Día para conmemorar, 57 años de la USC

La Plazoleta de los Sabios fue el escenario perfecto para la celebración del quincuagésimo séptimo aniversario de fundación de la Universidad Santiago de Cali.

Por: Indira González Ferrer

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Al evento asistieron más de dos mil personas, quienes presenciaron el desfile de la Banda de Guerra de la Brigada 145, compuesta por más de ochenta músicos, ganadores de importantes premios nacionales.

Luego se pasó a la entrega de un importante reconocimiento a nuestra Universidad, una nota de estilo firmada por el Arzobispo de Cali, Monseñor Darío de Jesús Monsalve, en representación de la Arquidiócesis de Cali, por la meritoria labor educativa de la Santiago durante su historia. Este reconocimiento fue entregado por el Capellán de la USC, el sacerdote Carlos Horacio Rincón.

De igual forma, el Rector, Carlos Andrés Pérez, recibió la condecoración Orden de la democracia Simón Bolívar en grado Cruz Oficial, otorgada por la Cámara de Representantes de la República de Colombia como reconocimiento a su gestión al frente de la institución durante los últimos cuatro años.

Después se disfrutó de la presentación del grupo de Rock de la USC, que aumentó el entusiasmo y la energía de la multitud. Los asistentes disfrutaron además de un video mapping, involucrando a la institución en un espectáculo de colores, sonidos e imágenes en tercera dimensión, que transportó al público a un recorrido por la historia y futuro de la USC.

Entre tanta armonía y desborde de emociones, para finalizar con broche de oro, la USC se tomó el cielo y lo tornó de colores gracias a los fuegos artificiales, haciendo brillar al sur de la ciudad y mostrando así la felicidad y orgullo que representa ser parte de la familia USC.

Día sin IVA, pero no sin COVID

El tercer día sin IVA en Colombia quedó programado para pasado mañana, 21 de noviembre, esta vez, con el propósito de hacer las compras para las fiestas de fin de año. Esta jornada está unida al adelanto de la prima de diciembre, que ya se autorizó, y a otros eventos como el Black Friday y el Gran Finde. Todas estas iniciativas hacen parte de la campaña “Madrúgale a la navidad y compra lo nuestro”, promovida por el Gobierno Nacional.


Según el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, el Gobierno dispuso ciertas medidas para prevenir aglomeraciones y contagio del COVID-19 durante la jornada del día sin IVA. Entre ellas, la compra de electrodomésticos y equipos de comunicación solo se podrá hacer por Internet; de igual forma, se buscará que los establecimientos operen durante las 24 horas, de manera presencial y en las plataformas web.

Por supuesto, quienes compren en los almacenes deberán seguir las medidas de bioseguridad como el uso de tapabocas y distanciamiento social. Además, se impondrán sanciones a los negocios que incumplan con el control de estos protocolos de prevención. Esperemos que así sea.

La reactivación económica es importante, pero la salud de los colombianos lo es más. Ojalá los almacenes y centros comerciales adopten estas pautas de forma estricta y los ciudadanos que deseen aprovechar este día, sean cuidadosos y opten (en mayor medida) por las compras en línea, que, si bien, pueden generar desconfianza en muchos, son la mejor opción en estos momentos, si se recurre a sitios confiables.

Andrea Domínguez Toro

@adt_04

6 MILLONES DE HISTORIAS

El tema central de mi intervención se refiere al papel de los medios –y de los periodistas, especialmente- en los procesos de reconstrucción de memoria.
Mucho se ha hablado sobre la función del periodismo, como aséptica, objetiva, apegada a la información y carente de enfoque político o personal.
Así nos los enseñaron desde los medios norteamericanos en los años setenta y ochenta.

Por: Olga Behar

@olgabehar1

Qué diferente debe ser el periodismo en países convulsionados, como los nuestros, en América Latina. Porque con frecuencia, nuestro ejercicio se constituye en dinamizador o encubridor de los hechos que suceden, especialmente cuando involucran a quienes ejercen el poder o, como en Colombia, son actores del conflicto.

