¡Hacer eso es fácil!

“Ser periodista es muy fácil y relajado” 


Esa es la frase que se escucha continuamente en las calles, pero claro, es una labor regalada que el que quiera puede hacer.

Cualquiera es capaz de pararse frente al político que acaba de hacer un escándalo, hacerle preguntas y más aún contradecir lo que está diciendo cuando sea necesario, sin importarle si esa persona puede acabar con tu carrera; pero eso no importa, “igual eso es fácil”.

O el hecho de viajar (en algunos casos sin recursos suficientes) para hacer un reportaje, tener que vivir situaciones difíciles con culturas diferentes, someterse a trabajar para que al final el director diga “no, esto no me sirve” o para que tu texto pase desapercibido por un video que publica otro medio de comunicación y que por el morbo se vuelva viral; esos casos tampoco importan, “igual hacerlo es fácil”.

Ni qué hablar de cuando vas a un hotel a esperar por una entrevista, estás todo un día y a duras penas logras ver a tu personaje a lo lejos, vuelves al otro día, los de seguridad te sacan porque “no puede haber periodistas”, sin embargo sigues afuera sentada en la calle esperando, sin comer nada, mientras que las horas pasan y aquel al que estás esperando te escriba “ya te dije que sí te doy la entrevista, espérame”, teniendo como resultado una fallida entrevista y no sepas con qué le vas a salir al jefe, pues ese era tu trabajo, pero bueno, tampoco importa, “igual hacer esto es fácil”.

Cuando estás empezando a ejercer tu profesión y aún no eres reconocido en los medios, por ser ‘novato’ te quieren pisotear y en plena rueda de prensa no falta el experimentado que te diga “¿usted qué hace aquí? córrase que esto es para los grandes medios, quite su micrófono que ahí va el mío” y por estas situaciones uno salga un poco triste y se vaya abajo lo que tenías planeado porque la prioridad es para los periodistas reconocidos, pero eso menos importa, “igual hacer eso es fácil”
Y así, son muchas situaciones que un periodista en formación vive a diario, pero todas son ‘relajadas’ y lo único que hacemos es tomarnos “fotos con famosos”, pues igual hacer eso es muy fácil.

Mariana Palacios

@MarianitaPG_

Periodista del posconflicto: la llave para la creación de memoria histórica en Colombia

Por: Natalya Daza y Joan Patiño Varela

@natadaza – @joan_varela95

Aunque represente una dificultad agrupar casos para enumerar efectos y consecuencias de la guerra en las distintas zonas del país,el RUV, Registro Único de Víctimas (Artículo 154 de la Ley 1448 de 2011) aparece como mecanismo para garantizar la atención y reparación de las víctimas. Junto con el CNMH (Centro Nacional de memoria histórica) se establecen las cifras de afectados.

Entre los años 1958 y 2012, el conflicto armado causó la muerte a 218,094 personas en el territorio colombiano. 81% equivale a 177.307 muertes de civiles, el 19% restante fueron combatientes. Estas cifras representan una parte de las víctimas, pues debe tenerse en cuenta que sólo se han logrado reconocer algunos casos.

Confesiones de actores del conflicto, revisión de diarios y periódicos, datos oficiales de las entidades encargadas del gobierno para el registro de las víctimas, entre otros, han sido los mecanismos desde los cuales se construye el marco de víctimas, pero en los medios de comunicación, la tarea no solo debe ser reducida a crueles cifras como si se estuviera hablando de indicadores económicos.

Cuando de hechos violentos se trata, muchos medios de comunicación colombianos han limitado su papel a fuentes únicas y oficiales, es decir, entidades del gobierno que de una manera u otra desequilibran la información.

El periodista debe ser un actor decisivo para la creación de memoria, pensar qué es lo que no se ha hecho, lo que no se ha contado sobre una guerra de años de masacres, secuestros y desplazamiento. Debe entender que en la guerra han caído personas y sobre todo, tener claro su labor social en el país, en un territorio como el colombiano, donde el olvido hace parte de la rutina.

Se normalizaron los hechos violentos y se deshumanizó la noticia. El conflicto armado necesita y pide a gritos ser narrado de otra manera, con contexto, pedagogía, análisis y conocimiento de las historias.

