DE LA CANTERA A LA COPA LIBERTADORES

El 23 de marzo de 1895 se celebró en Londres un juego de fútbol muy singular. Los equipos eran North y South, y se enfrentaron en el campo del Crouch End Athletic. Este partido pasó a la historia como el primero disputado por mujeres y fue el inicio de un camino de reivindicación y lucha por la igualdad. Para la historia del fútbol femenino es, además, un acontecimiento importante en un camino lleno de obstáculos, prohibiciones y prejuicios contra los que se sigue combatiendo en la actualidad.


Este deporte, para las mujeres, llegó a Colombia a inicios del siglo XX; en ese entonces, ellas solo lo practicaban en el ámbito amateur y aún tendrían que esperar un siglo más para su profesionalización. 

Equipo reunido antes del partido- @mzamorano_21

Gracias a la  participación de la Selección Colombia femenina en las copas del mundo de 2011 y 2015, al igual que en los Juegos Olímpicos de 2012 y 2016, se impuso la necesidad de  formalizar el  fútbol para mujeres en el país y dio paso a la creación de la Liga de Fútbol profesional, en el año 2017.

Mariana Zamorano juega como delantera en el equipo profesional del América de Cali. Ella cuenta que conoció a su ‘primer amor’ a los 8 años; se trata de la famosa ‘pecosa’, como coloquialmente llaman algunos al balón de fútbol. Pero su inicio en el deporte no fue sino hasta un año después, pues Ximena Cortés, su mamá, no estaba convencida, porque era una disciplina donde no se observaba a muchas niñas. Intentó inscribirla en otros deportes, pero fue en vano, “después de un tiempo y al ver que nada le gustaba, la metimos a jugar fútbol, para ver si de pronto, al estar rodeada de hombres, no querría jugar. Pero desde ese entonces está entrenando y no ha dejado de hacerlo”, mencionó Cortés. 

Durante uno de los partidos profesionales.

Su primer equipo fue Triunfadores FC; dos años después ingresó al Club Deportivo Atlas SC, en el cual estuvo durante 5 años y conoció a su entrenador Henry Parra, quien observó en ella a “una jugadora con mucho talento y potencial”, por lo que la ha acompañado desde entonces y ha estado presente en sus logros, como el mundial 5VS5 de la marca Gatorade, realizado en Madrid, España, con la Selección Valle Femenina. “Son emociones constantes, por el orgullo que representa para mí, debido al proceso de formación de muchos años que llevamos trabajando juntos”, expresó Parra.

Aunque Zamorano cuenta con el apoyo incondicional de su familia, su mamá le sugirió “que hiciera una carrera universitaria, porque es muy incierto el futuro en esa carrera”. Por este motivo, Mariana ingresó a estudiar administración deportiva en la Escuela Nacional del Deporte, lo que le permite combinar su pasión por el fútbol y su carrera profesional, apuntando a un futuro prometedor.  

En el país, el fútbol femenino, no tiene tanta aceptación como el masculino, aunque cuenta con grandes figuras, como Catalina Usme, capitana del  América de Cali; Yoreli Rincón, mediocampista del Inter de Milán y Natalia Gaitán, capitana de la Selección de fútbol femenino de Colombia y centrocampista para el Sevilla FC de la Primera División Femenina de España.

Zamorano junto a su madre y la copa.

A pesar de que se puede considerar discriminatorio, la Federación Internacional de Fútbol Asociado -FIFA- ha dado un primer paso para buscar un trato un poco más equilibrado para el balompié femeninmo; según el portal La Silla Vacía, “desde el 2016 la FIFA, órgano rector mundial del deporte, arrancó un programa para promocionar la práctica entre las mujeres con recursos que envía a cada Federación, y desde 2017 le pasa a Colombia 500 mil dólares anuales para ese proyecto”. Esto quiere decir que el problema no es el dinero, es la voluntad. 

Argumentando la pandemia, la Conmebol flexibilizó las exigencias a los clubes de tener equipos femeninos; de 18 que iban a competir, solo se inscribieron 13. “Si no hay una obligación, muchos equipos prefieren prescindir de las mujeres en el fútbol”, agregó La Silla Vacía. 

Henry Parra, uno de sus entrenadores, hace énfasis en que, “en el fútbol amateur es muy buena la evolución, por la cantidad de torneos, pero a nivel del fútbol profesional colombiano no hay evolución y esto sucede porque no hay inversión”. Iliana Izquierdo, compañera del equipo de Mariana, coincidió con él: “hace falta apoyo por parte de los clubes, dirigentes y medios de comunicación. Que poco a poco se vayan perdiendo esos estereotipos que rodean a la mujer futbolista”.

Zamorano añade que “a las personas les gusta ver un fútbol de nivel, y eso se gana en los entrenamientos, es parte de tu disciplina. Por eso, los equipos deben tener una buena base, deben entrenar para mejorar y así empezar a darnos a conocer frente al mundo”.

Por: Valentina Aponte, Daniella Burgos 

@17_amv  @Dburgos01