¿Pueden los periodistas ser indiferentes a la forma como una nación reorienta su destino? ¿Tenemos que ver los toros desde la barrera? O, por el contrario, ¿somos también agentes de cambio?
No hace muchos años, el periodismo argentino se vio enfrentado al dilema de si debía ser ‘objetivo’, neutral, distante, frente a los descubrimientos de crímenes cometidos por la dictadura que azotó a ese país entre 1976 y 1983, o si debía tomar partido y abanderar el proceso de divulgación de esos hechos execrables.

Desde la gran prensa –algunos de cuyos exponentes podrían hoy categorizarse como cómplices del autodenominado Proceso de Reorganización Nacional- clamaban la neutralidad y una postura que los alejara de cualquier intento de crítica hacia ese oprobioso régimen, so pena de terminar acercándose a las posturas cercanas de la izquierda y a los movimientos revolucionarios que habían sido aplastados.
Pero una gran cantidad de colegas impulsó la tesis de que no es posible ser indiferente, frente al sufrimiento y la persecución de ciudadanos que, equivocados o no, eran sujetos de derechos amparados por la Constitución y las leyes.

Fue cuando comenzaron a aflorar tantas historias como hechos habían sucedido.

No faltaron también los relatos sobre la infausta guerra de Las Malvinas.

No solo hubo una explosión de artículos en los medios, sino también documentales, películas de ficción y todo tipo de relatos, muchos de los cuales terminaron convertidos en libros periodísticos y literarios.

Recuerdo mucho un libro que, para mi caso personal, fue tremendamente inspirador: Los chicos de la guerra, de Daniel Kon, un relato en polifonía de voces sobre la irresponsabilidad, por parte de la dictadura, en el reclutamiento de adolescentes que tuvieron que ir a las Malvinas y sobrevivieron de milagro a esa debacle.

Y fueron muchos más los libros y otro tipo de trabajos periodísticos, apoyados en gran parte por las investigaciones judiciales y la Comisión de la Verdad.

Esta manera de enfrentar la realidad se convirtió en un camino digno de transitar para periodistas colombianos que dimos el salto hacia la narrativa histórica en esos años de tanto peligro y censura en este país.

Hoy, tres décadas después, el ejemplo de la manera como desde Argentina se trabajó en el periodismo, el cine y la literatura para recuperar la democracia, se convierte para Colombia en una ruta a seguir, en momentos en los que se negocia el fin del conflicto con las Farc.

Colombia transita los caminos del diálogo entre adversarios. Esta guerra que comenzó hace cerca de seis décadas podría estar viviendo su final, con la firma de los Acuerdos de La Habana.
¿Qué seguirá después? ¿La firma es la paz?

Indudablemente que para hablar de paz social, con democracia, respeto y coexistencia pacífica, falta un largo trecho. La pregunta es si los periodistas de Colombia están dispuestos a transitarlo y, sobre todo, cómo lo harán.

Porque el gremio no debe ser entendido solamente como el conjunto de profesionales que trabajamos en los medios de comunicación, sino incluir también a los dueños y grandes jefes de los medios que son, en buena parte, los mismos amos y señores del gran capital. Y son también los mismos que con frecuencia han promovido desde sus tribunas mediáticas, la guerra y la salida cruenta.

Quiero aventurar algunas propuestas sobre ese papel trascendental:

1) Sin volvernos propagandistas del proceso, tenemos la misión de explicarlo a nuestro público, con informes que incluyan el contexto, variedad de fuentes y de testimonios.
2) Las voces de las víctimas son necesarias para entender la crueldad de la guerra, y también para dignificarlas.
3) Las voces de los victimarios son claves para desentrañar ese pasado que es, en muchos casos, desconocido por las víctimas, pero también por la sociedad en general.
4) Promover un nuevo lenguaje, que no sé si podría llamarse el ‘glosario de la paz’. Es todo un desafío ambicioso que debe contribuir a aclimatar un trato respetuoso y digno para los actores del conflicto que renuncien a la violencia.
5) Por último, lo que debe marcar nuestro norte es la meta de trabajar por la reconstrucción de la memoria y la verdad.

