias son los más afectados.

Por: Isabella Orjuela Izquierdo

Facultad de Humanidades y Artes

El barrio Mayapán en el sur de Cali enfrenta una creciente ola de robos especializados que han alterado la rutina de sus residentes. Desde hace dos años se han registrado múltiples casos en los que los delincuentes, con precisión, roban computadoras de vehículos específicos que tienden a estar estacionados en la calle justo en frente de las residencias. 

Según testigos, los ladrones la mayoría de las veces se toman su tiempo para abrir los vehículos y extraer las computadoras sin ser detectados.

Lo más alarmante es que los vigilantes de la cuadra, a pesar de estar presentes en la zona, nunca se percatan de los robos en el momento en que ocurren. Esto se ha convertido en una problemática adicional para la comunidad, pues esta se siente cada vez aún más desprotegida por la falta de efectividad de la vigilancia.

Los robos han seguido un patrón específico: Los delincuentes actúan durante la noche o en horas de la madrugada cuando las calles están completamente solas. Según testigos, los ladrones la mayoría de las veces se toman su tiempo para abrir los vehículos y extraer las computadoras sin ser detectados.

Las marcas de vehículos más afectadas son: Mazda, Chevrolet, Renault, Suzuki y Kia, en especial el modelo Cerato Forte ya que estos  carecen de la ausencia de inmovilizadores electrónicos, un dispositivo que impide el arranque del vehículo sin la llave original lo que facilita el robo con herramientas caseras o incluso cables USB. Por ende se convierte en un objetivo atractivo para quienes cometen estos actos delictivos, lo que ha llevado a los vecinos a exigir mayor seguridad y medidas más estrictas.

Algunos residentes han optado por instalar cámaras de seguridad, pero esto no ha sido suficiente para frenar los robos. La falta de respuestas efectivas por parte de las autoridades competentes y la aparente ineficacia de la vigilancia han generado una sensación de impotencia entre los que residen en este barrio.

“Nos sentimos totalmente desprotegidos. No es posible que esto siga sucediendo y que nadie haga algo al respecto. Los vigilantes dicen siempre que nunca ven nada, pero los robos siguen pasando y lastimosamente aún siguen incrementándose por periodos, pues ya llevamos varios casos denunciados y no hemos obtenido solución alguna” expresó  Nicolle Blandón, residente del barrio.

 Los vigilantes, a su vez, se defienden de las acusaciones de la comunidad. “Nosotros hacemos rondas constantes, pero los delincuentes siempre sabrán   moverse y aprovechan momentos de distracción. No podemos estar en todas partes al mismo tiempo” afirmó Marino Cabezas, vigilante de la cuadra.

Esta creciente preocupación ha llevado a la comunidad a unirse y buscar soluciones efectivas y tienen claro que la participación activa de los residentes es clave para crear un ambiente seguro y evitar que los delincuentes sigan afectando su tranquilidad.

 “Estamos al tanto de la situación y trabajaremos en estrategias para reforzar la seguridad en la zona, en ese sentido, invitamos a la comunidad a seguir denunciando cualquier actividad sospechosa para tomar medidas más efectivas” afirmó Augusto Rodríguez, representante del frente de Seguridad.

Adriana López, presidenta de la Junta de Acción Comunal de Mayapán, reconoce que la situación es preocupante. “Los residentes han expresado su frustración, no solo por los robos, sino también por la falta de respuestas rápidas por parte de los vigilantes y la Policía. Desde la Junta de Acción Comunal estamos en contacto con las autoridades locales para buscar soluciones más eficaces. Además, también estamos evaluando la implementación de cámaras de seguridad en puntos estratégicos del barrio y la instalación de una alarma comunitaria en caso de una acción sospechosa”, comentó Adriana López, presidenta de la Junta de Acción Comunal de Mayapán.

Con esto la comunidad de Mayapán busca un entorno más seguro para todos, no solo fortalecerá la vigilancia, sino que también permitirá una respuesta más rápida ante cualquier intento delictivo.

 “Estamos al tanto de la situación y trabajaremos en estrategias para reforzar la seguridad en la zona, en ese sentido, invitamos a la comunidad a seguir denunciando cualquier actividad sospechosa para tomar medidas más efectivas” afirmó Augusto Rodríguez, representante del frente de Seguridad.

Escucha La Radio USC

Otros recomendados…

El reto del colectivo ciclista en la ciudad de Cali

El reto del colectivo ciclista en la ciudad de Cali

El reto del colectivo ciclistaen la ciudad de CaliEn la ciudad actualmente se cuenta con 142 kilómetros de cicloruta que no logran conectar toda la cuidad, sumado a esto, infractores en motos y carros invaden el poco carril exclusivo que tiene la comunidad. Los...

read more
Cali, embalse de lluvias

Cali, embalse de lluvias

Cali, embalse de lluviasLa temporada de lluvias expone una Cali sin preparación ante el invierno. Las calles inundadas paralizan la ciudad y miles de trabajadores informales y ciudadanos luchan por mantener su sustento diario. "Ya la gente no sale a comprar a la...

read more