Marihuana: ¿Exceso de confianza
o abuso?

Cali prohíbe el consumo de marihuana cerca de colegios y parques, pero la norma enfrenta retos.

Por: Marycarmen Oliveros Villalobos

Facultad de Humanidades y Artes

En la ciudad de Cali, el consumo de marihuana en espacios públicos y zonas cercanas a instituciones educativas está prohibido. Así está establecido en el Decreto 4112.010.20.0125 del 08 de marzo de 2024.  Sin embargo, en muchos sectores de la ciudad, la norma no se cumple en su totalidad.

“Por el cual se establecerán zonas y el perímetro para la restricción del consumo de sustancias psicoactivas en lugares públicos en el Distrito de Cali y se dictan otras disposiciones”

El 11 de marzo de 2024, la Alcaldía de Cali emitió un comunicado en el que anunció una nueva medida adoptada por el alcalde Alejandro Eder: la prohibición del consumo de sustancias psicoactivas en los alrededores de colegios, parques, centros deportivos y zonas de interés cultural. El decreto detalla las razones que motivaron esta decisión y las consecuencias para quienes no la cumplan.

Firmado por el alcalde, el Decreto 4112.010.20.0125 del 8 de marzo de 2024, “Por el cual se establecerán zonas y el perímetro para la restricción del consumo de sustancias psicoactivas en lugares públicos en el Distrito de Cali y se dictan otras disposiciones” restringe el consumo de estas sustancias las 24 horas del día dentro de un perímetro de 200 metros alrededor de los lugares mencionados.

La medida incluye instituciones educativas públicas y privadas, institutos técnicos, universidades, coliseos, polideportivos, parques, plazas y plazoletas. Quien infrinja lo estipulado en este decreto, podrá ser sancionado por el Código Nacional de Seguridad y Convivencia, que para este comportamiento establece una medida correctiva tipo 4 y un comparendo de $693.333 (16 salarios mínimos diarios legales vigentes).

La normativa busca garantizar un ambiente seguro y libre de humo para la comunidad, en especial para los menores de edad. Sin embargo, la realidad que se vive es muy diferente.  La implementación y el control de estas medidas han resultado ser un desafío, ya que el consumo de marihuana sigue siendo evidente en muchos puntos de la ciudad, generando molestia entre los residentes.

La otra cara de la moneda: ¿Cómo viven esto los ciudadanos?

Si bien la medida ha sido aceptada por algunos sectores de la comunidad, otros consideran que su cumplimiento es deficiente.   Una joven estudiante residente del barrio Tejares de San Fernando (Comuna 19) – cuya identidad se mantiene en reserva por motivos de seguridad- expresó su experiencia como vecina de un parque, en donde es persistente el olor a marihuana. “Hace aproximadamente dos semanas, cuando me mudé aquí, empezó a ser un problema”, afirmó.

El impacto en su día a día es notable. “De vez en cuando evito actividades comunes como sacar a mi perro o sacar la basura por la molestia que me causa este olor”, explicó. Según describió, la intensidad del olor puede llegar a ser significativa: “Le pondría un 8 de 10”.

Aunque no considera que su salud se haya visto comprometida directamente, sí reconoce un efecto en su bienestar. “Es un olor bastante fuerte; no diría que afecta mi salud, pero afecta mi comodidad”, señaló.

Su testimonio refleja lo que ocurre en muchas otras zonas de Cali, donde la norma parece ser ignorada o, en el peor de los casos, aplicada solo de manera parcial.

En el barrio Meléndez (comuna 18)  Ana Gómez también se ve afectada por la situación. “Desde la remodelación de un parque local, hace aproximadamente un año, el consumo de marihuana se ha convertido en una escena habitual que ocurre todo el día”, según relata “antes no era así, pero desde que hicieron los cambios estructurales, esto ha empeorado”. En su concepto, la renovación, aunque atractiva en principio, parece haber captado la atención de las personas equivocadas.

El persistente olor a marihuana y la presencia de ciertos individuos han alterado la rutina de Gómez, quien describe la experiencia como nefasta. “Tener que aguantarlo varias veces al día es agotador”, explica, evitando dar detalles sobre las personas que frecuentan el lugar. Por ahora, su solución ha sido evitar el conflicto trasladándose a otro parque  más alejado donde pueda continuar con sus ejercicios físicos, como estiramientos y trabajos de respiraciones al aire libre, aunque confiesa haber considerado recurrir a la Policía en busca de apoyo.

A pesar de sus quejas, Gómez percibe que la situación “sigue exactamente igual” y sostiene que sin “un cambio radical o mano dura” no habrá mejoras. Este caso refleja el creciente malestar de algunos residentes ante el uso de espacios públicos que, lejos de revitalizarse como se esperaba, han dado paso a problemáticas que afectan la convivencia diaria.

Pero, ¿qué hace la policía en este caso? Al preguntarle a un uniformado, cuyo perímetro de guardia es el Parque de las Banderas, explica que “Cuando encontramos a una persona fumando marihuana en un lugar público, como parques o avenidas, la ciudadanía suele exigir que actuemos. Nos piden que los cuadrantes o la policía intervengamos para evitar este tipo de situaciones. En esos casos, se aplica una medida correctiva, porque va en contra de la convivencia establecida en la Ley 1801. El decreto se cumple al pie de la letra; no hacerlo sería arbitrario” explicó el uniformado.

