Desde Nariño llegaron Matilde y Mama Julia, integrantes del Grupo Artesanas Unidas Cantautoras de Tumaco. Ellas trabajan y se esfuerzan para rescatar la memoria Afrocolombiana y mantener toda una ideosincracia rica en tradición, artesanías, música, vestidos y la sabiduría de muchos años en su labor.

Matilde y Mama Julia, no conformes con su gestión en el grupo de artesanas y cantautoras, también fueron precursoras de la Fundación José Del Artesano, que lleva más de 18 años de existencia. “Tenemos semilleros de niños a los que se les enseña artesanías, bailes tradicionales y la historia de los ancestros”, explica Mama Julia; entre los saberes que aprenden en el semillero están los collares afro, comúnmente utilizados como amuletos de suerte, de amor o de protección. También ayudan a las madres cabeza de hogar a generar ingresos por medio de artesanías, bailes, fabricación de bebidas o preparación de comidas típicas de la región. Gracias a esta labor, no sólo se ve cómo ambas mujeres junto con los demás integrantes de la fundación generan herramientas para el desarrollo, sino que también trabajan por preservar sus raíces y  conservar fuerte su cultura. Matilde cuenta que su vocación está en ser una maestra y una guía de su cultura, que todo lo que sus ancestros les han enseñado no debe perderse en el devenir de los años. Por el contrario, que las nuevas generaciones, en los espacios que brinda el grupo aguerrido de mujeres del cual hace parte, puedan volverse líderes de su comunidad y alzar la voz para que su legado trascienda, se conserve y sea reconocido tanto a nivel nacional como internacional, haciendo resistencia también a los problemas que se enfrentan actualmente en Colombia y llevando un mensaje de paz y amor por su tradición, con el fin de sostener lo que por años han llevado como una riqueza en sabiduría y prácticas culturales visualizadas en las raíces de su territorio.

Es importante ser consientes del tejido social que se ha venido construyendo por años gracias a la labor de los ancestros, el valor y la riqueza cultural de la que hacen parte, lo meritorio que es conservarla y por medio de apoyo y acciones, darle reconocimiento.

Por:  Sebastián Moncayo y Estephanía Reyes