Pero, ¿de qué verdad estamos hablando?

Hay una ‘verdad jurídica’, que les corresponde encontrar a los organismos encargados por mandato constitucional.

A los periodistas nos compete la ‘verdad histórica’, esa que encontramos, como dice el gran cronista colombiano Alberto Salcedo Ramos, cuando nos ‘gastamos las suelas de los zapatos’ en la reportería infinita que nos debe llevar a la recuperación de los testimonios de 60 años de horror. Y con todas las herramientas del periodismo investigativo, o simplemente, del buen periodismo, podremos acercarnos y zambullirnos en tantas historias como hechos y víctimas existen.

En Argentina, hay todavía material para miles de historias. En Colombia, sin lugar a dudas, podremos tener seis millones de historias, tantas como desplazados, muertos y perseguidos forman parte de la estadística del conflicto.

Empecemos ya a construirlas.

Vanguardias en el Documental

El documental es un género que desde sus inicios ha tenido fuertes y notables cambios en sus formas discursivas. Desde la aparición del cinematógrafo como cámara móvil que permitía registrar fácilmente la realidad circundante, este género desarrolló una compleja narrativa, en donde la línea divisoria entre la ficción y la no ficción ha sido un tanto borrosa. 



Por:
Martha Lucia Victoria
Egresada FCP. Candidata a Magíster en Cine Documental.
Sandro Buitrago
Docente y Coordinador Área de expresión FCP

Desde los trabajos de Flaherty, introduciendo el docudrama, los de Ruthman e Ivens -que involucran el trabajo estético de la pintura con la luz- o las experimentaciones de Fernand Léger con su Ballet Mecánico, el documental ha generado múltiples y muy diversas estrategias para contarse.

Algunos autores como Nicholls, Rotha, Channan o Renov, han investigado y analizado estas formas discursivas del documental. En estos análisis se observa cómo el documental siempre ha estado mutando sus estrategias narrativas, valiéndose para ello de las rupturas con lo establecido a través de creadores vanguardistas.

Los experimentos de Vertov y su Cine Ojo, el Cinéma Verité o el cine directo, son productos de una búsqueda por variar sus propuestas de narración. Las modalidades discursivas analizadas por Nicholls, desde la expositiva, hasta la performativa, desarrollada en su Introduction to Documentary (2001), son un intento por generar una taxonomía a la que el documental se ha negado durante años.

Podría decirse que la narrativa documental siempre se ha nutrido de esos cambios, de esos autores vanguardistas que vislumbran nuevas formas de contar, de representar la realidad. Es así cómo, desde los años 80´s las vanguardias en el documental comenzaron a relacionarse con las escrituras del YO. La aparición de las mini-cámaras o Handycams -de fácil manejo y muy livianas- permitieron a los realizadores girar el lente para mirarse a sí mismos, convirtiendo la cámara en una especie de extensión de sus manos con la que se podía observar sus propias vidas. La Autobiografía, el diario documental y el Autorretrato hacen parte de estas vanguardias que en la actualidad marcan una línea de trabajo que cada vez se articula más con las artes plásticas, hasta el punto de que el documental empieza a hacer parte del museo como una obra de arte pensada para ser expuesta en estos espacios, en lo que se ha denominado documental expandido.

El autorretrato, en el que el realizador genera una mirada específica sobre un momento de su vida, el diario documental, que recoge una jornada (journey) en la que el realizador se transforma a medida que emprende su viaje por el mismo documental, o la autobiografía donde el realizador relata su propia vida, hacen parte de este arsenal de formas narrativas, que siguen vigentes y transformándose para dar al documental nuevos aires y nuevos espacios de creación.


