Yo Opino

Una mira personal a las cosas del mundo

La comunicación desde
los universos paralelos.

Autor: Pedro Pablo Aguilera

Todo acto comunicativo es polivalente y transmedial. Es una acción comunicativa compleja y esencialmente intersubjetiva como plantea J. Habermas (2000) en una sociedad que descentralizada de los centros de poder hegemónico siguiendo a Z. Bauman  (1999) y a  A. Gramsci (1981).

La comunicación hoy día, es un proceso disruptivo pero a la vez, autorregulado bajo el accionar de una tecnología que algorítmicamente impone una agenda de flujos informativos bajo las tendencias de ·#hashtag o etiquetas dándole a los ciudadanos una sensación de autonomía e independencia pero a la vez aun cuando cada día somos más los que estamos conscientes de que todo acto comunicativo es un acto de manipulación consensuado mayormente, sin negar que somos más escépticos y críticos ante los procesos comunicativos dominantes que son los de las redes sociales (RRSS).

Desde este punto de vista, la comunicación es posible verla no como procesos lineales como Shannon y Weaver (2017) o bajo un determinismo estructural al estilo de Marín Serrano (2008) sino como interacciones y resonancias emocionales entre fuentes estructuradas o aleatorias multiplicadas exponencialmente desde múltiples canales.

Toda fuente – individual o de una organización -, actúa en el ecosistema comunicativo como fuente dialogante como una cuerda o filamento en una red de redes comunicativas tangibles e intangibles a todos los niveles.

El presente demuestra que ciertamente transitamos en una sociedad liquida a decir de Bauman y ello se refleja  en el quiebre definitivamente las estructuras de poder y organización comunicativo imponiéndose un mundo cada vez  más fragmentado, atomizado que se refleja en la construcción de un multiverso comunicativo en concordancia a la teoría de los multiversos en física y cosmología ya que en el campo además del universo comunicativo  físico en familia, universidad, trabajo, grupos de amigos, espacios públicos es sincrónico, concreto y en tiempo y espacio unitario; hay universos digitales, virtuales, intangibles, donde se rompen las nociones de espacio-tiempo, sincronía e identidad única. Es decir si existimos bajo leyes, principios de universos diferentes comunicativamente.

Somos una sociedad en con un alto nivel de entropía donde la movilidad  narrativa es el signo del tiempo junto a la relatividad axiológica de los conceptos centrales de objetividad, verdad y verosimilitud. La realidad comunicativa es un multiverso textual de relatos bajo la dialéctica de significados y significantes de textos inacabados.

La comunicación hoy, hay que entenderla como plantea la teoría de las cuerdas Susskind, L ((2013), enfocada en las interacciones y resonancias emocionales entre las diversas fuentes del ecosistema comunicativo. Y no en la tradicional comprensión de la transmisión de información lineal, sino que ocurre en múltiples niveles y dimensiones, conectando a las fuentes a través de cuerdas invisibles que vibran para cada fuente en la medida que se active la emocionalidad-subjetividad.

Todos somos emisores. Todos somos canales. Todos somos receptores. Todos generadores de ruidos pero con una especial característica que en la multiplicidad de universos comunicativos. Existe una hegemonía del silencio en estado de latencia  ante los voyeristas que hemos aceptado en los nuevos universos comunicativos o la sobreinformación que recibimos de múltiples fuentes que desbordan nuestra capacidad de respuesta. El silencio  ante la multitud de fuentes aleatorias que hemos aceptado o nos “bombardean” son  como micropartículas en estado latente de mensajes que silenciamos o nos silencian. El volumen de tales fuentes está demostrado es enormemente alto frente a las resonancias-respuestas que generamos. Somos paradójicamente un universo de silencio fuente decisiva de conflictos y decisiones erradas pues el desconocimiento de la información no exime de la posibilidad comunicativa.

Lo social  está sometido a determinaciones comunicativas hipermediadas  que son una fuerza disruptiva en cada momento dentro de cada espacio-contexto de relaciones sociales tradicionales como la familia, la escuela, universidad, empresas, grupos de amigos, etc. La sociedad clásica con la tecnología se ha visto asaltada por actos comunicativos de fuentes intrusas o externas que desestabilizan estructura social desde vibraciones que aceptamos. La comunicación disruptiva ha cuestionado todo acto comunicativo legitimo en las estructuras legítimas de organización social con la presencia de cada fuente que aceptamos y atendemos a cada momento de la vida.

