LA USC Y EL COLEGIO LA FONTAINE: UNA ALIANZA PARA EL BIENESTAR SOCIAL
Autor: Joshua Calvo Jaramillo.
Facultad de Humanidades y Artes
Hace aproximadamente un año la Universidad Santiago de Cali inició un convenio con el Colegio La Fontaine, institución que tiene como propósito generar mayores posibilidades a través del estudio para que los niños de Siloé y comunidades aledañas tengan acceso a educación de calidad.
“Las familias nos han dejado brindar el apoyo necesario y eso es algo muy gratificante. Estas personas están dispuestas a recibir ayudas, lo que refleja que de verdad tiene intenciones de ayudarse a ellos mismos y a la comunidad.”
Hace aproximadamente un año la Universidad Santiago de Cali inició un convenio con el Colegio La Fontaine, institución que tiene como propósito generar mayores posibilidades a través del estudio para que los niños de Siloé y comunidades aledañas tengan acceso a educación de calidad.
El convenio arrancó con el servicio de Fonoaudiología en el semestre 2019-B, donde se propuso como meta la creación del ´Learning Center´ (Centro de aprendizaje con enfoque fonoaudiológico) con el fin de que los estudiantes pudieran realizar sus prácticas formativas, y a través de estas se lograran desarrollar acciones que favorezcan el desarrollo de las competencias educativas de los estudiantes de la institución y se generen programas que permitan impactar la comunidad relacionada a las familias del colegio.
“Las familias nos han dejado brindar el apoyo necesario y eso es algo muy gratificante. Estas personas están dispuestas a recibir ayudas, lo que refleja que de verdad tiene intenciones de ayudarse a ellos mismos y a la comunidad.”, comentó Belquin Rosany Aragón Rentería, estudiante de décimo semestre del Programa Fonoaudiología.
A principio del presente año se logró establecer el ´Learning Center´ en un espacio físico del colegio, pero lastimosamente por la situación sanitaria del Covid-19, fue difícil para las estudiantes Belquin Aragón y Paola Mosquera continuar con el proceso debido a los inconvenientes que surgieron con los padres por el rechazo al servicio virtual.
Belquin Aragón y Paola Mosquera. Estudiantes del programa de fonoaudiología de la USC“.
Los papás cuando no entienden, no conocen, no saben o no le ven la salida al servicio lo rechazan. Decían: “Cómo así que terapias virtuales”, “como así que yo debo estar con el niño”. Por esto, de abril a junio lo que se hizo fue educar a esta comunidad para que los padres de familia entendieran el aporte y el enriquecimiento que generaban las terapias fonoaudiológicas en sus hijos.”, expresó Paola Mosquera sobre el proceso de adaptación a la virtualidad en varias familias de la comunidad.
Una vez se hizo el proceso de capacitación a los padres, se lograron más de 200 intervenciones por parte de la comunidad, y se consiguió que alrededor de 50 familias entraran de lleno a formar parte del programa.
Estas estudiantes de fonoaudiología brindan sus servicios al colegio de manera remota-sincrónica, donde se crea un espacio de intervención semanal llamado “Estimulación del lenguaje lecto-escrito y la lógica matemática” dirigidos de primero a quinto de primaria a través de intervenciones grupales. Además, se realizan intervenciones individuales apoyando el afianzamiento de los dispositivos básicos de aprendizaje (DBA), el habla, la lectura, la escritura y los procesos matemáticos.
Sin embargo, no es un secreto que el barrio Siloé es una comunidad marcada por la falta de recursos de sus habitantes, y conseguir que todas las personas pudieran tener los implementos necesarios para cada una de las sesiones fue una tarea compleja. Pero gracias a las directivas del Colegio La Fontaine y a las personas que hacen donaciones a la institución, se logró que los estudiantes pudieran seguir recibiendo sus clases individuales y grupales.
“Las terapias online no solo ayudan a que los niños se eduquen, sino a que puedan realizar terapias según sus patologías clínicas. Gracias al colegio y a las personas que hacen sus donaciones a la institución, se consiguió que las personas de la comunidad pudieran obtener herramientas para poder recibir las terapias de manera remota.”, afirmó Aragón.
Belquin Aragón y Paola Mosquera fueron las encargadas de llevar a cabo el programa durante este semestre. El programa fonoaudiológico hizo un acercamiento a la comunidad del colegio y se vio en la necesidad de ampliar la cobertura y la accesibilidad de los servicios de fonoaudiología desde las áreas clínicas en la comunidad anexa del Barrio Siloé.
