Un libro que marca direcciones necesarias

Un libro que marca direcciones necesarias

Autor:  Pedro Pablo Aguilera

En un mundo donde la información circula a velocidades sin precedentes y la desinformación se ha convertido en un fenómeno global, el libro Ética y Moralidad en los Medios de Comunicación: Investigaciones y Propuestas, publicado por la Editorial Universidad Santiago de Cali bajo la coordinación de los editores científicos Luis Armando Muñoz Joven y Fernando Gutiérrez Atala,  y la colaboración de investigadores de Chile, Argentina, España y Colombia, emerge como una obra fundamental para comprender los dilemas éticos que enfrenta la comunicación, la publicidad y la transmedia junto al análisis de medios es y debe ser un eje en la formación curricular de todas las universidades.

Este volumen, estructurado en cuatro partes, reúne diversas investigaciones que analizan los retos y responsabilidades de los medios de comunicación en la era digital. Con un enfoque multidisciplinario, el libro no solo señala las fallas del periodismo actual, sino que también ofrece propuestas para fortalecer la ética en la profesión, la autorregulación de los medios y la alfabetización mediática de las audiencias. Es decir, la reflexión ética

El desafío de la desinformación

Uno de los ejes centrales del libro es el combate a la desinformación, una problemática que se ha exacerbado con la proliferación de plataformas digitales. En este sentido, se aborda el concepto de “comunicación sistemáticamente distorsionada”, un modelo que describe cómo la manipulación informativa afecta la construcción de la opinión pública. El capítulo titulado El modelo de comunicación sistemáticamente distorsionada de Luis Armando Muñoz Joven expone cómo los medios y las redes sociales pueden influir en la percepción ciudadana, erosionando el pensamiento crítico y favoreciendo narrativas sesgadas.

Asimismo, se examina el “ciclo vital” de los casos de desinformación, una propuesta analítica basada en la Ecología del Desarrollo Humano. Este enfoque permite entender cómo las noticias falsas se originan, se propagan y, en muchos casos, se consolidan como verdades dentro del ecosistema mediático.

Tecnología, IA y la ética en el periodismo

Otro de los grandes debates que plantea el libro es el impacto de la inteligencia artificial en el periodismo. Con la creciente automatización de la producción de noticias y el uso de algoritmos para la personalización de contenidos, surge la pregunta: ¿puede la objetividad periodística ser matemáticamente programada?

El libro destaca cómo la IA puede ser tanto una herramienta para mejorar el periodismo como un riesgo si no se gestiona de manera ética y responsable. Se advierte sobre el peligro de la “datocracia”, un sistema donde el Big Data y la minería de datos pueden ser utilizados para manipular la opinión pública. Como bien señala uno de los capítulos: “La IA no es el enemigo, es la falta de dominio y uso responsable de ella”.

Además, se profundiza en el concepto del “filtro burbuja”, que explica cómo los algoritmos limitan la diversidad informativa a la que están expuestos los usuarios, reforzando sus creencias y reduciendo la posibilidad de un debate plural y fundamentado.

Libertad de expresión vs. desinformación

Uno de los aspectos más polémicos abordados en el libro es la delgada línea entre la libertad de expresión y la regulación de los contenidos para evitar la desinformación. ¿Hasta qué punto la moderación de contenidos es una forma de censura? ¿Existe un “terrorismo de palabra” que justifique restricciones en el discurso?

El capítulo Terrorismo de palabra, discurso del odio y desinformación analiza cómo ciertos discursos, aunque incómodos o controvertidos, deben ser protegidos dentro del marco de la libertad de expresión, siempre que no inciten a la violencia o vulneren derechos fundamentales.

El papel del periodismo en la sociedad digital

El libro también reflexiona sobre el rol cambiante del periodismo y cómo la lógica del mercado ha desplazado la función social de los medios. Como señala Robert Picard en una de las citas incluidas: “El periodismo ha de innovar y crear nuevos medios de recabar, procesar y distribuir la información de manera que los contenidos sean valiosos y no replicables en otras plataformas“.

Sin embargo, la presión por la rentabilidad y la inmediatez ha llevado a los medios a priorizar el impacto sobre la calidad, generando una crisis de credibilidad y un debilitamiento de los valores éticos que deberían regir la profesión.

