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Los 152 asesinatos de periodistas en Colombia desde el año 1977 hasta el 2015, parecen desvanecerse de la memoria colectiva de esta violenta república, que indujo el miedo al oficio de informar a través de las acciones delictivas, y entregó como resultado la autocensura, sangre e impunidad.
Según el libro Palabra y Silencio, del Centro Nacional de Memoria Histórica, el primer asesinato de un periodista en Colombia del cual se tiene registro, ocurrió el 11 de diciembre de 1977 en Cúcuta. Carlos Ramírez París, director de Radio Guaymaral, murió tras recibir varios golpes de dos policías; por este crimen nadie fue judicializado.
Después de aquel asesinato, el oficio de informar fue directamente golpeado por la violencia; en la década de los años 80 fueron asesinados 43 periodistas y el miedo se apoderó de las salas de redacción debido a las múltiples amenazas y secuestros. Por muchos años, Colombia ocupó el primer lugar de países donde más asesinaban comunicadores.
Las órdenes de atentar contra periodistas venían desde todos los frentes del conflicto colombiano: narcotráfico, paramilitares, guerrillas, políticos corruptos y fuerza pública, esta última a través de la Brigada 13 del Ejército infundía el pánico a todos aquellos comunicadores que investigaran más allá de la información que ellos ofrecían.
La mayoría de los periodistas asesinados adelantaban o habían expuesto investigaciones en las cuales evidenciaban corrupción y cuestionaban los procederes de los poderes políticos de turno. Gran parte de los comunicadores flagelados ejercían su labor en medios pequeños o regionales y tenían más libertad de indagar sobre la oficialidad de la información.
Con el nacimiento de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), el país vivió la más cruenta ola de asesinatos por una simple razón: pensar diferente. Periodistas con tendencias políticas y económicas de izquierda, fueron perseguidos, asesinados y desplazados de sus territorios. De aquellos crímenes nadie se atrevió ni siquiera a abrir investigaciones a profundidad para dar con los responsables, la impunidad fue un premio para los victimarios y un desconsuelo para las víctimas.
Medios de comunicación como la revista Alternativa y el Espectador fueron duramente golpeados por criminales que se habían dado cuenta de la importancia de suprimir el pensamiento libre y crítico de la sociedad para justificar su accionar delictivo. Según el citado libro, el número de asesinatos de comunicadores que desempeñaban su labor en prensa escrita es mayor comparado con la radio y la televisión.
“Una prensa libre puede ser buena o mala, pero sin libertad, la prensa nunca será otra cosa que mala”: Albert Camus, escritor francés.
Con la llegada del nuevo milenio, en Colombia disminuyeron paulatinamente los homicidios contra periodistas, pero creció el fenómeno de la autocensura precedida por el miedo de los comunicadores a ser asesinados.
Los espacios investigativos y cuestionadores del poder en los medios fueron reemplazados por información sensacionalista y de entretenimiento; los periodistas pasaron de ser agentes divulgadores de los hechos por medio de varias perspectivas a desarrollar un ejercicio comunicativo dependiente solo de las voces oficiales y de lo que se “pueda contar”.
Los asesinatos sin duda condicionaron el oficio informativo; la muerte calló a aquellos que ejercían su labor éticamente, la impunidad contribuyó a que el fenómeno creciera y la ciudadanía, impávida ante estos hechos, dejó que se vulnerara su derecho a estar informada.
Luego del año 2002, la “estrategia” para desestimar la labor periodística empezó a transformarse, los homicidios fueron reemplazados por los procesos judiciales, las palabras como “guerrillero” o “terrorista” se pronunciaron desde lo más alto del gobierno cada vez que un periodista refutaba una información de carácter oficial.
Según datos de la Fundación para la Libertad de Prensa, durante el gobierno de Álvaro Uribe Vélez, decenas de periodistas de medios nacionales, regionales y comunitarios abandonaron sus trabajos y pidieron exilio en países vecinos, las chuzadas desde organismos de la fuerza pública y las amenazas fueron factores determinantes.
Algunos de los periodistas más reconocidos del país que profesaban abiertamente su oposición al gobierno no se fueron, pero sí se acoplaron a la nueva forma en que debían trabajar: fuentes oficialistas, noticias sin profundidad, notas rápidas y sin contexto y, sobretodo, el entretenimiento a través del sensacionalismo para mantener a la audiencia “conectada”.