Desde el programa de fonoaudiología, se elaboró un formulario para la caracterización de personas que no tenían acceso a los servicios fonoaudiológicos clínicos, partiendo de indicadores tales como: Dificultades en el lenguaje, habla, voz, procesos alimenticios y otras alteraciones. Los resultados arrojaron que de las 120 familias asociadas al colegio, 56 personas requerían los servicios de fonoaudiología.
“A pesar de que la tele-terapia existe hace muchos años, la pandemia nos enseñó a reinventarnos y así lograr llegar a más personas. Los formularios nos ayudaron a identificar a las personas que necesitaban un poco más de ayuda en los diferentes procesos que brindamos.”, comentó Aragón sobre su experiencia en el trabajo online con los chicos del colegio.
La Universidad y el programa de fonoaudiología seguirán buscando nuevas oportunidades para ofrecer mejor calidad de vida a las familias que tengan integrantes con dificultades en el lenguaje comunicativo y procesos de alimentación restringida, para así crear una nueva cultura de vida y bienestar comunicativo con sello Santiaguino.
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…No es un secreto que el barrio Siloé es una comunidad marcada por la falta de recursos de sus habitantes, y conseguir que todas las personas pudieran tener los implementos necesarios para cada una de las sesiones fue una tarea compleja. >
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El 2020 ha estado lleno de sorpresas y se esperaba que en Cali, la fecha del 31 de octubre, que para muchos es aterradora y para otros es pura diversión, se iba a tornar más segura, debido a las restricciones y los cuidados sanitarios que cada ciudadano debía tener para evitar posibles contagios.
Pero la ciudad se tornó muy insegura, tras distintos episodios que se vivieron entre los días 30 y 31 de octubre. Los ciudadanos imaginaban que habría toque de queda y ley seca, pero la alcaldía los descartó, quedando establecido solamente que los niños no podían salir a las calles a pedir dulces y que la celebración debía ser en casa.
Utópicos Semanal habló con Andrés Enrique Cortés, dueño de una heladería del barrio Morichal de Comfandi. Ël afirmó que “faltó mucha conciencia ciudadana, ya no le prestan atención al virus, al negocio llegaron bastantes niños con adultos mayores, pero no llegaban con implementos de bioseguridad”.
Andrés Enrique Cortés, con sus trabajadores, después de una larga jornada de trabajo.
Con respecto a la seguridad, “la autoridad, no hace nada para que las normas se cumplan, en solo 2 noches, la ciudad se volvió un caos también, por los desadaptados de las caravanas que se hicieron en esos días”, contó Cortés.
De todas maneras, este año se vivió mucha soledad en las calles, y se calcula que circuló solo 40% de quienes salieron el año pasado, lo que repercutió en la sensación de inseguridad, debido a la soledad.
Además, en las noches del 30 y el 31 de octubre, las autoridades competentes recibieron numerosas llamadas solicitando su presencia, tras incumplimientos de las normas por parte de personas que participaron en caravanas, fiestas y reuniones, lo que representa un alto riesgo de contagio, por la ausencia de medidas de bioseguridad. Distintas unidades hicieron intervención en dichos eventos, para garantizar el orden público durante esta celebración atípica, debido a la pandemia del COVID-19.
Barrio independencia, en soledad absoluta.
La joven, Natalia Donneys Jiménez (22 años), hizo presencia el 31 de octubre en una de esas caravanas. Ella cuenta cómo se vivió esa noche con las distintas intervenciones de la policía y el Esmad: “la idea de las caravanas no es alterar el orden público o fomentar violencia, nosotros salimos a la caravana es para compartir de manera sana, pero como por uno pagan todos, hay personas que hacen las cosas más difíciles y alteran el orden”.
Reclamó que cuando la policía, el Esmad y los guardas de tránsito llegan a intervenir en dichos actos, no lo hacen de manera pacífica, “ellos abusan de su autoridad, buscan tirar a la gente de las motos, los golpean para que se caigan, les tiran los conos y hasta pelean a golpes con todo aquel que ellos crean que está participando en la caravana”, dijo Donneys.
Aunque fue una noche larga, de mucho terror por las violencias generadas, “el balance es altamente positivo; sin embargo, se elaboraron más de 400 comparendos por comportamientos contrarios a la convivencia”, informó el general Manuel Vásquez, comandante de la Policía Metropolitana de Cali, para El País.
