La Máscara, ubicada en el barrio San Antonio, se ha convertido en un espacio feminista que pone en escena obras de teatro con contenido sociopolítico; asimismo, estas representaciones teatrales dan vida a fenómenos sociales como el desplazamiento, la explotación sexual infantil, líderes sociales y la identidad afro.
Adicionalmente, La Máscara no es sólo una sala de programación de la escena en Cali, es también un proyecto cultural que acoge a un colectivo dedicado a la creación artística, cuyo fundamento está basado en la investigación y el desarrollo de diferentes proyectos socioculturales con comunidades.
Susana Uribe, directora del Teatro La Máscara, cuenta que, en el Teatro, “la mayoría somos mujeres, entonces, solemos hacernos preguntas constantemente sobre nosotras mismas, como artistas, mujeres, madres, compañeras, amantes, como todo, y desde ahí se van realizando las obras y las investigaciones”.
Dentro de las actividades del Teatro La Máscara se encuentra, desde hace siete años, el Laboratorio Teatral Feminista, un espacio de diálogo, sensibilización, respeto, tolerancia y aceptación por el otro, que se mantiene abierto a quienes deseen integrarlo. Y en él, se plantean diversas temáticas feministas que permiten la discusión y reflexión sobre diferentes cuestiones.
Además, La Máscara está comprometida con la reflexión sobre las diferentes problemáticas sociales y, con sus representaciones, desarrollan una diversidad de cuestionamientos sobre distintas formas de violencia y opresión, desigualdad de género, entre otros, actuando como medio de denuncia y resistencia.
Pero en Cali también existen espacios que funcionan como mecanismo social para la defensa de los derechos humanos, como el Teatro del Presagio, una compañía de teatro y promotora de la cultura en el Valle del Cauca, reconocida por su trabajo escénico en el que interpreta apartes de la historia del conflicto armado y la explotación infantil, entre otros. El Presagio ha incorporado el enfoque de género a sus diferentes líneas artísticas, con diversas propuestas que desarrollan de diferentes maneras, por ejemplo, el trabajo en conjunto con el Colectivo Teatral de Mujeres de Fuego.
El grupo está enfocado en la creación teatral escénica y el trabajo con comunidad, por medio de montajes que exponen, desde una perspectiva estructural, temas como los distintos estereotipos de belleza, el amor romántico, el control sobre el cuerpo y las diferentes opresiones sobre la mujer, como ‘La Pajarera’, una obra cuyo objetivo es representar las violencias basadas en género.
Ariane Denault-Lauzier, directora del Colectivo Teatral de Mujeres de Fuego, comentó a Utópicos que “al poder hablar de temas tan complejos, desesperantes y violentos en el teatro desde una perspectiva poética y metafórica, no vamos a cambiar el mundo, pero sí dejaremos una semilla en las personas al generar dudas. La necesidad de que las personas se instruyan sobre este tipo de problemáticas que se viven en todos lados, siempre va a estar presente, debido a la carencia de sensibilización y trabajo con la comunidad”.
Como otra propuesta del Teatro del Presagio nació el Encuentro de Arte Queer, evento que comenzó en Cali en 2019 y que se ha realizado durante dos años, en junio, por ser el mes del orgullo LGBTIQ+. Esta iniciativa surge como una necesidad propia de los integrantes del Teatro del Presagio de ampliar su perspectiva de género y crear encuentros temáticos a su alrededor.
Camilo Villamarín, director del Encuentro Nacional de Arte Queer, dijo a este medio que “tuvo un alcance que nosotros ni siquiera nos imaginábamos y estamos muy contentos de propiciar ese espacio y queremos hacerlo crecer, seguimos buscando aliados desde donde estén, porque además de los eventos artísticos nos interesa mucho la reflexión”.
El objetivo del trabajo con diferentes artistas de la comunidad Drag Queen, entre otros, es realizar diversas actividades y generar cuestionamientos desde las diferentes líneas artísticas, incluido el teatro, con las que se logren oportunidades para disminuir las cifras de violencia basadas en género y que despierten una mayor comunicación, apertura, relación y empatía con el otro desde la diferencia.
“El teatro es un excelente mediador de procesos. El arte es un mediador de otros procesos para movilizar vibras sensibles, para comunicarse con el otro, a lo mejor no desde el discurso que siempre se escucha, sino apelando al instinto, la impresión, al sentimiento, a la sensación, a conectarnos de otra manera”, expresó Villamarín.
Finalmente, por medio de estas actividades que buscan instruir a las personas desde lo artístico frente al tema del género, los caleños han tenido la oportunidad de conocer la realidad que se vive y la lucha que han tenido muchos para reivindicar sus derechos, convirtiendo al teatro en un espacio donde visibilizan injusticias, y se rompen paradigmas y estereotipos, para poner sobre el panorama social las luchas y así reflexionar sobre los cambios que el mundo necesita.