ENTRE LOS RECUERDOS DEL JUEGO DE PING-PONG Y EL JUEGO DE BEISBOL. Parte 2

El próximo martes 22 de marzo se jugará un partido de béisbol entre Grandes Ligas Tampa Bay Rays y el equipo cubano en el estadio Latinoamericano. Será casi la última actividad de la agenda presidencial de Barack Obama en su visita a Cuba, pero su importancia no está en ese juego en sí, tampoco por ser- según se dice por Radio Bemba- el primer partido ideológicamente unitario, ya que para acceder es por invitación y lealtad política con control de datos muy claros de quién eres. La importancia es que se reedita la diplomacia que Nixon-Mao hicieran con el ping-pong al restablecer sus relaciones en 1972.


 El deporte vuelve a ser el sellante de un compromiso político de ambos gobiernos, muy divergentes en temas de la geopolítica mundial y los DDHH, pero con grandes intereses económicos de mutuo beneficio. Que Cuba no es China, cierto; pero Cuba es por mil razones del interés particular de los EEUU, además de que la isla es un catalizador para una nueva política de Norteamérica con América Latina; y ello, simbólicamente, es muy importante para muchas generaciones siendo esta visita como derribar el muro de Berlín en aguas del Caribe en 2016.

Fotografías tomadas en el sitio web https://universobeisbol.files.wordpress.com/2016/02/alg-obama-pitch-jpg.jpg

Obama se sentará a disfrutar un partido en el Latino que ya tiene previsto su resultado. Las relaciones cubano-americanas van hacia niveles económicos muy interesantes que suplantarán los fondos de la Venezuela quebrada, el Brasil rebelde ante la corrupción y la Rusia de Putin. La política de confrontación ha cesado. Ya no más el enemigo de enfrente, ahora es el vecino de al lado. Las mesas están llenas con muchos proyectos y propuestas económicas a discutir en los paladares, bares y cabaret de La Habana, que los antiguos generales, coroneles o sus hijos e incluso nietos reconvertidos en miembros de una casta empresarial, los nuevos ricos socialistas, decidirán qué se acepta o no. En ese juego ya están hasta los más radicales del exilio cubano que sienten que pueden quedarse por fuera de este festín.
Los dividendos son grandes para ambas partes, los norteamericanos tienen en la otra orilla, a 34 minutos de vuelo y a 6 horas en barco, 11 millones de cubanos que lo necesitan todo. Y todo es todo. Por demás, un gobierno que desde la ideología no dará muchos más pasos y mantenerse sólo le será viable si mejora las condiciones de vida del cubano pues, definitivamente, como dice una canción de Carlos Varela ¨…tómalo como quieras, la política no cabe en la azucarera¨.

Todo sucederá como estaba previsto, un daiquirí, un mojito, unas asombrosas miradas a esos carros que no tiene ni el Smithsonian y en La Habana funcionan tras 50 años de embargo fracasado. Veremos a un historiador de La Habana –Eusebio Leal – deshaciéndose en palabras y siempre pidiendo un dinerito para una de sus obras de restauración. Veremos a un Raúl sonriente y diciendo ¨….si, pero falta más¨ y una sociedad civil expectante, pero queriendo decir más

Un momento singular será el discurso del Gran Teatro de La Habana, hay mucha expectativa, porque una cosa es que me dijeron, que escuché, que se dice que dijo… qué bailar en casa del trompo y decir elegantemente lo que se espera que diga y créanme, lo dirá, pero sólo lo dirá en voz muy baja, pues en verdad el juego tiene 9 entradas, y las bases están llenas y no hay out.

Por ello, entre aquel juego de ping-pong a este de Béisbol no hay mucha diferencia. Los disidentes, los pocos, van quedando sin discurso pues la economía impone su valor y las reglas de Tiananmén están silenciosas y aceptadas ayer como hoy. Es decir, así como Mao en Pekín le dijo a Nixón: ustedes entren, hagan negocios, traigan tecnología, que yo pongo mano de obra barata calificada y a cambio estaré en el poder y los DDHH son un asunto interno. Así, así mismo, sucederá con Raúl.
Sin duda, este viaje y el juego tienen un ganador y la única jugada sorpresiva del juego en el Latino es que los cubanos entiendan que tienen que robarse el home para no seguir en extraining.

Pedro Pablo Aguilera

@841790

SERIE #OBAMAENCUBA

PARTE 1:

OBAMA, RAÚL, MICHELLE, LA PLAYITA DE 16 Y EL VIAJE.