¿Si es común ver esto? “Demasiado, hoy en día, especialmente los jóvenes, los vemos con mucha frecuencia fumando esta sustancia en la vía pública como si nada. Pasa en parques, bulevares, avenidas, incluso cerca de residencias; está por todos lados. Aunque se ven tanto jóvenes como adultos, definitivamente son más los jóvenes”, explicó el agente.

“Los decretos de la Alcaldía están para cumplirse y buscamos que las personas tomen conciencia y no repitan este comportamiento contrario a la norma. A veces basta con llamarles la atención y pedirles que se retiren, pero con los reincidentes o quienes insisten, toca aplicar la medida como está estipulada. Sobre si ha aumentado o disminuido este año, diría que sigue igual o incluso se nota más. No parece que baje” confesó el agente de Policía.

Más allá del decreto: un problema de convivencia

El incumplimiento del decreto no es solo un asunto legal, sino que refleja un desafío más profundo de convivencia cotidiana. La incomodidad de los transeúntes, los cambios en las rutinas diarias y los posibles efectos en la salud de quienes no consumen son problemas persistentes que aún no encuentran solución efectiva.

Este tema genera un debate constante. Por un lado, algunos defienden el consumo en espacios públicos como un derecho individual, abogando por mayor tolerancia. Por otro, quienes se oponen argumentan que afecta la calidad de vida de aquellos que no desean exponerse al humo o al ambiente que esto crea.

Aunque la norma está establecida, su efectividad depende más de la voluntad ciudadana que de la vigilancia estatal. Esto plantea una pregunta clave: ¿puede un decreto por sí solo transformar costumbres arraigadas en ciertos sectores de la sociedad? Tal vez la respuesta no esté solo en la ley, sino en encontrar un equilibrio entre libertad individual y respeto colectivo.

Vivir con un consumidor de marihuana

Durante tres años Juana, una psicóloga profesional, convivió con su pareja quien, abiertamente era consumidor de marihuana. Ella describe que “fue una experiencia muy intensa, marcada por los altibajos en el estado de ánimo de esa persona. Había momentos en que estaba bien, pero otros en los que era imposible entender cómo se sentía”.

“Vivíamos situaciones de extremos: podía estar eufórico y de pronto caer en un estado en el que no quería ni levantarse de la cama”, relató. El consumo afectaba la salud y las tareas diarias de su pareja: “Sus responsabilidades se vinieron abajo. En el último año, fui yo quien lo mantuvo todo. Incluso las cosas más básicas, como bañarse, dejaron de importarle; podrían pasar días sin que lo hiciera”.

“Intenté hablar con él sobre su consumo, pero sus respuestas giraban siempre en torno a lo que no podía lograr. Decía que quería ser músico, pero no lo seguiría, y eso lo frustraba hasta hundirlo más”, confesó tras una pausa en la que el silencio se hizo presente. Para ella “las leyes sobre la marihuana deberían revisarse, pero pensando en las problemáticas sociales, no solo en lo individual. Mi experiencia fue durísima, aunque pienso que mucho tuvo que ver con la historia de esa persona: sus carencias, sus abandonos, su salud mental. Más que prohibir o no, deberíamos enfocarnos en regular mejor el acceso y ser más estrictos con eso”.

“Intenté hablar con él sobre su consumo, pero sus respuestas giraban siempre en torno a lo que no podía lograr. Decía que quería ser músico, pero no lo seguiría, y eso lo frustraba hasta hundirlo más”.

Escucha La Radio USC

Otros recomendados…

Medir impactos en los medios:

Medir impactos en los medios:

Medir impactos en los medios Autor:  Pedro Pablo AguileraEn un mundo llena de información, los medios buscan seguir aquilatando narrativas, requisito de control del poder y generar cambios sociales. Pero ¿Qué nos dice si el periodismo está cumpliendo su función? La...

read more
Y la biometría por fin llegó al Pascual

Y la biometría por fin llegó al Pascual

Y la biometría por fin llegó al PascualEn el Estadio Pascual Guerrero se implementaron mecanismos para mejorar la seguridad durante los encuentros de futbol. Algunos hinchas se oponen.Con la intención de mantener el orden y garantizar que el futbol, sea de nuevo, un...

read more
La caída del alfil sirio

La caída del alfil sirio

La caída del alfil sirio Autor:  Pedro Pablo AguileraHace minutos que colapsó la dictadura de Bashar al-Assad en Siria —la izquierda más antigua en el poder en el mundo árabe— no solo redefiniría la política interna del país, sino que transformaría el complejo ajedrez...

read more
Las armas de polarización

Las armas de polarización

Las armas de la polarización Autor:  Pedro Pablo AguileraLa elección presidencial de 2024 en Estados Unidos fue una guerra mediática sin precedentes, marcada por la desinformación, el partidismo y el sesgo abierto. Los medios de comunicación, tanto tradicionales como...

read more