¿Negros tenían que ser?

Para nadie es un secreto la discriminación y el menosprecio al que históricamente han sido sometidos los afro descendientes en Colombia, debido a la esclavización de sus antepasados. Hemos llegado al punto en que es cotidiano el racismo de otras etnias hacia los negros, pero, ¿es admisible que un negro atente contra personas de su misma etnia?


DANIELA LARRAHONDO

Los negros, término que utilizaré sin pretensiones despectivas, fueron traídos de África a América a la fuerza por los europeos en calidad de esclavos a lo largo del siglo XVII. Antes de ser cazados como fieras salvajes tenían una civilización propia, con costumbres, tradiciones y una forma de trabajo, del mismo modo que contaban con una literatura propia, aunque la falta de dos componentes básicos en toda cultura (la arquitectura y la escritura, las comunidades debían transmitir por vía oral sus experiencias y saberes, como único recurso para prolongar las tradiciones.

El etnógrafo Levi Strauss afirma que la escritura está siempre ligada a los mecanismos de poder y contribuye a despertar el sentimiento de explotación de unos hombres sobre otros. Los negros traídos de distintas tribus africanas provenientes del Congo, Ghana, Mali y Songhai, entre otros, quienes tenían distintos lenguajes según la tribu, fueron mezclados en los palenques a fin de que no pudieran comunicarse entre ellos, les fue prohibido hablar en otras lenguas que no fueran el castellano, y además, les fue fomentada una especie de competencia de unos hacia a otros.

Así fue hasta que el 21 de mayo de 1851, después de una ardua lucha, fue firmada la ley de abolición de la esclavitud. Sin embargo, a la identidad cultural de las comunidades afrocolombianas (con gran influencia de los dioses que trajeron del continente africano) le fue impuesta por los españoles una hibridación entre las religiones católica y cristiana.

Como vemos, nadie puede negar el duro proceso al que se ha enfrentado esta etnia para sobrevivir como minoría. Es por ello que no entiendo cómo un negro puede decir de otro hombre igual a él: “eso le queda mal porque es negro”, “negro tiene mucho vicio”, “yo con negro no me meto”, y la que nunca falta “negro tenía que ser”. Y así, muchas más expresiones que a diario escuchamos en diversos escenarios de la ciudad. Es como esa necesidad de desprestigiar al prójimo, a veces pareciera, lamentablemente, que un negro no puede ver progresar a otro.

Por ejemplo, en la política, ¿Cuántos gobernantes negros ha tenido Colombia? Aunque pensándolo bien, la pregunta sería, ¿si un negro aspira a algún puesto político de votación, ¿las comunidades negras votarían por él? Seguramente, una parte de ellas sí, pero otras no por el simple hecho de considerar de que si el otro es igual a él, no tiene porque “creerse más”.

Ahora bien, el fenómeno de la discriminación hacia la cultura afro ha ido disminuyendo; o quién no disfruta las canciones de aquellas orquestas donde no puede faltar un negro, quien no ha saboreado las delicias de un buen plato preparado por una negra, quién no ha celebrado con orgullo el gol de una eminencia negra o el triunfo en cualquiera de los múltiples deportes en los que tan bien nos representan, quién no disfruta al ver bailar los negros hasta llegar al punto de querer imitarlos, quién no desea las características genéticas que solo tienen los negros, que los apartan de ciertas enfermedades y los hacen más fuertes; es más, cada vez es más común que los “blancos” se fijen en las negras y las “blancas” en los negros, por la fama de ciertas características y virtudes corporales.

Lo cierto es que, tal vez sin darse cuenta, las otras etnias se han incluido en la negra. Por eso, lo curioso es cómo se hace cada vez más fuerte esa “tiradera” (matoneo) entre los negros. Y aunque hago claridad en que no son todos ni todas, a algunas lee duele decir: “esa negra tan bonita” para referirse a otra, y vemos como esa frase es reemplazada por “esta bonita, pero…”

Es más, he conocido indígenas y mestizos con mayor capacidad de relacionarse y referirse a los afro, incluso hasta el punto de admirarlos, principalmente por su cultural y sus condiciones corporales; la popular frase “quien no come negro no va al cielo” es reflejo de ello.

Se habla de que las negritudes tienen una historia escrita con sangre y dolor, de la gran herencia de sus ancestros y de su gran patrimonio cultural, pero tristemente parece que a muchos de ellos se les olvida que ante todo, son una misma etnia, son el producto de quienes lucharon contra todo para sobrevivir como pueblo, que llevan el ritmo en los genes con una cadencia que esculpida como el carbón hecho piel.