Esa es la frase que se escucha continuamente en las calles, pero claro, es una labor regalada que el que quiera puede hacer.
Cualquiera es capaz de pararse frente al político que acaba de hacer un escándalo, hacerle preguntas y más aún contradecir lo que está diciendo cuando sea necesario, sin importarle si esa persona puede acabar con tu carrera; pero eso no importa, “igual eso es fácil”.
O el hecho de viajar (en algunos casos sin recursos suficientes) para hacer un reportaje, tener que vivir situaciones difíciles con culturas diferentes, someterse a trabajar para que al final el director diga “no, esto no me sirve” o para que tu texto pase desapercibido por un video que publica otro medio de comunicación y que por el morbo se vuelva viral; esos casos tampoco importan, “igual hacerlo es fácil”.
Ni qué hablar de cuando vas a un hotel a esperar por una entrevista, estás todo un día y a duras penas logras ver a tu personaje a lo lejos, vuelves al otro día, los de seguridad te sacan porque “no puede haber periodistas”, sin embargo sigues afuera sentada en la calle esperando, sin comer nada, mientras que las horas pasan y aquel al que estás esperando te escriba “ya te dije que sí te doy la entrevista, espérame”, teniendo como resultado una fallida entrevista y no sepas con qué le vas a salir al jefe, pues ese era tu trabajo, pero bueno, tampoco importa, “igual hacer esto es fácil”.
Cuando estás empezando a ejercer tu profesión y aún no eres reconocido en los medios, por ser ‘novato’ te quieren pisotear y en plena rueda de prensa no falta el experimentado que te diga “¿usted qué hace aquí? córrase que esto es para los grandes medios, quite su micrófono que ahí va el mío” y por estas situaciones uno salga un poco triste y se vaya abajo lo que tenías planeado porque la prioridad es para los periodistas reconocidos, pero eso menos importa, “igual hacer eso es fácil” Y así, son muchas situaciones que un periodista en formación vive a diario, pero todas son ‘relajadas’ y lo único que hacemos es tomarnos “fotos con famosos”, pues igual hacer eso es muy fácil.
El pasado, fue quizá el Halloween más peculiar de los vividos desde que Colombia adoptó esta celebración. La costumbre, para decenas de niños, de pedir dulces de puerta en puerta con disfraces y/o máscaras al compás del “triki-triki Halloween, quiero dulces para mi”, se convirtió en una actividad hogareña, para evitar que los contagios de COVID-19 sigan en aumento.
La alcaldía hizo recomendaciones a los ciudadanos, entre ellas la restricción de fiestas y no salir a pedir dulces a la calle o a centros comerciales, para no exponer a los niños a aglomeraciones.
Para no perder la tradición, se buscaron alternativas de distracción, entre ellas actividades lúdicas, juegos didácticos y la típica repartición de dulces, esta vez, dentro del hogar; niños y adultos usaron disfraces, porque, un Halloween sin ellos carece de sentido. Las fotos en redes sociales mostraban a princesas, fantasmas, zombies, superhéroes o brujas, en convivencia con familias y amigos más cercanos.
Andrea Viviana Londoño, profesional en psicología infantil, explicó que “no celebrar Halloween, de cierto modo, podría crear una desilusión grande en la vida de los más pequeños, ya que esta es una excusa estupenda para divertirse, llevarse uno que otro susto y hacer travesuras. Por eso los niños lo adoran, sobre todo cuando tienen la oportunidad de disfrazarse y llenar su bolsa de golosinas. Una costumbre cada vez más extendida entre los padres es formar pequeños grupos con sus hijos, para que vayan por las casas del vecindario, para recibir dulces y golosinas. Así, esta fiesta se convierte en una oportunidad para que los niños socialicen con los otros pequeños del vecindario y hagan nuevos amigos”.
Asimismo, no hay que pasar por alto que otro argumento a favor de esta tradición anglosajona es que sirve para que los menores puedan dejar de lado ciertos miedos; conocer leyendas de personajes terroríficos, estar en una fiesta rodeada de motivos ‘siniestros’ o leer historias de terror, les puede llevar a darse cuenta de que los miedos a monstruos o a la oscuridad son absurdos.