En su libro País Lejano y silenciado, Arturo Guerrero argumenta: “Es habitual, además que estos medios tengan definidas preferencias políticas o compromisos con las fuentes. Sus periodistas comprenden que a estas ‘hay que hacerles pasito’ o no contrariar sus intereses con la información que produzcan. En muchas regiones donde no hay comercio, el Estado es el único anunciante fuerte, de manera que las autoridades se vuelven intocables”.
La sangre empañó el ejercicio informativo, la impunidad sepultó las ideas y convicciones de todos aquellos que se arriesgaron a dudar, la autocensura fue una victoria abrumadora de todos los propagadores de violencias y corrupción.
Por: Jamir Mina Quiñónez
@Jamir_Mina
Uno de los añadidos de teléfono móvil más importantes en los últimos tiempos ha sido, sin duda alguna, la cámara fotográfica, un dispositivo que ha ido aumentando potencialmente su calidad a cada nuevo terminal, casi sin darnos cuenta.
El dispositivo como tal, la cámara fotográfica para terminales móviles, fue inventado en Junio de 1997 por Philippe Kahn. Este invento fue una mezcla de la combinación de varios aparatos (portátiles, móviles y cámaras digitales) para compartir una fotografía por móvil de forma masiva.
Muchos datan al Sharp J-Phone J-SH04 como el primer terminal con cámara fotográfica, que contaba con 0,11 MP, lanzado en Noviembre de 2000 en Japón. Como curiosidad, este equipo fue el primer móvil con capacidad de mandar fotografías de forma inalámbrica por mensajería
El primer terminal con cámara fotográfica que pisó los Estados Unidos fue el Sanyo SCP-5300, un teléfono con forma de “concha” que llegó en noviembre de 2002, con una cámara de 0,3 MP, una resolución de 640 x 480 pixeles en sus imágenes y ajustes personalizables como control de balance de blancos, auto disparador, zoom digital y varios filtros como sepia, blanco y negro y negativo, entre otros.
Ese mismo año también se lanzó mundialmente el Nokia 7650 con cámara de 0,3 MP y 640 x 480 píxeles de resolución, el primer gran terminal de la firma finlandesa en explotar la cámara del móvil comercialmente, aunque su éxito no fuera el esperado por la propia Nokia. Su precio, por cierto, rondaba los 600 euros.
Samsung fue la primera en lanzar un terminal con 5 MP en su cámara en el 2004 con su modelo SCH-S250, pero lejos de la experimentación de Samsung, la marca triunfadora por aquella época, Nokia, consagró los 5 MP con su Nokia N95, presentado en 2006 y lanzado en 2007. El N95 contaba con cámara de 5 MP, ópticas Carl Zeiss y grabación de vídeo a 30 fps.
Entre tanto, aparecía, en 2007, el iPhone original, con una cámara de 2 MP, sin Flash LED, autofocus, ni grabación de vídeo.
En 2008 Samsung introdujo el Samsung i8510, conocido como INNOV8 (innovate), el primer terminal con cámara de 8 MP, y con aspecto de terminal Nokia más que de Samsung. La propia Nokia respondió con el Nokia N86, con cámara de 8MP, pero fue LG la que lanzó el primer terminal táctil con cámara de 8MP, el LG Renoir.
Podemos seguir con muchos más antecedentes hasta llegar al día de hoy, en que las cámaras de los móviles alcanzan megapixeles altos, dando resultados muy parecidos a los de una cámara semi profesional. Lo cierto es que cuando vamos a adquirir un dispositivo móvil, ya no pensamos en que será un teléfono para hablar. Hoy, una de las primeras facilidades en las que pensamos es en la cámara de fotos y video.
Por Keiner Charáombre
Desde la desaparición de Deportes Palmira en el año 2010, la ciudad no tenía un escudete que lo representara en el fútbol profesional. Al club palmirano, que militaba en la Primera B, le tambaleó su futuro en el municipio y, entre las muchas barajas de la Dimayor, trasladaron el equipo a Buenaventura, donde hoy se conoce como Pacífico Fútbol Club.
Hoy “La Villa de las Palmas” celebra el regreso de la ‘pecosa’ a su patio y al fútbol profesional, para recobrar su protagonismo a través del deporte. Esta vez, oficiando como sede del equipo Orsomarso S.C., vinculado a la segunda división por competencia de nuestro país.
