UN PUBLICISTA DE ESCRITORIO

Para nadie es un secreto que el negocio de la publicidad es altamente lucrativo y divertido, pues es una actividad que exige estar en aprendizaje constante y en una actualización diaria con los acontecimientos que ocurren en el mundo; hasta aquí todo suena muy bien, a tal punto de que otros profesionales se sienten atraídos por la Publicidad y envidian los procesos que se llevan a cabo en ella, pues en otras profesiones el día a día es repetitivo y aburrido.


PAOLA CORTES PARDO/DOCENTE FCP

Pero lastimosamente, el camino de los publicistas se ha desviado y es común encontrar a profesionales que se encierran en su “micro mundo” y desde allí pretenden dar soluciones de comunicación a un mercado cada vez más convulsionado y cambiante.

Convertirse en un publicista de escritorio es el principio del fin para quien se dedica a crear mensajes publicitarios creativos, que buscan conectarse con la gente o con públicos objetivos, con el fin de impulsar la compra de un producto o servicio; pues no es lo mismo ver al consumidor a través de un brief o un estudio de mercados, que observarlo en lugares naturales (supermercados, tiendas, etc) donde se desarrolla la compra.

Estos ejercicios de observación no solo permiten confirmar la información del brief, sino también conocer de primera mano el comportamiento que una persona tienen al momento de adquirir un producto o un servicio; lo ideal sería poder conseguir un insight, pues así el ejercicio quedaría completo y se podría orientar mejor la comunicación que se plantea.

Es posible que mientras leen este artículo, muchos estén pensando que es difícil hacerlo con cada cliente que se atiende, pues el día a día de los publicistas es complicado y lleno de trabajo; pero ¿qué pasa si estas labores se hacen en momentos en la cotidianidad o se delimita un instante para hacerlo y enriquecer así el trabajo creativo?

Cada vez más, los clientes dejan para ultima hora la creación de las campañas publicitarias, pero este argumento también se convirtió en excusa para que en muchos casos los publicistas realicen estrategias y campañas de mercados que no conocen y que además no se interesan por conocer; este ultimo es tal vez el más peligroso de los casos, porque sería algo así como un cáncer profesional, ya que cuando se advierte su presencia, normalmente es tarde.

No hay nada más perjudicial para una marca, que un publicista que no se informa y que no está conectado con la actualidad local, nacional y mundial. Los mercados son cambiantes y tener poca información hace que las estrategias sean pobres y estén desenfocadas, generando inconformidad en el cliente, lo cual puede llevarlo a buscar otros profesionales, capaces de vincularse con su marca en todo sentido.
Este artículo, más que criticar, pretende encender las alarmas e invitar a los publicistas a ser inquietos, curiosos, preguntones y no dejarse encerrar en su escritorio, pues desde allí la realidad se ve totalmente falsa.

“Hablando por los que no tienen voz”

La gran pasión de María Lucía Malangón, una palmirana emprendedora, es la lucha por el bienestar de los animales. Gracias a su gran corazón, ayuda a estos seres indefensos, que no pueden hacerlo por sí mismos.


Por: Jorge Iván Barona García 

@ivan_barona

Hace dos años, Malagón desarrolló un programa de esterilización. “Con el objetivo de mermar la población canina y felina me propuse hacer esta actividad, la cual pudo ser posible gracias a la aprobación de un proyecto presentado por la Veterinaria Kennel a la Alcaldía Municipal de Palmira. Entre varios líderes que desempeñamos esta labor social, logramos reunir 1.350 animales, entre perros y gatos”.

Pero Malagón no sólo ha hecho esto; también editó un folleto al que llamó ´Hablando por los que no tienen voz´, cuyo principal objetivo es sensibilizar al ser humano para que pueda tener más claridad ante esta problemática social”.

Un folleto que tal vez muchas personas solo lo miren, lo pasen por alto y hasta pueda terminar en la basura, pero para ella los cambios empiezan con hacer reaccionar a la sociedad. “Busco sensibilizar a las personas, tal vez lo lean tres personas de diez y al final solo logre hacer reflexionar a una, pero habrá un cambio, esa persona entenderá que los animales son un regalo de Dios a nuestra vida”.

En su tiempo libre también hace una labor asociada con los animales: “Enseño lo sencillo y económico que son los tratamientos de baño para combatir las garrapatas y pulgas, todo con el fin de que no boten a sus mascotas a la calle, ya que considero este acto como una crueldad imperdonable”.

Junto con 611 personas más de Palmira, María Lucía Malagón se ha hecho sentir también en la Alcaldía del municipio. “El 18 de abril del 2013 enviamos un derecho de petición al alcalde Ritter López, cuyo objetivo primordial es exigir la explicación de por qué no se le brinda atención necesaria al cuidado de los animales y presionar para establecer la Asociación Protectora de Animales en nuestro municipio”.

Y agrega: “Pido a la comunidad Palmirana y a la sociedad en general no más indiferencia con los animales, no solo expresar ´pobrecito´, ya es hora de actuar, de apoyar, de ver que la acción está en nuestras manos y que debemos tomarla para no dejar sufrir más a quienes no lo merecen”.