Entonces, si son el resultado de la misma lucha, por qué no unirse, respetarse y defenderse, es hora de recapacitar, de concientizarse de las grandes habilidades y capacidades que poseen los negros en todos los campos y, a la vez, comprender la necesidad ir tras un mismo ideal, el progreso.

CALI: LA CULTURA EN CRISIS

“He sentido mucho cómo se ha perdido la cultura en la ciudad a raíz de la crisis económica”. Así demuestra su preocupación Daniela Burbano, estudiante y bailarina de ballet del colegio IncolBallet, quien siente intranquilidad al pensar que las instituciones y los espacios culturales puedan desaparecer.


Por: Diana Carina González @DianaCarinaG

Ma. Alejandra Domínguez @maleja0111

Leidy Johana Fiallo @johafiallo

El riesgo se representa en Cali para entidades culturales como IncolBallet, Inciva, Bella Artes y la Biblioteca Departamental, que buscan apoyo para sobrevivir. Recientemente, realizaron una marcha con para exigir la colaboración monetaria que el gobierno les había prometido para pagar las nominas, el mantenimiento de las instituciones y las presentaciones que se hacen en el año; finalmente, el tres de octubre el Estado les proporcionó el dinero.

Sin embargo, otra problemática que se vive en Cali es la falta del público asistente a este tipo de presentaciones. Los ciudadanos han perdido el interés por la cultura, debido a tienen otros lugares para entretenerse como discotecas, cines y restaurantes, olvidando actos artísticos como el teatro, el ballet y la música académica (piano, opera y violín, entre otros).

“Se ha perdido participación de los ciudadanos por la tecnología. A la gente le da pereza salir de su casa para ir a estos eventos y prefieren verlos por internet o en la televisión. Si se quiere oír el concierto se pone Youtube, busca el video y lo ve en la comodidad de su casa. Eso sucede aquí porque en Europa la gente se desvela por asistir a un concierto”, dice Alba Estrada, pianista y dueña de la ‘Escuela de Música Alba Estrada’.

Eventos que se realizan anualmente en Cali:

• La matraca: en el mes de octubre. Se caracteriza por presentar grupos instrumentales de tango.
• El Festival Internacional de Ballet: Se realiza en el mes de junio, danza clásica y contemporánea.
• El Festival de Teatro de Cali: Se realiza en Abril, con obras de teatro contemporáneas, brindando un espacio de formación invaluable para el sector teatral.

Según la Cátedra UNESCO de Comunicación, solo el 5,2% de la población asiste a espectáculos de alta cultura, lo cual es preocupante, como lo manifiesta Burbano, debido a que los personajes que dedican su vida a estos oficios, no tienen muchas oportunidades en la ciudad.

“En mi época se veía más asistencia, porque se educaba a los niños con bases artísticas. Los conciertos eran muy económicos y había muchas oportunidades, por la cantidad de actos que se realizaban. Hoy la cultura ha cambiado, ya no se educa a los niños para un fin artístico”, afirmó Estrada.

Aquellos niños y niñas que se interesan por las expresiones artísticas, lo hacen porque estudian en un colegio que tienen esas bases o nacen en hogares en los cuales algún integrante de la familia las practica, como sucedió con Estrada, que a sus cinco años empezó a tocar piano por influencias de su madre.

De igual manera, Yuri Vásquez, quien pertenece a otra disciplina artística (teatro), comenta que muchas veces la sociedad no explora actividades nuevas en la ciudad, sino que siempre se quedan en la misma rutina: “Una obra de teatro tiene todo para que la gente también lo introduzca en su plan cotidiano, como salir a rumbear, a comer, entre otras. Cuando se asiste al teatro es toda una escenografía, indumentaria, maquillaje, vestuario, personajes y expresión corporal. No es algo que sea pre grabado, es algo que estás viendo”.

“Departamento debe $3.500 millones a Bellas Artes, $1.100 millones a Inciva, $1.000 millones a IncolBallet y $936 millones a la Biblioteca Departamental”.

Lo cierto es que hoy, el panorama cultural es triste, al encontrar que a la mayoría de las personas les resulta aburrido o muy costoso y se abstienen de participar en eventos propios del arte, que hace algunos años servían de entretenimiento social. En la actualidad, es un privilegio para los que aprecian estas disciplinas creativas.

Enlaces:

Presentación de Piano-Alba Estrada

Presentación de Ballet-IncolBallet

Obra de teatro