Palmira se venía postulando como sede del fútbol desde la apertura del Estadio del Deportivo Cali en 2008, ubicado en la zona rural de la ciudad. Desde entonces, se reactivó el estímulo para tener, con mayor regularidad, jornadas futboleras al municipio. Posteriormente, recibió al América en su corto “trasteo” (temporada 2011) al Francisco Rivera Escobar, escenario deportivo de los palmiranos.
Desde su creación, en el año 2012, la principal misión de Orsomarso Sportive Clube, otra escuadra con estampa vallecaucana, es fomentar la formación de jóvenes futbolistas. Este proyecto se inició con la participación del equipo en categorías juveniles de Sub-17 y Sub-19, sumado a su competencia en el importante certamen de la Copa del País, vitrina central de los nuevos talentos en el fútbol colombiano.
‘Sangiovanni’, un sello del fútbol y del negocio.
En honor a ‘Pepe’ Sangiovanni, atribuyendo el inmenso sentimiento profesado por parte del recordado empresario hacia su lugar de origen, brotó la idea de bautizar así al equipo. Orsomarso es una ciudad de la provincia de Cosenza, en la región de Calabria, sur de Italia. De ahí nace la patente del onceno que hoy no solo representa oficialmente a Palmira, sino también al sello mercantil de los Sangiovanni.
“Orsomarso, una cantera que es puro corazón” es, pues, otro gran negocio de la familia Sangiovanni (José Gabriel y Oreste), quienes antes manejaron el América de Cali, hoy al frente de un nuevo equipo del rentado nacional, conservando el legado que ha fluido por la vena de su parentela.
Una de las curiosidades de fondo en Orsomarso, es su nómina de entrenadores, donde aparece de manera legible el nombre JOSÉ GABRIEL SANGIOVANNI, personaje que no se conforma con capitalizar las ideas detrás del escritorio. “Pararme en la raya también me apasiona”, expresa entusiasmado, refiriéndose a su nueva faceta.
La aparición de Orsomarso en la Segunda División del Rentado Nacional es cuestionada por muchos que todavía dudan de su capacidad para competir y critican que, de la noche a la mañana, adquirieron por aproximadamente cinco mil millones de pesos la ficha de Uniautónoma, conjunto barranquillero que desapareció.
Pero don Gabriel invita a los aficionados a que “se despreocupen, pues vamos a competir como se debe competir. Tendremos un equipo altamente competitivo, que se entregue, que luche y represente con categoría a la ciudad que nos abrió sus puertas”.
Son muchos los que se benefician con la reanudación del fútbol de la B en la “Villa de las Palmas”. Es el caso de ‘El Melli’, un popular servidor de la zona exterior del Complejo Deportivo, con más de 10 años de labores en el cuidado del parqueadero. Sin dejar de mencionar a vendedores, transportadores y hasta periodistas.
Ahora el fútbol colombiano recibe al nuevo inquilino de la B, uno más de la comarca vallecaucana, que seguro, “pasito a paso” en la cancha, irá conquistando a la hinchada del Francisco Rivera Escobar.
Recuadro:
¿Qué opinan los palmiranos sobre el regreso del fútbol profesional a la ciudad y de su nuevo equipo?
Por Leiniker Montoya
@leikmon
Una mira personal a las cosas del mundo
Todo acto comunicativo es polivalente y transmedial. Es una acción comunicativa compleja y esencialmente intersubjetiva como plantea J. Habermas (2000) en una sociedad que descentralizada de los centros de poder hegemónico siguiendo a Z. Bauman (1999) y a A. Gramsci (1981).
La comunicación hoy día, es un proceso disruptivo pero a la vez, autorregulado bajo el accionar de una tecnología que algorítmicamente impone una agenda de flujos informativos bajo las tendencias de ·#hashtag o etiquetas dándole a los ciudadanos una sensación de autonomía e independencia pero a la vez aun cuando cada día somos más los que estamos conscientes de que todo acto comunicativo es un acto de manipulación consensuado mayormente, sin negar que somos más escépticos y críticos ante los procesos comunicativos dominantes que son los de las redes sociales (RRSS).
Desde este punto de vista, la comunicación es posible verla no como procesos lineales como Shannon y Weaver (2017) o bajo un determinismo estructural al estilo de Marín Serrano (2008) sino como interacciones y resonancias emocionales entre fuentes estructuradas o aleatorias multiplicadas exponencialmente desde múltiples canales.