Periodista del posconflicto: la llave para la creación de memoria histórica en Colombia

Por: Natalya Daza y Joan Patiño Varela

@natadaza – @joan_varela95

Aunque represente una dificultad agrupar casos para enumerar efectos y consecuencias de la guerra en las distintas zonas del país,el RUV, Registro Único de Víctimas (Artículo 154 de la Ley 1448 de 2011) aparece como mecanismo para garantizar la atención y reparación de las víctimas. Junto con el CNMH (Centro Nacional de memoria histórica) se establecen las cifras de afectados.

Entre los años 1958 y 2012, el conflicto armado causó la muerte a 218,094 personas en el territorio colombiano. 81% equivale a 177.307 muertes de civiles, el 19% restante fueron combatientes. Estas cifras representan una parte de las víctimas, pues debe tenerse en cuenta que sólo se han logrado reconocer algunos casos.

Confesiones de actores del conflicto, revisión de diarios y periódicos, datos oficiales de las entidades encargadas del gobierno para el registro de las víctimas, entre otros, han sido los mecanismos desde los cuales se construye el marco de víctimas, pero en los medios de comunicación, la tarea no solo debe ser reducida a crueles cifras como si se estuviera hablando de indicadores económicos.

Cuando de hechos violentos se trata, muchos medios de comunicación colombianos han limitado su papel a fuentes únicas y oficiales, es decir, entidades del gobierno que de una manera u otra desequilibran la información.

El periodista debe ser un actor decisivo para la creación de memoria, pensar qué es lo que no se ha hecho, lo que no se ha contado sobre una guerra de años de masacres, secuestros y desplazamiento. Debe entender que en la guerra han caído personas y sobre todo, tener claro su labor social en el país, en un territorio como el colombiano, donde el olvido hace parte de la rutina.

Se normalizaron los hechos violentos y se deshumanizó la noticia. El conflicto armado necesita y pide a gritos ser narrado de otra manera, con contexto, pedagogía, análisis y conocimiento de las historias.

El periodismo, la narración de hechos, la construcción de una noticia y los criterios para realizar dicha labor deben transformarse, priorizando el reconocimiento de las personas que están inmersas en el mismo, mostrando así un país que resiste y la urgencia de la búsqueda de la culminación de los conflictos.

Crear memoria, es desde la labor periodística contar historias que se han quedado en el silencio absoluto, guardando testimonios cruciales para entender la magnitud del evento; esto representa un reto, pues ya está más que visto que el formato convencional excluye todo lo humano para limitar, desde el tiempo de divulgación, una historia que debería ser tratada con calma y precisión.

En el país, apenas se está dimensionando el tamaño del problema, esta tardanza podría entenderse cuando se revisa la agenda de los medios, de cierta manera han tomado importancia hechos que definitivamente no están en el marco del conflicto, cada vez están más alejados de él.

Aún hay caídos en guerra, masacres, secuestros en el silencio. Por eso se convierte en una necesidad, el pasar de la contemplación pasiva a la comprensión del sufrimiento de las víctimas, conociendo las razones de los actores, para dar un necesario paso más allá de la indignación, la reacción de un país.

De cierta manera el colombiano tiene indicios de la transformación de la guerra, pero no muchos conocen cómo la guerra transformó al país, han sido parte de dicha transformación y no se han dado cuenta. Son los medios, los que desde sus agendas deben configurar esta percepción, debe estar implícita en la información reportando coherentemente los hechos pero sobretodo los antecedentes, ubicar en el territorio preciso la información, teniendo siempre claro el papel fundamental que representa en la sociedad.

‘Posconflicto’ se ha convertido en uno de los términos más utilizados en el país, pero ¿de verdad se entiende lo que significa y representa? No es sólo el “después de”, va mucho más allá, son mecanismos, herramientas, es un proceso que atraviesa campos económicos, políticos, sociales.

Es importante que el actual periodista se piense desde todos los puntos ya mencionados, debe hacerse digno de contar equilibradamente historias humanas, siendo actores cruciales en tiempos de guerra, procesos de paz y posconflicto.

Debe contribuir a la construcción y sobretodo consolidación de la memoria histórica, porque si no lo hace el periodista responsable con la sociedad, seguramente dicho trabajo quedará en manos de quienes quieran manipular la información para beneficios privados.

UNA NAVIDAD ENTRE REJAS: Historia de vida desde la Cárcel Villa Hermosa de Cali

Al ver la cárcel desde afuera nos imaginamos muchas situaciones que se pueden presentar adentro. Pero solo quienes han estado detrás de esos muros conocen la realidad. Hace 15 meses me encuentro privado de la libertad, este ya es mi segundo diciembre entre las rejas de Villa Hermosa. Nunca en mi vida me habría imaginado estar aquí, pero nadie está ajeno a vivir una realidad como esta.


Por: John Jairo Rivera Ríos

¿Cómo es una navidad dentro de la cárcel? Es una fecha importante, pero con la rutina que se vive aquí, se convierte en una época común y corriente.