El periodismo, la narración de hechos, la construcción de una noticia y los criterios para realizar dicha labor deben transformarse, priorizando el reconocimiento de las personas que están inmersas en el mismo, mostrando así un país que resiste y la urgencia de la búsqueda de la culminación de los conflictos.

Crear memoria, es desde la labor periodística contar historias que se han quedado en el silencio absoluto, guardando testimonios cruciales para entender la magnitud del evento; esto representa un reto, pues ya está más que visto que el formato convencional excluye todo lo humano para limitar, desde el tiempo de divulgación, una historia que debería ser tratada con calma y precisión.

En el país, apenas se está dimensionando el tamaño del problema, esta tardanza podría entenderse cuando se revisa la agenda de los medios, de cierta manera han tomado importancia hechos que definitivamente no están en el marco del conflicto, cada vez están más alejados de él.

Aún hay caídos en guerra, masacres, secuestros en el silencio. Por eso se convierte en una necesidad, el pasar de la contemplación pasiva a la comprensión del sufrimiento de las víctimas, conociendo las razones de los actores, para dar un necesario paso más allá de la indignación, la reacción de un país.

De cierta manera el colombiano tiene indicios de la transformación de la guerra, pero no muchos conocen cómo la guerra transformó al país, han sido parte de dicha transformación y no se han dado cuenta. Son los medios, los que desde sus agendas deben configurar esta percepción, debe estar implícita en la información reportando coherentemente los hechos pero sobretodo los antecedentes, ubicar en el territorio preciso la información, teniendo siempre claro el papel fundamental que representa en la sociedad.

‘Posconflicto’ se ha convertido en uno de los términos más utilizados en el país, pero ¿de verdad se entiende lo que significa y representa? No es sólo el “después de”, va mucho más allá, son mecanismos, herramientas, es un proceso que atraviesa campos económicos, políticos, sociales.

Es importante que el actual periodista se piense desde todos los puntos ya mencionados, debe hacerse digno de contar equilibradamente historias humanas, siendo actores cruciales en tiempos de guerra, procesos de paz y posconflicto.

Debe contribuir a la construcción y sobretodo consolidación de la memoria histórica, porque si no lo hace el periodista responsable con la sociedad, seguramente dicho trabajo quedará en manos de quienes quieran manipular la información para beneficios privados.

Los periodistas que escriben la historia de un país

Freepik imágenes

El encuentro con Hollman Morris volvió interesante ir a los conversatorios; su trayectoria, sus vivencias y anécdotas son un ejemplo para los periodistas en formación.


Por: JihanKarineSchet Ibarra

@jihanschet

Zully Marcela Muñoz

[email protected]

Pero no solo los estudiantes deberían seguir el modelo de periodismo del ponente; sobre todo, los profesores y directivos deberían aplicar sus sugerencias para mejorar los espacios teóricos y volver a los estudiantes más competentes.

“Los periodistas son los que escriben la historia de un país”, afirmó Morris alentado a que se incluyan en las aulas de clase los temas de actualidad, de coyuntura y retomar aspectos históricos que un periodista debería saber.

Que él resalte la gran desinformación que se vive en el país, es preocupante, ya que nos hace evaluar ¿qué tanto conocemos la historia de nuestro país?

Hay comunicadores vendidos; en otros casos, los canales no saben qué presentar cuando se forman cortinas de humo; y ya sea por dinero o por cualquier otro interés, prefieren transmitir temas de entretenimiento, en vez de situaciones sobre las que la sociedad debería tener información, esos hechos que hacen historia y marcan el país.

Estos casos se han vuelto recurrentes en los medios, en donde no se respeta el derecho a la libre expresión del periodista y la censura –por conveniencia- afecta la ética profesional. 

La transformación del modelo periodístico en la era digital

La transformación del modelo periodístico en la era digital

Autor: Arantxa Cárdenas Perdomor.

Facultad de Humanidades y Artes

En la era digital, el incremento de usuarios en Internet no se detiene, las personas y los medios globalizados han empezado a disminuir brechas digitales, dando acceso a información no limitada por ubicación o inclinación. Así mismo, estos avances tecnológicos han permitido convertir a los usuarios en portadores importantes de opinión, a través de una difusión informativa y novedosa.

