EL CUARTO PODER VS EL CIUDADANO MEDIÁTICO: EL CASO TRUMP

EL CUARTO PODER VS EL CIUDADANO MEDIÁTICO: EL CASO TRUMP

Autor: Pedro Pablo Aguilera

Facultad de Humanidades y Artes

Cuando cualquiera revisa el papel y el lugar de los medios de comunicación en la campaña electoral de los EEUU se encuentra ante un hecho: Todos o casi todos los grandes medios de comunicación de ese país y el mundo de prensa escrita, tv, radio y digitales están contra Donald Trump.

…Donald Trump ha superado la avalancha continua de críticas que por demás son ciertas, de la prensa liberal y demócrata de CNN, Buzzfeed, UNIVISION, The Huffington Post New York Times, CBS, Washington Post e incluso, las de FOXS News de reconocida influencia mediática que es de filiación republicana y conservadora.

¿Cómo luchar contra ese 4to Poder de los medios de su país y estar hoy a la par o encima de las intenciones de votos en las elecciones? ¿Es que realmente ese 4to poder es o ya dejó de serlo? ¿Es que Trump nos dejará al menos algo bueno en esta campaña al demostrar que los grandes medios no son tan grandes en su influencia y es el ciudadano mediático el que ha tomado el poder de la comunicación con todo lo que significa?

Al parecer es así, pues Donald Trump ha superado la avalancha continua de críticas que por demás son ciertas, de la prensa liberal y demócrata de CNN, Buzzfeed, UNIVISION, The Huffington Post New York Times, CBS, Washington Post e incluso, las de FOXS News de reconocida influencia mediática que es de filiación republicana y conservadora.

Si el 4to Poder, ese que hemos escuchado desde los 70´ hasta hoy con Chomsky, Ramonet y Castells fuera tan real, con su maquinaria cuasi perfecta, cuasi exacta e infernal de manipular. Donald Trump no fuera más que algo que es, un clown haciendo política; pero lo terrible es que es un clown antisistema dentro del sistema.

La comunicación política ha de repensarse tras estas elecciones atípicas en los EEUU, pero también tomando la experiencias de la política mundial por estos tiempos. Trump gane o pierda ha demostrado que se le puede ¨ganar a los grandes medios de comunicación¨ y que estos, ya no son ese poder que llena libros de apocalípticas miradas sobre los comunicadores, periodistas y los medios.

Trump ha sabido aprovechar la gran plataforma mediática que al margen de la política fuera construyendo desde su siempre postura polémica como empresario y lo que es más, como figura mediática por su relación con la empresa del entretenimiento (casinos y concursos de belleza y reality shows).

El anti candidato en la política norteamericana y mundial hoy, supo que tenía una clara visibilidad y como Pulitzer y Hearst comprendió que el escándalo, el amarillismo, el sensacionalismo mueve y atrae y que entre la verdad y la mentira, entre la veracidad y la credibilidad existen espacios en donde el ¨culpable puede llegar a ser víctima¨ y el ¨chico diferente¨ ser identificado como alguien como tú o igual que tú. Recordemos que el ´sueño americano¨ es eso, un sueño al alcance de todos.

Donald Trump ha actuado contra lo ¨políticamente correcto¨ en la tradición de los debates presidenciales que se iniciaran en 1960, justamente cuando la televisión pasara a ser un mediador central en la formación de la opinión pública norteamericana para quedarse definitivamente. Ha hecho del debate político una pelea de bar o cantina. No hay tema vedado o pudor. Todo vale y eso ha generado rating con un saldo sorpresivamente a favor del maltratador de mujeres, discapacitados, xenófobo y todo aquel que tenga un pensamiento liberal. Trump es un luchador sin reglas.

Es el antihéroe, el malo convertido en el Robín Hood de hoy. Mediáticamente cada crítica, cada escándalo ha sido una publicidad gratuita desde los grandes medios de comunicación para hacerlos de contradictores en sus aliados.

¿Entonces que de la calidad de esos mensajes, de esos insultos, de esos disparates? Trump ha roto protocolos, esquemas y modales en los medios. Su desfachatez, soltura, ausencia de maquillaje, su agresividad verbal, gestual e histriónica ha ganado a las grandes audiencias silenciosas por décadas, situados en ese sur que castañea por la pérdida de la Guerra Civil todavía, la masa de jornaleros, campesinos, pequeños propietarios o empleados de clase media-baja con un perfil educativo bajo, los marginales desempleados, desahuciados que no ven salida a la crisis en que los situó la administración Busch y hoy culpan al ¨nigger de Obama¨, en el centro y noreste del país, una gran masa de ciudadanos del rust belt, o llamado «cinturón del óxido» de su falta de futuro. Trump es su portavoz.

Con cada crítica a Trump, el alcanza visibilidad; y demuestra que es un gringo como muchos, con errores, defectos, común, que se quiere enfrentar a todos. La imagen que deja de Clinton es una mujer acartonada, justificativa ante sus errores, expresión de un continuismo y rodeada de muchos empezando por Obama. Comunicativamente esas comparaciones pesan y ganan espacios en aquellos que dicen ¨es mejor lo por conocer que lo ya conocido¨. Ser rebelde hay veces que paga y en las redes sociales eso funciona. Está funcionando.