Toda fuente – individual o de una organización -, actúa en el ecosistema comunicativo como fuente dialogante como una cuerda o filamento en una red de redes comunicativas tangibles e intangibles a todos los niveles.
El presente demuestra que ciertamente transitamos en una sociedad liquida a decir de Bauman y ello se refleja en el quiebre definitivamente las estructuras de poder y organización comunicativo imponiéndose un mundo cada vez más fragmentado, atomizado que se refleja en la construcción de un multiverso comunicativo en concordancia a la teoría de los multiversos en física y cosmología ya que en el campo además del universo comunicativo físico en familia, universidad, trabajo, grupos de amigos, espacios públicos es sincrónico, concreto y en tiempo y espacio unitario; hay universos digitales, virtuales, intangibles, donde se rompen las nociones de espacio-tiempo, sincronía e identidad única. Es decir si existimos bajo leyes, principios de universos diferentes comunicativamente.
Somos una sociedad en con un alto nivel de entropía donde la movilidad narrativa es el signo del tiempo junto a la relatividad axiológica de los conceptos centrales de objetividad, verdad y verosimilitud. La realidad comunicativa es un multiverso textual de relatos bajo la dialéctica de significados y significantes de textos inacabados.
La comunicación hoy, hay que entenderla como plantea la teoría de las cuerdas Susskind, L ((2013), enfocada en las interacciones y resonancias emocionales entre las diversas fuentes del ecosistema comunicativo. Y no en la tradicional comprensión de la transmisión de información lineal, sino que ocurre en múltiples niveles y dimensiones, conectando a las fuentes a través de cuerdas invisibles que vibran para cada fuente en la medida que se active la emocionalidad-subjetividad.
Todos somos emisores. Todos somos canales. Todos somos receptores. Todos generadores de ruidos pero con una especial característica que en la multiplicidad de universos comunicativos. Existe una hegemonía del silencio en estado de latencia ante los voyeristas que hemos aceptado en los nuevos universos comunicativos o la sobreinformación que recibimos de múltiples fuentes que desbordan nuestra capacidad de respuesta. El silencio ante la multitud de fuentes aleatorias que hemos aceptado o nos “bombardean” son como micropartículas en estado latente de mensajes que silenciamos o nos silencian. El volumen de tales fuentes está demostrado es enormemente alto frente a las resonancias-respuestas que generamos. Somos paradójicamente un universo de silencio fuente decisiva de conflictos y decisiones erradas pues el desconocimiento de la información no exime de la posibilidad comunicativa.
Lo social está sometido a determinaciones comunicativas hipermediadas que son una fuerza disruptiva en cada momento dentro de cada espacio-contexto de relaciones sociales tradicionales como la familia, la escuela, universidad, empresas, grupos de amigos, etc. La sociedad clásica con la tecnología se ha visto asaltada por actos comunicativos de fuentes intrusas o externas que desestabilizan estructura social desde vibraciones que aceptamos. La comunicación disruptiva ha cuestionado todo acto comunicativo legitimo en las estructuras legítimas de organización social con la presencia de cada fuente que aceptamos y atendemos a cada momento de la vida.
La convivencia tácitamente consensuada de fuentes aleatorias activas en cada individuo u organizaciones muestra la existencia de vibraciones que entendemos como actos comunicativos en proceso hoy día, conformar un entorno comunicativo, simbólico muy complejo por la cantidad y diversidad de mensajes sino por la casi infinita posibilidad de que estén presentes en cada momento de nuestra vida por los diversos dispositivos que son parte del universo complejo que denominamos semiosfera siguiendo al destacado semiólogo de la cultura Lotman (1996).
Lo social ha tenido un enriquecimiento de los espacios, tiempos, intereses, temas y posibilidad de desdoblamientos identitarios como nunca. Los social se ha trasladado a lo digital ensanchando ese mundo clásico de familia, grupos. Hoy lo digital ha desdoblado lo social en lo físico-real y lo digital-creíble.
En cada acto comunicativo hay vibraciones ( [fuente-mensaje]-[fuente-mensaje]-[fuente-mensaje+[n]) que corresponden a otro acto comunicativo. El centro de la comunicación deja de ser emisores-medios-organizaciones-individuos para ser fuentes individuales, sin una agenda socialmente organizada. El orden comunicativo solo es comprensible desde la entropía con otros mensajes en un mundo algorítmico no por escogencia o encuentro social sino repito algorítmico.