Que los estudiantes tengan presente sus raíces, que nos encontremos con  lo que ya somos, con las tradiciones que tenemos y fortalecer las dinámicas que ya se hacen en la Universidad.

El uso completo y necesario de las TICS en el proceso comunicativo hace que, más que una necesidad de hacer periodismo en las redes sociales sea una obligación. Si bien es cierto que el periodismo busca llegar a todos los actores de la sociedad, es importante utilizar los medios adecuados. Cuando se desea que las personas conozcan lo que necesitan ver, se debe llegar a donde ellas están y es, principalmente, en las redes sociales. 

Esto ha implicado una transformación en el modelo del periodismo, con la decodificación de los nuevos métodos informativos, para modificar lo tradicional de tal forma que no se vuelva obsoleto. La información y la comunicación no están en declive, pero algunos de sus formatos sí pueden ser transformados en pro de mantenerse a la vanguardia, innovando y manteniendo su posición dentro de los referentes periodísticos del momento. 

¿Esta transformación se debe considerar una amenaza o una oportunidad para el periodismo? Realmente, los métodos pueden cambiar, pero la naturaleza de la profesión es inmutable. La acción que busca informar, concientizar y sacar a la luz todo lo que la población necesita conocer es una labor intrínseca del periodismo, que, sin importar la era en la que estemos ni sus tendencias, se mantendrá. Es una oportunidad para transformarse con el mundo, seguir el proceso de cambio constante que lleve a un régimen actualizado, alcanzando todo tipo de públicos. 

Un ejemplo de lo anterior es El Espectador, que hace poco cumplió 134 años de transformación, celebrándolo con un conversatorio en el que se relataron los avances y retos que ha dejado el recorrido. No solo ha sido una transformación digital, sino también de responsabilidad social, en temas como el cuidado del medio ambiente, usando elementos que disminuyan el impacto ambiental, por ejemplo, la tinta de soya en lugar de la tinta de origen químico. 

El Espectador fue uno de los primeros medios en Colombia en dar un paso firme y significativo hacia la transformación digital. A través de sus procesos de redacción y producción de contenido, ha destinado gran parte de sus esfuerzos a la creación de nuevos formatos, que se acomoden a la actualidad y se adapten a las necesidades informativas que constituyen a los receptores de información. 

Más allá de adaptar lo que antes solía ser plenamente físico a un formato digital, se busca transformarlo en contenido específicamente creado para la web, con el fin de no deshumanizar la profesión; no robotizar un proceso informativo, por el contrario, innovar sus métodos para mantener la cercanía con el público, brindándole contenidos de valor y sacando partido de las nuevas tecnologías. 

En conclusión, el periodismo, como todos las profesiones y aspectos de la vida, está en constante cambio y desarrollo. Además, una de las principales enseñanzas que ha dejado la contingencia actual es que la capacidad de adaptación determina la posibilidad de evolución. Teniendo en mente el sentido del periodismo y su naturaleza, los cambios actuales o futuros serán oportunidades plenas para sobresalir mientras se ejerce la profesión. 

 

 

…cuando se desea que las personas conozcan lo que necesitan ver, se debe llegar a dónde ellas están y es, principalmente, en las redes sociales.

 

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ALGO ESTAMOS HACIENDO BIEN

El periodismo sin ataduras, el verdaderamente independiente, como el caso de LoPolítico, ese que no se amarra a dependencias económicas, ideológicas o de militancia, que no busca la objetividad (muy discutible) o termina como propaganda, para apostarle a la veracidad y al debate plural, crítico y democrático, ahora tiene un nuevo enemigo; los crackers, los nuevos censores.


Estos nuevos cruzados de ‘alguna fe’, pues hay muchas, pueden tener las razones más diversas, buscan como hace siglos hizo la inquisición (que nunca fue santa) vigilar, limitar, censurar, bloquear espacios de comunicación, información libre que rompe con los esquemas de pensamiento que ellos no comparten, o que como mercenarios aceptan un ‘servicio técnico’.