Referencias

*Nichols, Bill, La representación de la realidad. Cuestiones y conceptos sobre el documental, Barcelona, Paidós, 1997. (1991)

*”El Autorretrato en el Documental, Introducción/Conclusiones”, Raquel Schefer en el Autorretrato Documental

La Santiago presente en FELAFACS 2015

En la Plaza Mayor de Medellín se llevó a cabo la versión XV del encuentro trianual de la Federación Latinoamericana de Facultades de Comunicación Social, FELAFACS, que en esta ocasión tuvo como eje central de reflexión las “Convergencias Comunicativas, Mutaciones de la Cultura y el Poder”.


Por: Diego Sinisterra

@sinisterrad1

En esta ocasión, la Universidad Santiago de Cali, hizo presencia académica e investigativa con la ponencia “Prensa/Poder/Subalternidades; nación y cultura en la República letrada de Colombia 1819-1830” de la Directora del Departamento de Comunicación, Camilia Gómez Cotta, quien presentó apartes de su investigación doctoral en Estudios Culturales Latinoamericanos.

 La organización del evento dividió en nueve mesas temáticas las ponencias presentadas por investigadores de todo el continente, entre ellas, la mesa 1, coordinada por Mary Luz Vallejo, de la Pontificia Universidad Javeriana y Raúl Osorio de la Universidad de Antioquia, tenía como eje central la historia de los medios, con ocho ponencias de cinco países: Ecuador, Chile, México, Perú y Colombia. La docente-investigadora santiaguina, expuso en este espacio el correlato que desde la primera prensa republicana, contribuyó a consolidar la idea de nación presente en la Constitución de Angostura en 1819 y aún antes, en la carta de Jamaica, escrita por el mismo Bolívar que en el presente año cumple los 200 años de haber sido escrita.

Las ponencias variadas en temas y metodologías, concluyeron en la necesidad de seguir ahondando en la historia de los medios, en tanto contribuyen a pensar la comunicación articulada a los relatos, correlatos y narrativas de los Estados-nacionales latinoamericanos en diversos momentos o periodos históricos. De igual manera, coincidieron en la importancia de trabajar los archivos de los distintos medios, en tanto las generaciones futuras podrán tener soportes concretos sobre los cuales continuar el trabajo de investigación en el campo de medios, nación y memoria y con ello, a tener mejores soportes para conocer los cambiantes escenarios del poder, eje en el cual siempre harán presencia, los medios de comunicación, sean estos impresos, audiovisuales, radiales o digitales.

Programación de TV adecuada para los niños

Hablar sobre lo que es adecuado o inadecuado en materia de televisión infantil resulta algo difícil de establecer, debido a que en Colombia ‘la caja de entretenimiento’ juega un papel muy importante en los hogares. Y es que los contenidos mediáticos que ahí se presentan, cada vez están más ligados a la cultura simplista de la audiencia colombiana.

Por: Leidy Johana Fiallo

@johafiallo

Para una familia promedio, cualquier novela o Reality Show es un ‘boom’.Quizá lo complejo del asunto es preguntarse ¿Qué están viendo los niños en Colombia? Y quizá, la respuesta es obvia: los niños ven lo que los adultos ven; es a partir de ahí que se desprenden interrogantes sobre si de verdad los productos audiovisuales creados para niños realmente están cumpliendo con su objetivo de educar y entretener, o quizá el problema tampoco sea ese, sino que los padres no están interesados en lo que sus hijos ven.

Habría que tener en cuenta que si una gran mayoría de niños consume material audiovisual de los canales nacionales y estos no son precisamente educativos, es necesario reconsiderar qué se está proponiendo para las familias.

Lo cierto es que en contenidos de programas, hay muy buenas opciones para presentar a los niños, diferentes a las dispuestas para audiencias adultas que finalmente no contribuyen positivamente con su formación, a diferencia de canales especializados en un público objetivo infantil que sí cumplen con este fin.