La comunicación hegemónica hoy día está definida por un movimiento algorítmico inicialmente humano desde los centros tecnológicos pero con los desarrollos de la Inteligencia Artificial (IA), esta se hará independiente y autosuficiente desde un proceso de autoaprendizaje. Vivimos en una naturaleza múltiple: la natural que estamos acabando y en la que vivimos. La naturaleza humanizada que toda nuestra realidad resultada de la actividad humana que es la creada por la historia de la cultura y otra naturaleza que es la de la IA que está apenas creciendo pero va definiendo otra realidad.
La información es potencia comunicativa pero solo es acto a decir de Aristóteles, cuando vibran los filamentos de las cuerdas de las redes de cualquier multiverso. Entonces hay comunicación real. La información que no provoca resonancia queda en el silencio, en latencia – y repito es la que prevalece – pero no es una comunicación en expansión ya sea bajo la lógica de la naturaleza humanizada tradicional o la de la IA.
“
Netflix mira la realidad ¿y nosotros?
La dominante empresa de streaming Netflix entrega dos miradas de la realidad política de nuestros tiempos. Son dos apuestas audiovisuales sobre un tema, la política vista desde el papel de los asesores y estrategas de comunicación.
“Queenmaker”
Por una parte está la serie surcoreana “Queenmaker” que se estrenó el 14 de abril de este año con 11 capítulos en su primera temporada. Es un drama sobre una campaña política, sobre el poder de la empresas e intrigas, pero en especial por el papel de una profesional de estrategias de comunicación en crisis y el de estrategias de comunicación política.
Foto de Queenmaker de Netflix
Destaco el rol central de la mujer en esta serie en donde desde un guion sólido que escribiera y dirigiera Oh Jin-Seok conocido como OBON quien es también bailarín, músico y Rapero.
Más allá de la barrera que significa la cultura coreana, la historia nos muestra diversas situaciones críticas, éticas de un comunicador en rol de relacionista público o estratega de campaña. Algo, en donde estudiantes y egresados de nuestra facultad, podrán verse comprometidos en estas próximas elecciones. Recuerden el arte es una forma de narrar la vida.
“Irresistible”
La otra oferta de Netflix es el filme norteamericano, “Irresistible”. Una sátira política que se estrenó en salas en 2020 goleada por el COVID-19 y que se reestrena el 12 de abril de este 2023 en la plataforma de streaming con éxito.
Foto: Cortesía Focus/Features
La trama y la dirección son de Jon Stewart quien es además comediante, actor, presentador de televisión, escritor, periodista, productor y comentarista político. Este género es su punto fuerte ya que es considerado un pionero de la “sátira de noticias” que parodia a los expertos de los medios y figuras políticas.
Este filme se centra en el trabajo de un estratega político que identifica un potencial candidato para el partido demócrata en una zona rural profundamente conservadora. Desde la comedia se muestra la construcción, manipulación, papel de la comunicación por el control político de una alcaldía.
En ambos casos tenemos dos miradas al papel de los medios, de los comunicadores como constructores de opinión pública y de liderazgos. Son dos géneros, drama y sátira políticos. Son dos protagonistas una mujer y un hombre. Dos contextos el coreano y el norteamericano.
El reto también lo tenemos acá en Colombia, en este año, en un país, que se reajusta políticamente entre un cambio y una tradición política. En donde no renuncia a prácticas comunicativas más oscuras que van desde las calumnias, ataques personales hasta las fake news y la guerra sucia en redes sociales. El todo vale, vale.
Llamo la atención a cada estudiante, a cada a ciudadano a mirar críticamente los medios. A todos. Comprender la política más allá de lo que vemos es parte de la comprensión lineal de la vida. Hay muchas historias cruzadas. Por ello, analizar los medios es no una moda o una coyuntura, es parte de la cultura de estos y de todos los tiempos.
Una foto, la AI y sísifo
Cada día el ejercicio de la comunicación tiene más riesgos.
A la comunicación se le abren nuevos retos. También hay más recursos.
Hoy tenemos una “máquina del tiempo” con la IA con la cual decidir qué, cómo, dónde y cuando ocurrirá algo.
La IA puede construir una realidad falsa. Un universo paralelo en forma muy verosímil, pero falsa y engañosa.