Defensorías de las audiencias y alfabetización mediática

El libro cierra con una mirada a la necesidad de fortalecer las defensorías de las audiencias y la alfabetización científica e informacional, es decir el análisis de medios en una de las áreas más novedosas. Se propone un modelo de “ciudadanía comunicacional”, en el que las audiencias no solo sean consumidoras pasivas de contenidos, sino agentes críticos y participativos en la construcción del discurso público.

Ética y Moralidad en los Medios de Comunicación es una obra imprescindible para periodistas, académicos y cualquier persona interesada en el futuro de la comunicación. Con un enfoque riguroso y reflexivo, el libro no solo diagnostica los problemas actuales, sino que también ofrece soluciones viables para fortalecer la ética en los medios y garantizar que la información siga siendo un pilar de la democracia.

El periodismo ha de innovar y crear nuevos medios de recabar, procesar y distribuir la información de manera que los contenidos sean valiosos y no replicables en otras plataformas“.

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Narración etnográfica de la historia de vida de Hernando León Muñoz Ruiz

Narración etnográfica de la historia de vida de Hernando León Muñoz Ruiz

Autor:  Pedro Pablo Aguilera

La obra “Narración etnográfica de la historia de vida de Hernando León Muñoz Ruiz”, publicada por la Editorial Universidad Santiago de Cali, es un libro que destaca por su singularidad y profundidad. Escrita por Luis Armando Muñoz Joven, esta obra trasciende las convenciones habituales de la narrativa histórica para convertirse en un ejercicio reflexivo y estético que entrelaza memoria, filosofía y etnografía. En sus 120 páginas, el autor nos invita a un recorrido que no solo relata los hechos de la vida de un líder campesino, sino que los transforma en un diálogo íntimo y universal sobre el ser, la comunidad y la trascendencia. 

Desde el inicio, el libro se percibe como una creación artesanal, donde cada palabra está cuidadosamente seleccionada para tejer un relato que respira autenticidad y sensibilidad. Muñoz Joven no solo escribe, sino que construye un puente entre disciplinas como la historia, la sociología, la filosofía y la literatura, logrando una obra que conmueve tanto por su rigor académico como por su belleza narrativa. 

La narrativa se organiza en dos partes claramente diferenciadas pero complementarias. En el primer movimiento, el autor propone una reflexión teórica y metodológica que sienta las bases conceptuales del relato. Aquí, Muñoz Joven nos introduce en el mundo de la etnografía narrativa y la hermenéutica, apoyándose en pensadores como Heidegger, Ricoeur, Bajtín y Benjamin. Esta sección no es un simple preámbulo académico; es una invitación a comprender cómo la memoria y el relato se convierten en herramientas para resignificar el pasado y proyectarlo hacia el presente. 

El autor logra articular conceptos complejos con una claridad admirable, ofreciendo al lector una guía para adentrarse en el relato desde una perspectiva crítica y reflexiva. La memoria, en este contexto, no es solo un registro del pasado, sino un eco vivo que dialoga con el presente y abre posibilidades para el futuro. Las páginas de esta primera parte son un ejemplo de cómo la teoría puede integrarse de manera orgánica en una narrativa sin perder su profundidad ni su accesibilidad. 

En el segundo movimiento, el lector se encuentra con la historia misma de Hernando León Muñoz Ruiz, un líder campesino cuya vida se erige como símbolo de resistencia y transformación social en Belén, Huila. A través de testimonios, recuerdos y fragmentos de un pasado palpable, el autor reconstruye no solo los hechos, sino también las emociones, las luchas y los silencios que definieron a este hombre. 

Hernando León emerge como una figura bajtiniana: que pone de relieve la naturaleza dialógica y polifónica de la narración. No se trata de un héroe en el sentido tradicional, sino de un personaje cuya identidad y acción emergen a partir de la interacción de múltiples voces y discursos. El protagonista es un mediador en la comunicación social y cultural, cuya presencia se define tanto por sus propias vivencias como por la influencia de los diversos interlocutores y contextos que lo rodean. En el ámbito de la etnografía narrativa, describir a un personaje como “bajtiniano” implica reconocer su papel en la construcción de un relato colectivo, en el que se entrelazan las experiencias individuales y la memoria comunitaria, permitiendo una comprensión más rica y matizada de la realidad.