LA DECORACIÓN
Las fiestas decembrinas se inician desde noviembre, cuando los presidentes de los pasillos -también reclusos- empiezan a organizarlas. Como en casa, la pintura y el retoque solo se ven en esta época del año. Aunque el dinero está prohibido al interior de los patios, se pide una cuota, pues acá todo es dinero; así como en la vida cotidiana, en la cárcel te da comodidad. Aunque haré
En general los internos se preocupan por embellecer los espacios comunes de la cárcel, para que visualmente el ‘canazo’ no pegue tan duro y que la visita se sienta cómoda cuando nos viene a ver: en la cárcel la visita es lo más sagrado del mundo.

Para la decoración navideña, el material de trabajo se pidió en la calle. Familiares y amigos se encargaron de comprarlo y llevarlo hasta la puerta del penal. Al interior buscamos la autorización y la ‘liga’ para el ingreso, en este mismo pedido se aprovechó para pedir los adornos y luces que se iban a instalar. Los trabajos se hicieron antes de la primera visita de diciembre, para que nuestras familias vieran un lugar agradable.

El patio se restauró, se organizaron los techos, se estucaron las paredes y se pintó. Mano de obra profesional sobra, pues son muchos los que en la calle vivían de la construcción; así pues, los trabajos se hicieron con esmero y perfección. También se aprovechó para organizar las celdas, pues es la única época cuando el material entra fácilmente: si no es en diciembre, no es nunca.

Como en todo, hay simpatizantes y contradictores. Quienes están en contra dicen que ni la propia casa la mantienen así de arreglada. Y los que están a favor, apuntan a tener un ambiente visualmente más tranquilo y organizado. Aunque estas manifestaciones no pueden ser tan públicas, pues criticar es estar inconforme y la inconformidad genera una salida de patio.

LAS CREENCIAS
En el establecimiento básicamente se practican dos creencias religiosas, la cristiana y la católica. En la cristiana se hace un fuerte trabajo de fortalecimiento espiritual. Todos los días hay culto, en la mañana, al medio día y en las noches. Es la corriente con mayores adeptos. La religión católica tiene pocos seguidores y solo una vez a la semana viene el cura de la parroquia más cercana a oficiar la eucaristía; pero aun así, se hacen notar.

El patio donde me encuentro (el dos) tiene unos 880 internos, de los cuales el 22% practica algún tipo de creencia, un porcentaje relativamente bajo para la cantidad de personas que lo habitamos.
Para muchos, entre los que me incluyo, la creencia en Dios es el alimento diario para mantener las fuerzas, la esperanza, la fe y la convicción de que todo saldrá bien. Quienes estamos en Cristo permanecemos tranquilos y brindamos fortaleza a nuestras familias, que tanto la necesitan. Quienes no, encuentran en el vicio la opción para olvidar los problemas. Para, como dicen ellos, “pasar el ‘cañazo’ más suave”.

El pesebre no faltó, incluso la Directiva del Establecimiento organizó un concurso entre patios para el más visible y mejor elaborado. Pero más que el concurso, siempre estuvieron vivos el espíritu y la tradición, pues no hubo día en que no se realizara la Novena.

EL 24 Y EL 31 DE DICIEMBRE
Para navidad, la visita fue en los patios del ala opuesta; no hubo rumba, pocos trasnochados, incluso la ‘tirada’ – la acostada – fue temprano, a las 11:00 de la noche. Eran pocas las personas que llamaban a sus hogares tarde.
El 31 nos correspondió la visita; fue especial, pues nuestros hijos pudieron venir.

La rumba también fue escasa, pues el día anterior la guardia hizo ‘Richi’ -el operativo para encontrar todo lo ilegal: celulares, armas, estupefacientes, licor, dinero, entre otros. El 30 se llevaron toda la chicha y el ‘chamber’ (así se le llama al licor que se produce acá). Por ende, no hubo con qué emborracharse.

La visita estuvo numerosa. Tres visitantes por interno es el tope estipulado cada fin de semana, aunque a muchos de los reclusos no les llega nadie, sea porque no tienen familia en esta ciudad y sus alrededores, o porque los han olvidado.

Este día también hubo entrada de alimentos. La comida ‘callejera’ ingresa dos o tres veces al mes, es un respiro gastronómico a la ofrecida por el INPEC, que no es muy buena que digamos; pero que, gracias a Dios, no nos falta.

Carnes frías, costilla, ensaladas, natilla, buñuelos, manjar blanco, pasteles, entre otros, fueron los manjares que recibimos para terminar 2014. Gracias a Dios y a nuestras familias, hubo abundancia de alimentos, que compartimos con quienes no recibieron visita.

Cuando se marcharon, el llanto no faltó. El ideal de muchos es que en 2015 tendrán a sus familiares de nuevo en casa. Tristeza, felicidad, zozobra, quedaron en el aire. A las doce de la noche, la pólvora se escuchó a lo lejos, algunos voladores se dejaron ver a través de rejas y un sonar de palmas entre los internos, que no se decían “feliz año” sino “ya nos vamos, fuerza, ya nos vamos”.