Opinión
Salir a la calle con el sustico guardado en la maleta, con grabadora y agenda en mano en busca de la fuente, es el pan de cada día de los que con amor se dedican a la reportería y en algunas ocasiones arriesgan su vida por encontrar una noticia.
YESSICA DIUZA
@Yesslemos
Sin la reportería, el periodismo no sería lo mismo, pues en la calle, a la intemperie, es donde se conoce la verdad, se indaga y se pregunta. En medio del afán no hay tiempo para la duda. Sonrisa va, sonrisa viene y a lo que se vino… lograr en el menor tiempo posible conseguir esa información que se requiere.
Realizar entrevistas es una tarea placentera, pero nada fácil; toca ser ágil y sagaz para lograr sacarle palabras a esa persona que está en frente. Sea cual fuere el hecho, siempre habrá alguien a quien interrogar para conocer a profundad los detalles de lo sucedido.
Sin una fuente, el periodista estaría incompleto. Dada la importancia, debe haber respeto mutuo y unas reglas básicas que se deben seguir para no morir en el intento.
“La confiabilidad de la fuente debe ser la regla de oro de todo periodista”, tal como lo afirmó Jorge Manrique, en el conversatorio organizado en la Universidad Santiago de Cali, para presentar su más reciente libro, Oficio de Reportero, donde compartió escenario con la también periodista Olga Behar.
Para los que ya ejercen y para los que se están formando, escuchar las experiencias de estos tesos del periodismo fue sin duda una experiencia gratificante y enriquecedora, ahora sólo falta terminar de leer el libro para deleitarse con las mejores crónicas, entrevistas y reportajes, al estilo de la vieja escuela.
Opinión
“Adultos mayores que aún no entienden los avances tecnológicos de la telefonía“
He visto con sorpresa cómo alguno adultos mayores han entrado en el constante cambio de celular, no porque quiera tener el último que ha salido al mercado, sino porque se les ha dificultado comprender el funcionamiento de cada una de las aplicaciones que ha salido para satisfacer las necesidades de comunicación que ha demandado la sociedad, en su mayoría lideradas por los jóvenes.
Los adultos mayores se encuentran cada vez más motivados en aprender cómo es el funcionamiento, aunque para avanzar en ellos solicitan constantemente la ayuda de sus hijos, nietos o amigos que les brinden confianza para que los guíe en un proceso de aprendizaje que en ocasiones es un poco lento, pero del que se llevarán grandes sorpresas y sentirán múltiples emociones, llevándolos a comportarse casi como niños. Sin embargo, algo que siempre les preocupará es la rapidez con la que sigue avanzando la tecnología.
La interacción con todo lo que les ofrece un celular irá aumentando y llegarán al punto en el que se comportarán como muchos de los adolescentes a los que criticaban por pasar horas y horas chateando y simplemente viendo las redes sociales; también invitarán a sus amigos a atreverse a utilizar el celular para tener una mayor comunicación y quizá les facilitará reencontrarse con los compañeros con los que estudiaron en algún momento, para continuar compartiendo grandes experiencias.
Pero hay algo importante y es que los adultos mayores también comprenden cuán importante es la relación interpersonal que hay con todos los seres queridos y los amigos, y que un saludo a través de una llamada o por alguna otra aplicación que nos ayude a comunicarnos no reemplazará nunca una reunión familiar, una taza de café o un abrazo.
Natalia Arias Castro
Nata.arias.9521@gmail.com
Opinión
Para nadie es un secreto que el negocio de la publicidad es altamente lucrativo y divertido, pues es una actividad que exige estar en aprendizaje constante y en una actualización diaria con los acontecimientos que ocurren en el mundo; hasta aquí todo suena muy bien, a tal punto de que otros profesionales se sienten atraídos por la Publicidad y envidian los procesos que se llevan a cabo en ella, pues en otras profesiones el día a día es repetitivo y aburrido.
PAOLA CORTES PARDO/DOCENTE FCP
Pero lastimosamente, el camino de los publicistas se ha desviado y es común encontrar a profesionales que se encierran en su “micro mundo” y desde allí pretenden dar soluciones de comunicación a un mercado cada vez más convulsionado y cambiante.
Convertirse en un publicista de escritorio es el principio del fin para quien se dedica a crear mensajes publicitarios creativos, que buscan conectarse con la gente o con públicos objetivos, con el fin de impulsar la compra de un producto o servicio; pues no es lo mismo ver al consumidor a través de un brief o un estudio de mercados, que observarlo en lugares naturales (supermercados, tiendas, etc) donde se desarrolla la compra.
Estos ejercicios de observación no solo permiten confirmar la información del brief, sino también conocer de primera mano el comportamiento que una persona tienen al momento de adquirir un producto o un servicio; lo ideal sería poder conseguir un insight, pues así el ejercicio quedaría completo y se podría orientar mejor la comunicación que se plantea.
Es posible que mientras leen este artículo, muchos estén pensando que es difícil hacerlo con cada cliente que se atiende, pues el día a día de los publicistas es complicado y lleno de trabajo; pero ¿qué pasa si estas labores se hacen en momentos en la cotidianidad o se delimita un instante para hacerlo y enriquecer así el trabajo creativo?