 Uno de los mayores logros de esta obra es su capacidad para convertir la información en una experiencia estética. Cada palabra está cargada de significado, cada pausa resuena como un espacio para la contemplación. La prosa de Muñoz Joven combina erudición y sensibilidad literaria, logrando una narrativa que es tan rigurosa como emotiva respondiendo al músico que es este  versátil profesor e investigador.

El libro no solo documenta la vida de Hernando León; también celebra la riqueza cultural y humana del campesinado colombiano. En este sentido, se convierte en un homenaje no solo a un hombre, sino a toda una tradición de lucha y resistencia que ha moldeado la historia del país. 

Es especialmente conmovedor cómo el autor logra conectar esta historia con su propia experiencia personal. Las huellas del abuelo campesino, con sus silencios llenos de sabiduría, se reflejan en cada página, dotando al relato de una autenticidad que trasciende lo meramente académico. Esta conexión personal añade una capa de profundidad emocional que hace que el libro sea aún más impactante. 

“Narración etnográfica de la historia de vida de Hernando León Muñoz Ruiz” no es solo un libro; es un modelo metodológico para futuros estudios en etnografía narrativa. Su capacidad para integrar disciplinas como la historia, la comunicación, la política y la psicología social lo convierte en un ejemplo destacado de cómo abordar temas complejos desde una perspectiva interdisciplinaria. 

Además, la obra nos recuerda la importancia de los abuelos y las generaciones pasadas en la construcción del tejido social. En un mundo cada vez más acelerado y desconectado de sus raíces, este libro nos invita a detenernos y reflexionar sobre las historias que nos han precedido y que siguen dando forma a nuestra identidad colectiva. 

Con “Narración etnográfica de la historia de vida de Hernando León Muñoz Ruiz”, el autor nos ofrece mucho más que un relato histórico: nos invita a un viaje introspectivo donde cada página es una oportunidad para repensar nuestra propia relación con la memoria, el tiempo y la identidad. Es una obra profundamente humana que rinde homenaje al campesino, al líder social y al abuelo, mientras nos recuerda que las historias individuales son también las historias del país. 

En definitiva, Luis Armando Muñoz Joven ha logrado con esta obra lo que podría considerarse su mejor texto hasta la fecha. Es un libro que debe ser leído no solo por quienes se interesan en la etnografía o la historia, sino por todos aquellos que buscan comprender mejor las complejidades del ser humano y su relación con el entorno social y cultural. 

Un libro imprescindible para quienes valoran el arte de narrar como una herramienta para comprender el mundo y transformarlo”.

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El taxista que refuta a Dios

El taxista que refuta a Dios

Autores: Luis David Rodríguez | Paula Andrea García | Stiven Domínguez

Facultad de Humanidades y Artes

“Ni la ciencia ni la religión podrán cambiar el mundo, solo un nuevo conocimiento y yo creo que aquí hay un nuevo conocimiento”, afirma Santiago Zúñiga sobre su libro ‘Porque los “dioses” se robaron las llaves del cielo’, que escribió después de perder a su hijo de 10 años y del que les habla con entusiasmo a quienes abordan el  Kia Picanto 2016 en el que recorre las calles de la capital del Valle para ganarse la vida como taxista. 

Hace unos años tuve la pérdida de mi único hijo, Sebastián. Murió de leucemia y en ese momento caí en estado depresivo, trabajaba en una financiera y cuando llegaba del trabajo escribía y escribía; cuando me retiré uní todo lo que tenía en papel y en el ordenador, y empecé a pensar que tenía un libro y, más que eso, una información para darle a la humanidad.  

Caleño de nacimiento, dice que se dio a la tarea de escribir una crítica a la sociedad actual y que no estudió una carrera profesional porque el sistema académico impone una “educastracion” que no le interesa. En cambio, lee a Nietzsche y reconoce que el divorcio y la guerra que su pequeño Sebastián perdió con la leucemia cambiaron totalmente su percepción de la realidad.

¿Qué lo llevó a escribir este libro?  

Hace unos años tuve la pérdida de mi único hijo, Sebastián. Murió de leucemia y en ese momento caí en estado depresivo, trabajaba en una financiera y cuando llegaba del trabajo escribía y escribía; cuando me retiré uní todo lo que tenía en papel y en el ordenador, y empecé a pensar que tenía un libro y, más que eso, una información para darle a la humanidad.  

¿Cómo obtuvo esa información?  