Esto sucedió con la foto de Donald Trump detenido, que fue una simple solicitud de Eliot Higgins al aplicativo generador de imágenes con inteligencia artificial MidjourneyI
¿Pudiera repetirse la historia de Orson Wells con la Guerra de los Mundos en los años 30 en la radio, que provocó pánico colectivo en los EEUU? (Te puede interesar)[i]
El escándalo de la foto falsa como simple juego fue más tentador que la VERDAD. La reacción de quiénes interactuaron sea por travesura, premura excesiva o irresponsabilidad fueron tendencia mundial aunque siempre se dijo en un comienzo que era una falsa foto, pero no hay pero ciego que el que no quiere ver.
Sin duda falta una lectura crítica, de alfabetidad digital, pero también es la banalidad de los tiempos.
Algo que ha sido descrito por Zygmunt Bauman con la Modernidad Líquida y Mario Vargas Llosa con la Civilización del Espectáculo en donde dijo “…el primer lugar en la tabla de valores vigente lo ocupa el entretenimiento, y donde divertirse, escapar del aburrimiento, es la pasión universal…”
¿Tendremos que establecer límites al uso de la inteligencia artificial?
Por ahora varias empresas de IA como Midjourney, la creadora de la imagen mencionada y Stable Diffusion prefieren autorregularse.
De hecho, el nuevo Bing fortalecido con Chat GPT está haciendo procesos de autorregulación en determinados temas y solicitudes de imágenes atendiendo a lo que es “correcto” o no.
La pregunta es: ¿Iniciaremos y en que forma otra Santa Inquisición?
El problema de la regulación, censura, control de la información no es nuevo. Siempre ha existido. Ahora es contra la IA.
No duden que se dirá que no hay violación de los derechos humanos: libertad de expresión y creación. Eso es lógico porque es una IA, pero, la IA estaría violando la primera ley de la robótica de Isaac Asimov “Ninguna máquina puede dañar a la humanidad; o, por inacción, permitir que la humanidad sufra daños” y que muchos hemos visto en un filme “YO ROBOT” (2004).
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En Cali hay un espacio como ningún otro, donde se vive un intercambio económico y un acercamiento a la cultura de comprar productos frescos y de buena calidad; es la plaza de mercado Alameda.
Este lugar está renaciendo y se debe a que los precios de los productos en los supermercados están muy costosos y no siempre son de buena calidad; por esto, y razones como las que manifiesta Jairo Torres, vendedor del lugar, las personas prefieren comprar en este sitio, “aquí no se les cobra IVA, tampoco la bolsa, si les falta mil pesos no hay problema y se les da ñapa para que vuelvan”.
Un lugar que huele a flores y plantas recién cortadas, las frutas maduras provocan el deseo de probarlas una a una como lo señala Doña Martha Salazar, compradora frecuente del sector “no es lo mismo comprar en un supermercado que en una plaza de mercado porque aquí uno va escogiendo lo que va a llevar y probando el producto para confirmar la calidad y nadie se va a enojar por eso”.
Los sentidos se renuevan al estar inmersos en los infinitos colores que en ella se pueden encontrar y a su vez son contradictorios: el olor de animales muertos, envueltos en sangre no es muy agradable, pero el sancocho de pescado, la comida del Pacífico y otros alimentos típicos de la región producen ganas de deleitarse con tanta tradición que caracteriza a los colombianos.
En este momento el renacer de este lugar se debe a las costumbres monopólicas de supermercados que con la atención casi robótica hacen sentir al comprador en un mundo lejos de lo humano; también por los incrementos de precios, los caleños prefieren ir a la plaza de mercado donde se puede encontrar con comida, frutas exóticas y plantas para baños de limpieza o mal de amores: aquí la cultura saca a relucir su mejor faceta.
Al caminar por los angostos pasillos, los personajes de la plaza van apareciendo y con ellos las historias asombrosas que dan ganas de escuchar. Henry Cerón, vendedor del lugar, afirma con mucha seguridad que la calidad humana que se encuentra en la plaza de mercado no se consigue en ningún supermercado por más de que tengan los medios para hacer publicidad y llamen la atención del público con ofertas disfrazadas
Es una experiencia que pone los sentidos al límite, donde la atención y variedad de los productos siempre dejan a los compradores satisfechos; las rebajas y ñapas son lo más importante, porque allí vale más una sonrisa que una persona con las manos vacías.
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por Mariana Ruiz Herrera
@Marianaruhe