PARTE 2:

ENTRE LOS RECUERDOS DEL JUEGO DE PING-PONG Y EL JUEGO DE BEISBOL. 

PARTE 3:

GOLIAT VISITA A DAVID: ENTRE EL REALISMO POLÍTICO Y EL FIN DE LAS ORTODOXIAS. 

PARTE 4:

LA LECTURA DE CUBA DESDE SU ARTE. 

EL  ÚLTIMO PEDAZO DEL MURO DE BERLIN CREÍAN QUE ESTABA EN SIRIA

Donald Trump, poco más de 100 días después de haber iniciado su gobierno, tiene un nivel de desaprobación en su gestión del 53,2 % en promedio según el portal Real Clear Politics . Este neo populista de derecha no había logrado una victoria o acción política que lo favoreciera hasta el momento y solo con el ataque unilateral a una base militar siria obtuvo el apoyo momentáneo del 51 % ante supuestos usos de gas venenoso por el gobierno de Bashar al- Assad, quien gobierna el país asiático con el apoyo de Rusia y en medio de una guerra civil, en donde se mezclan grupos con intereses muy diversos y un saldo con más de 500 000 muertos entre su población.


Lo cierto es que Siria se levanta como un pedazo del muro de Berlín saliendo del desierto. Siria cobra visibilidad como escenario de fuerzas entre EEUU y Rusia que va más allá del valor geoestratégico que siempre ha tenido esta zona petrolera del mundo como salida expedita al Mar Mediterráneo.

Trump ataca buscando recuperar una autoridad, un liderazgo fuerte, desde la tradicional política republicana del hard power que se dio por perdido en la escena mundial por el accionar de la política del ejercicio del soft power de Obama. 

La resultante es direccionar a la opinión pública norteamericana, atraerla con hacer renacer al enemigo externo, a dos viejos enemigos, los rusos y el terrorismo de estado del gobierno pro ruso sirio.

Con este ataque de autoría no clara todavía –pero de uso muchas veces anterior contra sus opositores-, Trump también quiere marcar una distancia de su ¨aliado ruso¨ que tanto problema le ha dado desde su elección y que cobraba fuerza en estos últimos días con los vínculos de su equipo de gobierno y asesores al Kremlin y Putin.

Lo que se ha querido mostrar como una acción fuerte, unilateral realmente, no lo es tal. El ataque fue anunciado, anunciado a Rusia, de hecho a los propios sirios, y ha sido más un montaje que una respuesta clara. Poco importa lo que los rusos digan y que manden su poderosa fragata Almirante Grigorovich cerca a la base naval rusa en Tartus, Siria, que se comprometan a fortalecer las defensas antiaéreas de los sirios y mantengan un silencio informativo de los movimientos aéreos rusos. La historia más reciente demuestra la supremacía tecnológica militar norteamericana y poco o nada significativo, de existir una voluntad real de intervención en Siria a gran escala de los norteamericanos. Es más, en estos momentos hay tropas regulares estadounidenses en ese país, operando con el consentimiento del propio gobierno de Bashar al-Assad. Reitero, hay más de puesta en escena que de confrontación bélica entre rusos y norteamericanos.

Lo dicho se sustenta en la rara ineficacia del ataque: solamente 23 de los 59 misiles impactaron en sus objetivos, como afirman fuentes rusas. Sólo se destruyeron un depósito de equipos, un centro de adiestramiento de vuelo, 6 aviones MiG-23 y un radar; es decir, la base quedó operativa al mantener intactas la pista, las vías de rodaje y la gran mayoría de los aviones.

La crisis siria que algunos analistas han querido equiparar con la Crisis de los Misiles de Cuba en 1962, por estar detrás de Rusia y EEUU, solo ha fortalecido a Trump, ha ocultado sus fracasos en la política interna con los inmigrantes, la nueva ley de salud , su credibilidad de estadista mundial y ha ocultado las relaciones secretas con el Kremlin.

En Moscú, los jefes de la diplomacia de ambos países y viejos amigos Lavrov y Tillerson, junto con Putin, se sonrieron, brindarán con buen vodka y el mundo como antes, en la crisis de los misiles de octubre de 1962, quedará esperando el próximo estreno de la saga de una tercera guerra mundial simulada. Siria será un ¨trozo¨ del ya derribado muro de Berlín y la población civil cruzada siria seguirá en un fuego muriendo por armas fabricadas en Rusia y en EEUU por no se sabe cuánto tiempo, en una de las crisis humanitarias más cruentas de las últimas décadas .

Pedro Pablo Aguilera / Director del Departamento de Humanidades

 @841790 

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