-¿Si la gente creyó en los dioses, que no los ha visto, por qué no podemos creer en otras civilizaciones? Yo empezaba a escribir y cuando vi, eran cosas que no eran de mi  mente, era una comunicación telepática. Entonces de pronto se me presentó un ser llamado Ocxael y me empezó a decir que me estaba dando un comunicado, dándome a entender que estamos en mundo totalmente esclavizado, que no había sido creado por un buen ser. Yo le creí porque tenía la experiencia con mi hijo y todo lo que veía en términos generales a nivel mundial: guerras,  pestes, catástrofes, hambre…  

Santiago es taxista provisionalmente, mientras publica su libro y se dedica a difundir las ideas consignadas en él.

 ¿Por qué le puso ese título al libro?   

Los dioses van entre comillas porque son una creación psíquica que nos pone en un lugar de inferioridad, entonces te están creando un complejo desde que naces, que hay un ser superior que todo lo puede.  

¿Entonces es un mensaje antirreligioso?  

-Hablo algo de metafísica: se sabe que los libros religiosos siempre hablan de un cuerpo que va más allá de la vida, pero que hay que salvar. ¿Pero cómo nos someten a eso, al salvamento? A través de la  obediencia y del miedo. El miedo es el estado mental más deplorable que podemos sentir, otra cosa es que la ciencia nunca nos dará validez porque para la ciencia, lo que no es comprobable mediante la observación de sus experimentos, no es válido.  

¿Cree que su libro podría impactar a la gente?  

-Sí, porque las religiones están atrapando a la gente,  cada semana se ve una nueva iglesia porque saben que la gente está en un estado de ansiedad. Por eso tienen que atraparla de alguna manera.   

El miedo es el estado mental más deplorable que podemos sentir”.

¿Cuándo piensa publicarlo?

-Estoy esperando pulirlo y  lo voy a sacar cuando vea que ya esté, así me toque tirarlo por Internet. Lo de la editorial no me preocupa ahora,  sino  tener el contenido, lo que quiero entregar a la humanidad, que la gente entienda que hay algo más allá.  

¿Qué escritores influenciaron su pensamiento, su escritura?  

-Nietzsche, en ‘Humano simplemente humano’, dice que “ni la ciencia ni la religión podrán cambiar el mundo, solo un nuevo conocimiento”, y yo creo que aquí hay un nuevo conocimiento.   

La muerte de su pequeño hijo le produjo depresión pero después entendió que le había enviado una misión de vida

¿Su familia lo apoya en este proyecto? 

-Mi familia tiene sus creencias, sus convicciones, porque todavía tienen el chip biológico ancestral, ese que te dice que hay un Dios, entonces yo vengo siendo como el niño diferente de la casa. Sin embargo, comparto con ellos muchas cosas, pero les cuesta trabajo salirse de sus creencias porque es algo que te inducen de la niñez, nacés en un hogar con una convicción religiosa.

¿Una vez publique el libro seguirá trabajando como taxista?  

-La idea es elaborar un cronograma de trabajo con el libro y dejar cualquier actividad. Siento que es mi misión y por lo que he venido. Este es un trabajo que empezaron muchos seres en la historia, como Bruno Giordano, al que condenó la Inquisición, y  que es el momento de seguir ese legado que ha dejado mucha sangre para que la gente conozca un mundo diferente al que nos pinta la institucionalidad. Hasta el último día estaré al frente de la batalla con mi espada.

Este es un trabajo que empezaron muchos seres en la historia, como Bruno Giordano, al que condenó la Inquisición…

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Ecos de un conversatorio

ROMPIENDO PARADIGMAS

El conversatorio empezó con algo diferente: se acomodaron sillas en forma de media luna para que los asistentes pudieran sentarse ahí, junto con los expositores. Al llegar el periodista invitado, Jorge Manrique, se dio inicio a la exposición en la que Olga Behar, periodista y docente de la Universidad Santiago de Cali, formuló una serie de preguntas a su colega, así como también él interrogó a su interlocutora, lográndose un ambiente de confraternidad y agradables relatos sobre las experiencias de ambos. 

Por: Viviana Quijano.

No faltaron las anécdotas y los ‘cacharros’ que, como siempre, suelen pasar en toda profesión y aún más en la labor de reportero.