Lopolítico,  ha sido golpeado por crackers ya en dos ocasiones en menos de un año, y eso no es común comparado con otros medios, grandes medios, que ciertamente tienen compromisos y agenda informativa mucho más amplia. ¿Qué pasa entonces? ¿Qué hace Lopolítico para tener a los nuevos Torquemadas sobre sí?

Lopolítico es un medio periodístico independiente, plural -y cuando digo plural es por temáticas y por sus colaboradores-. Este medio viene ganando espacio y visibilidad en los públicos de opinión rompiendo los enfoques más comunes de la prensa internacional. Su equipo editor cree y confía en la ética de sus periodistas y  ello le ha valido aceptación de nuevos ciberlectores. Lopolítico está en México pero su comunicación es global, su estructura es un ejercicio casi artesanal de recobrar el periodismo de investigación, de opinión en temas globales y locales, en temas de actualidad sin distingo de ideologías, militancias o compromisos partidistas. Es casi un sueño de hacer periodismo por ganas de hacer periodismo y pensando que hay necesidad de lectores que gustan de miradas heterodoxas sobre este mundo complejo.

Pero… este andar de letras con filo, con fibra humana tiene costos. Los costos de las ortodoxias, los sectarismos y los ¨perseguidores de cualquier nacimiento¨ como dice una canción conocida. Primero fue un texto sobre la publicación del libro Los doce Apóstoles de la periodista Olga Behar que desenhebra los nexos internos del paramilitarismo con una política de Estado en el gobierno de Álvaro Uribe en Colombia. Segundo fue un texto de análisis –de mi autoría- sobre el ataque norteamericano a Siria y las implicaciones o razones de este en una coyuntura internacional compleja.  Es decir, temas diversos, de autores igualmente diferentes han sido hackeados.

¿Por qué la mirada de estos crackers sobre Lopolítico? Creo que como dijera Maggie Solano, la periodista creadora de este sitio, ¨algo estamos haciendo bien¨ y por ello el foco, el ángulo, la acción de los ciberataques. Usted no ataca a nadie de gratis en forma sistemática

Lopolítico ha tenido que realizar un arduo esfuerzo desde el equipo de ingenieros para vencer este ataque lleno de complejidades y candados para liberarlo. Nos preguntamos si el auto reconocimiento de esta acción desde las lejanas coordenadas de Irán es cierta. No se sabe si fue el cracker que dejó su firma, considerado como uno de los más fuertes y peligrosos en la actualidad, o hay una cortina de humo para encubrir a otros actores más interesados en cansar al equipo de Lopolítico y a dos de sus colaboradores externos (UtopicosUsc) que han sido el motivo de cada hackeo.

Estos ataques a la libertad de expresión, al análisis independiente, viene de los que se denominan ‘hackers patrióticos’ con miradas muy conservadoras sobre la realidad y la veracidad de los hechos que no siempre se ven como son. En cualquier caso, estos crackers pueden ser ciudadanos corrientes con buenos niveles de conocimientos para ejecutar ataques contra sistemas, menos complejos o muy complejos, sin mayores restricciones legales en gran parte del mundo, pero en otras partes son profesionales de la ciberguerra que se forman con esos fines para proteger intereses de un país, una empresa o un grupo de pensamiento.

Hoy ha sido un ataque del tipo Denial of Service o DoS que bloquea e impide el funcionamiento del servidor  y el sitio; esperemos y llamemos la atención que está sucediendo a la comunidad de profesionales de la comunicación. El reto emprendido hoy por los que estamos en el equipo de Lopolítico está en comprender que no somos un medio cualquiera. Estamos tocando temas de sensibilidad mucho más allá de una mirada localista. Nuestra independencia,   pluralidad y agenda informativa libre de ataduras ha generado estos ciberataques. Ya sabemos que estos deberán seguir, porque hemos decidido seguir con la veracidad, la mirada con lente ancho y perspectiva en HD. Queremos decir lo que pensamos, vemos y comprendemos, no para complacer a nadie. Nuestra individualidad y la ética no la negociamos y el día que dejen de hackearnos entonces tendremos que pensar que no lo estamos haciendo bien.

Pedro Pablo Aguilera / Director del departamento de Humanidades

 @841790