Finalmente Trump con sus trinos aparece como la voz de los que no tienen voz impulsando a hablar a muchos. Sus disparates y capacidad de reconocer la incertidumbre de no tener plan, de que todo será sobre la marcha, es una estrategia de golpear a la clase analista a los ¨think tank¨ o gerentes de la política, la clase cool, distante de una realidad social en crisis. Es actuar diciendo que usted puede ser el. Es marcar que llevar la política hasta el nivel de los homelessness.

Hoy la comunicación gira desde y en las redes sociales; si usted no está en ellas, si usted no tiene impacto en ellas, no existe para bien o para mal. Las cifras afirman que Trump es el #1 hoy en todos los medios; tradicionales y digitales y desde agosto del 2015. Esto gracias en mucho al rebote que han generado los medios antitrump. 

Por ello, Trump aunque terriblemente rapaz y lejano de mi forma de pensar ha dejado algo claro: El 4to Poder ha muerto y la comunicación se ha reconocido más de todos. La objetividad es incierta, la verdad, las verdades también están bajo sospecha. La credibilidad depende de muchas cosas, al fin y al cabo, la comunicación es como la fe y no como la razón. Es una decisión personal de aceptar, reconocer y tomar lo que crees para decidir sobre lo que crees tu mundo.

Finalmente Trump con sus trinos aparece como la voz de los que no tienen voz impulsando a hablar a muchos.

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Los periodistas que escriben la historia de un país

Freepik imágenes

El encuentro con Hollman Morris volvió interesante ir a los conversatorios; su trayectoria, sus vivencias y anécdotas son un ejemplo para los periodistas en formación.


Por: JihanKarineSchet Ibarra

@jihanschet

Zully Marcela Muñoz

[email protected]

Pero no solo los estudiantes deberían seguir el modelo de periodismo del ponente; sobre todo, los profesores y directivos deberían aplicar sus sugerencias para mejorar los espacios teóricos y volver a los estudiantes más competentes.

“Los periodistas son los que escriben la historia de un país”, afirmó Morris alentado a que se incluyan en las aulas de clase los temas de actualidad, de coyuntura y retomar aspectos históricos que un periodista debería saber.

Que él resalte la gran desinformación que se vive en el país, es preocupante, ya que nos hace evaluar ¿qué tanto conocemos la historia de nuestro país?

Hay comunicadores vendidos; en otros casos, los canales no saben qué presentar cuando se forman cortinas de humo; y ya sea por dinero o por cualquier otro interés, prefieren transmitir temas de entretenimiento, en vez de situaciones sobre las que la sociedad debería tener información, esos hechos que hacen historia y marcan el país.

Estos casos se han vuelto recurrentes en los medios, en donde no se respeta el derecho a la libre expresión del periodista y la censura –por conveniencia- afecta la ética profesional. 

NO TODO TIEMPO PASADO FUE MEJOR


Por: Pedro Pablo Aguilera 

Columna de Opinión 

Director del Departamento de Humanidades

 Pues quiero detenerme; quiero mirar atrás y hacer un balance de nuestra Facultad de Comunicación y Publicidad. Tras 18 años de apostarle a la USC, sé que no todo tiempo pasado fue mejor.

Hemos cambiado tanto y para bien, que me sonrío al acordarme de cada sueño hecho realidad. Nuestros programas veteranos hoy están acreditados internacionalmente y marcan diferencia positivamente frente a los otros de la región. Hablar de investigación no es una utopía como lo fuera en el lejano 2000. Tenemos cuatro grupos reconocidos y con posicionamiento en redes nacionales e internacionales.

También, tenemos una revista indexada, CONTEXTOS, de alta calidad y reconocimiento académico en los campos de estudio. Créanme y averigüen, no todas las universidades cuentan con tal resultado.

Miro hacia atrás y observo el alto posicionamiento de nuestros egresados en la ciudad, el país y el exterior. Ellos merecen todo nuestro respeto con cada premio obtenido en su ejercicio profesional; no es cuento, ahí están.

Igualmente, nuestros estudiantes se atrevieron a hacer investigación y año tras año obtienen reconocimientos en los encuentros de semilleros de investigación. Hoy tenemos jóvenes investigadores que obtienen becas para estudiar en las mejores universidades del mundo y ser el relevo de nosotros, los docentes que creímos y creemos en la apuesta santiaguina.

Definitivamente el pasado es importante, pero mejor ha sido el camino y mucho más es lo que está por venir. Para ello, los soñadores de ayer seguimos queriendo lo mejor. La Santiago transforma tu mundo y no ha transformado a nosotros mismos

Igualmente, nuestros estudiantes se atrevieron a hacer investigación y año tras año obtienen reconocimientos en los encuentros de semilleros de investigación. Hoy tenemos jóvenes investigadores que obtienen becas para estudiar en las mejores universidades del mundo y ser el relevo de nosotros, los docentes que creímos y creemos en la apuesta santiaguina.

Definitivamente el pasado es importante, pero mejor ha sido el camino y mucho más es lo que está por venir. Para ello, los soñadores de ayer seguimos queriendo lo mejor. La Santiago transforma tu mundo y no ha transformado a nosotros mismos