Esta conversación realmente fue muy amena, tanto así que, entre risas, el periodista Jorge Manrique contó cómo le tocó viajar junto a la caja negra de un avión para comprobar qué podía captar este artefacto durante un viaje. Además de risas y elogios entre ellos haciendo mérito a las buenas labores como periodistas, también expusieron sus opiniones acerca de la ética de un periodista, tomando como ejemplo la catástrofe de Armero en la que unos periodistas filmaron la muerte de una niña, Omaira, y la publicaron en los medios.

Aquel tema sin lugar a duda puso en evidencia el dilema de la labor de un periodista, puesto que muchas veces se encuentra en la posición de decidir qué está primero, si el amarillismo para vender o si hace uso de su ética para lograr un buen periodismo, uno que maneje el contenido adecuadamente y en el que no se añadan falsedades ni tampoco se exagere la realidad.

Después de este diálogo, la moderadora, Liliana Marroquín (Directora del Programa de Comunicación Social de la USC) dio paso a los presentes para que pudieran aclarar sus dudas con los exponentes.

Y sorprendió una pregunta, proveniente, no de un estudiante sino de un profesor, quien cuestionó el subjetivismo en la labor periodística. En contraste con lo que tal vez el profesor esperaba escuchar, recibió esta respuesta de Olga Behar: “ El periodismo, ha cambiado, ahora se puede hablar en primera persona”. Jorge añadió que “antes el periodista no podía opinar, se manejaba un periodismo ‘objetivo’ pero ahora las cosas han cambiado y se puede dar el punto de vista”.

Explicaron que el reportero tiene que involucrarse con la comunidad, víctima de una crisis social y política, para poder conocer realmente su situación.

‘Oficio de Reportero’ nombre del nuevo libro de Jorge Manrique, reseña cómo no se trata de una labor de “calentar asiento” sino al contrario, es un oficio que exige estar alerta de las situaciones, no hay lugar para estar desparchado, porque siempre en esta profesión hay algo por hacer. Y, como le dijo Manrique, el periodista “nunca puede dejar la capacidad de asombrarse”.

OFICIO DE REPORTERO: CONVERSACIÓN CON JORGE MANRIQUE.

Por: Marco Páez.

Manizaleño, comunicador social-periodista con una maestría en tecnologías de la información aplicadas a la educación y especialización en informática para la docencia, Jorge Manrique es una biblia de la reportería.

Después de 24 años intensos en el periódico bogotano El Espectador y en el Canal Caracol, hoy transmite sus experiencias a estudiantes de Comunicación en la Universidad Javeriana (sede Cali).

Recientemente, lanzó en la Universidad Santiago de Cali su libro ‘Oficio de Reportero’ (Sello Editorial Javeriano Cali, 2015). Utópicos conversón con él.

U. ¿De dónde surge su idea de ser profesor universitario?

JM: Inicialmente, el tema de ser profesor no me llamaba mucho la atención, porque ya había estado en los medios, me había tocado recibir los estudiantes de periodismo y no les tenía mucha paciencia. Entonces, imaginarme yo, del otro lado, en la universidad, no me identificaba mucho. Sin embargo, también fue algo muy casual, me fui dando cuenta de que con los jóvenes, si usted sabe sembrar una buena semilla, puede construir potencialmente buenos reporteros. Y yo me precio, de verdad, de haber sido profesor de gente muy valiosa que hoy se encuentra en los medios.

U. Háblenos de su nuevo libro.

JM: Es una recopilación de 12 crónicas de mi autoría, en él se conjuga el oficio de reportero con el oficio del profesor, ya que el profesor de hoy interroga al reportero de hace 30 años y le pregunta por lo que salió bien, lo que no salió tan bien, por aquellas cosas que resolvió sobre la marcha.

U. ¿Cuál es el trabajo periodístico que más lo enorgullece?

JM: El cubrimiento que marcó mi vida como reportero, sin duda alguna, fue el de la tragedia de Armero, la erupción del cráter Arenas del Volcán Nevado del Ruiz, el 13 de Noviembre de 1985. Fueron los días más intensos de toda mi existencia. Todavía ese acontecimiento me mueve bastante por la magnitud y, sobre todo, porque me mostró la dimensión humana que puede tener el periodismo. Se van a cumplir 30 años y estoy preparando un especial con mis estudiantes de la Universidad Javeriana de Bogotá para los medios de la universidad y también para el diario El Espectador de Bogotá.