Cada vez más, los clientes dejan para ultima hora la creación de las campañas publicitarias, pero este argumento también se convirtió en excusa para que en muchos casos los publicistas realicen estrategias y campañas de mercados que no conocen y que además no se interesan por conocer; este ultimo es tal vez el más peligroso de los casos, porque sería algo así como un cáncer profesional, ya que cuando se advierte su presencia, normalmente es tarde.
No hay nada más perjudicial para una marca, que un publicista que no se informa y que no está conectado con la actualidad local, nacional y mundial. Los mercados son cambiantes y tener poca información hace que las estrategias sean pobres y estén desenfocadas, generando inconformidad en el cliente, lo cual puede llevarlo a buscar otros profesionales, capaces de vincularse con su marca en todo sentido.
Este artículo, más que criticar, pretende encender las alarmas e invitar a los publicistas a ser inquietos, curiosos, preguntones y no dejarse encerrar en su escritorio, pues desde allí la realidad se ve totalmente falsa.
Opinión
Por: Natalya Daza y Joan Patiño Varela
@natadaza – @joan_varela95
Aunque represente una dificultad agrupar casos para enumerar efectos y consecuencias de la guerra en las distintas zonas del país,el RUV, Registro Único de Víctimas (Artículo 154 de la Ley 1448 de 2011) aparece como mecanismo para garantizar la atención y reparación de las víctimas. Junto con el CNMH (Centro Nacional de memoria histórica) se establecen las cifras de afectados.
Entre los años 1958 y 2012, el conflicto armado causó la muerte a 218,094 personas en el territorio colombiano. 81% equivale a 177.307 muertes de civiles, el 19% restante fueron combatientes. Estas cifras representan una parte de las víctimas, pues debe tenerse en cuenta que sólo se han logrado reconocer algunos casos.
Confesiones de actores del conflicto, revisión de diarios y periódicos, datos oficiales de las entidades encargadas del gobierno para el registro de las víctimas, entre otros, han sido los mecanismos desde los cuales se construye el marco de víctimas, pero en los medios de comunicación, la tarea no solo debe ser reducida a crueles cifras como si se estuviera hablando de indicadores económicos.
Cuando de hechos violentos se trata, muchos medios de comunicación colombianos han limitado su papel a fuentes únicas y oficiales, es decir, entidades del gobierno que de una manera u otra desequilibran la información.
El periodista debe ser un actor decisivo para la creación de memoria, pensar qué es lo que no se ha hecho, lo que no se ha contado sobre una guerra de años de masacres, secuestros y desplazamiento. Debe entender que en la guerra han caído personas y sobre todo, tener claro su labor social en el país, en un territorio como el colombiano, donde el olvido hace parte de la rutina.
Se normalizaron los hechos violentos y se deshumanizó la noticia. El conflicto armado necesita y pide a gritos ser narrado de otra manera, con contexto, pedagogía, análisis y conocimiento de las historias.
El periodismo, la narración de hechos, la construcción de una noticia y los criterios para realizar dicha labor deben transformarse, priorizando el reconocimiento de las personas que están inmersas en el mismo, mostrando así un país que resiste y la urgencia de la búsqueda de la culminación de los conflictos.
Crear memoria, es desde la labor periodística contar historias que se han quedado en el silencio absoluto, guardando testimonios cruciales para entender la magnitud del evento; esto representa un reto, pues ya está más que visto que el formato convencional excluye todo lo humano para limitar, desde el tiempo de divulgación, una historia que debería ser tratada con calma y precisión.
En el país, apenas se está dimensionando el tamaño del problema, esta tardanza podría entenderse cuando se revisa la agenda de los medios, de cierta manera han tomado importancia hechos que definitivamente no están en el marco del conflicto, cada vez están más alejados de él.
Aún hay caídos en guerra, masacres, secuestros en el silencio. Por eso se convierte en una necesidad, el pasar de la contemplación pasiva a la comprensión del sufrimiento de las víctimas, conociendo las razones de los actores, para dar un necesario paso más allá de la indignación, la reacción de un país.
De cierta manera el colombiano tiene indicios de la transformación de la guerra, pero no muchos conocen cómo la guerra transformó al país, han sido parte de dicha transformación y no se han dado cuenta. Son los medios, los que desde sus agendas deben configurar esta percepción, debe estar implícita en la información reportando coherentemente los hechos pero sobretodo los antecedentes, ubicar en el territorio preciso la información, teniendo siempre claro el papel fundamental que representa en la sociedad.
‘Posconflicto’ se ha convertido en uno de los términos más utilizados en el país, pero ¿de verdad se entiende lo que significa y representa? No es sólo el “después de”, va mucho más allá, son mecanismos, herramientas, es un proceso que atraviesa campos económicos, políticos, sociales.
Es importante que el actual periodista se piense desde todos los puntos ya mencionados, debe hacerse digno de contar equilibradamente historias humanas, siendo actores cruciales en tiempos de guerra, procesos de paz y posconflicto.
Debe contribuir a la construcción y sobretodo consolidación de la memoria histórica, porque si no lo hace el periodista responsable con la sociedad, seguramente dicho trabajo quedará en manos de quienes quieran manipular la información para beneficios privados.