Ángel Eduardo Girón le comentó a Utópicos semanal que “con mis hijos seguí todas las normas propuestas. Para hacer que nuestro Halloween fuera muy divertido, hicimos Karaoke, jugamos a las escondidas e incluso hicimos una repartición de dulces, en la que los niños. en vez de tocar las puertas del vecindario, tocaban la puerta de cada habitación que hay en la casa, encontrando instantáneamente una recompensa. La pasamos muy bien, de una forma sana y segura”.
En el marco del “Conversatorio siglo XXI” realizado este jueves en la USC, la comunicadora social y abogada Paola Andrea Arenas, habló sobre las formas de posicionar una marca y la imagen de personajes políticos, de cómo de desarrollar una estrategia adecuada para lograr un buen branding corporativo y de cómo generar reputación positiva.
Paola Andrea, gerente de la agencia de relaciones públicas “Posicionamos”, contó que estudió dos carreras al tiempo (comunicación social en la UAO y derecho en la Universidad Libre); soñaba con ser periodista política. Adicionalmente, era practicante en Telepacífico, generando un discurso de lucha en pro del enriquecimiento intelectual hacia los estudiantes asistentes a la conferencia. Luego fue corresponsal de RCN en Cali.
Ella cuenta su experiencia laboral no desde su ejercicio como comunicadora titulada sino desde los primeros pinitos hechos en radio cuando cursaba segundo semestre, así pues y ya con más de 20 años tanto en medios como en relaciones públicas comunica ideas innovadoras, de cambio para el bienestar común y de emprendimiento, pues expresó que “Aunque nunca asistí a una universidad a estudiar relaciones públicas, toda la experiencia que obtuve desde el principio, me sirvió para lograr tener un buen capital relacional”
Expuso el concepto del ‘capital relacional’ que consiste en las relaciones que uno pueda tener con cualquier persona con la que se encuentre, tanto en su vida laboral como en su entorno social, familiar. “Ustedes no me lo van a creer, pero mucho del capital relacional o los mejores contactos que he podido hacer, los he hecho en matrimonios, bautismos, fiestas de amigos, e incluso en la calle, es por eso que uno no debe cerrarse a hablar con nadie”, apuntó Paola, con sus particulares dejos pintorescos.
Luego de muchos años en RCN, quiso avanzar en su carrera profesional, lo que desencadenó en la concepción de su agencia de relaciones públicas, que basa su ética profesional sobre todo en lo aprendido en la academia, en el instinto, en el feeling y en lo que ella llama “malicia indígena”. No trabaja con cualquiera, y esto no quiere decir que sea tan exclusiva. Solo lo hace con y para quien le genere esa confianza, ese ímpetu y esa buena energía con la que ella convive diariamente. Asegura que prefiere trabajar “con alguien sin cinco pero sincero”, con personas que le generen confianza “y tengan esas ganas de comerse el mundo, eso es mucho más importante que la plata”.
La manera en la que logra Paola Andrea articular el co working entre sus clientes y su agencia para generar una sinergia óptima es identificar las audiencias, las maneras en las que los públicos objetivos y a quien se desea enviar el mensaje lo referencie, pero no de cualquier manera, sino que lo apropien de una forma familiar, que esa comunicación entre clientes y público objetivo sea una especie de diálogo entre amigos o familiares. En la agencia “Posicionamos”, que acabó de cumplir 10 años de fundación, se maneja un nivel de relacionamiento horizontal entre sus colaboradores o empleados, con un clima organizacional y un capital relacional que genere confianza, tanto dentro de la empresa como con sus clientes. Es así como Paula Andrea desarrolla estrategias de relacionamiento público tanto para grandes grupos empresariales como para importantes políticos. Su agencia dirigió no sólo la campaña del actual Alcalde de Cali, Maurice Armitage, sino también otras como la de la Ola Verde en la aspiración presidencial de Antanas Mockus y en la del exgobernador Sergio Fajardo.
Se encuentra trabajando en su libro “Cuando la táctica supera la estrategia”, donde recopila muchas de sus experiencias en campañas estratégicas, de marketing, de branding corporativo y de crisis, para ilustrar, no sólo a académicos y estudiantes, sino a la gente del común que muchas veces requiere un consejo para superar ciertos obstáculos que se vuelven enormes por no tener una buena estrategia, desarrollada con buena tácticas.
Valle del Cauca destaca en cultivo de algodón con semillas genéticamente modificadas, aumentando productividad y tolerancia a plagas. La siembra de algodón en 2023 se realizó de febrero-abril, con cosecha esperada en octubre-noviembre. pic.twitter.com/Ie1joNyLZ9