La convivencia tácitamente consensuada de fuentes aleatorias activas en cada individuo u organizaciones muestra la existencia de vibraciones que entendemos como actos comunicativos en proceso hoy día, conformar un entorno comunicativo, simbólico muy complejo por la cantidad y diversidad de mensajes sino por la casi infinita posibilidad de que estén presentes en cada momento de nuestra vida por los diversos dispositivos que son parte del universo complejo que denominamos semiosfera siguiendo al destacado semiólogo de la cultura Lotman (1996).

Lo social ha tenido un enriquecimiento de los espacios, tiempos, intereses, temas y posibilidad de desdoblamientos identitarios como nunca. Lo social se ha trasladado a lo digital ensanchando ese mundo clásico de familia, grupos. Hoy lo digital ha desdoblado lo social en lo físico-real y lo digital-creíble.

En cada acto comunicativo hay vibraciones ( [fuente-mensaje]-[fuente-mensaje]-[fuente-mensaje+[n]) que corresponden a otro acto comunicativo. El centro de la comunicación deja de ser emisores-medios-organizaciones-individuos para ser fuentes individuales, sin una agenda socialmente organizada. El orden comunicativo solo es comprensible desde la entropía con otros mensajes en un mundo algorítmico no por escogencia o encuentro social sino repito algorítmico.

La comunicación hegemónica hoy día está definida por un movimiento algorítmico inicialmente humano desde los centros tecnológicos pero con los desarrollos de la Inteligencia Artificial (IA), esta se hará independiente y autosuficiente desde un proceso de autoaprendizaje. Vivimos en una naturaleza múltiple: la natural que estamos acabando y en la que vivimos. La naturaleza humanizada que toda nuestra realidad resultada de la actividad humana que es la creada por la historia de la cultura y otra naturaleza que es la de la IA que está apenas creciendo pero va definiendo otra realidad.

La información es potencia comunicativa pero solo es acto a decir de Aristóteles, cuando vibran los filamentos de las cuerdas de las redes de cualquier multiverso. Entonces hay comunicación real. La información que no provoca resonancia queda en el silencio, en latencia – y repito es la que prevalece –  pero no es  una comunicación  en expansión ya sea bajo la lógica de la naturaleza humanizada tradicional o la de la IA.

Lo social se ha trasladado a lo digital ensanchando ese mundo clásico de familia, grupos. Hoy lo digital ha desdoblado lo social en lo físico-real y lo digital-creíble”.

Netflix mira la realidad ¿y nosotros?

La dominante empresa de streaming  Netflix  entrega dos miradas de la realidad política de nuestros tiempos. Son dos apuestas audiovisuales sobre un tema, la política vista desde el papel de los asesores y estrategas de comunicación.

“Queenmaker”

Por una parte está la serie surcoreana “Queenmaker” que se estrenó el 14 de abril de este año con 11 capítulos en su primera temporada. Es un drama sobre una campaña política, sobre el poder de la empresas e intrigas, pero en especial por el papel de una profesional de estrategias de comunicación en crisis y el de estrategias de comunicación política.

Foto de  Queenmaker de Netflix

Destaco el rol central de la mujer en esta serie en donde desde un guion sólido que escribiera y dirigiera Oh Jin-Seok conocido como OBON quien es también bailarín, músico y Rapero.

Más allá de la barrera que significa la cultura coreana, la historia nos muestra diversas situaciones críticas, éticas de un comunicador en rol de relacionista público o estratega de campaña. Algo, en donde estudiantes y egresados de nuestra facultad, podrán verse comprometidos en estas próximas elecciones. Recuerden el arte es una forma de narrar la vida.

“Irresistible”

La otra oferta de Netflix es el filme norteamericano, “Irresistible”. Una sátira política que se estrenó en salas en 2020 goleada por el COVID-19 y que se reestrena el 12 de abril de este 2023 en la plataforma de streaming con éxito.
Foto: Cortesía Focus/Features

La trama y la dirección son de Jon Stewart quien es además comediante, actor, presentador de televisión, escritor, periodista, productor y comentarista político.  Este género es su punto fuerte ya que es considerado un pionero de la “sátira de noticias” que parodia a los expertos de los medios y figuras políticas.

Este filme se centra en el trabajo de un estratega político que identifica un potencial candidato para el partido demócrata en una zona rural profundamente conservadora. Desde la comedia se muestra la construcción, manipulación, papel de la comunicación por el control político de una alcaldía.

En ambos casos  tenemos dos miradas al papel de los medios, de los comunicadores como  constructores de opinión pública y de liderazgos. Son dos géneros, drama y sátira políticos. Son dos protagonistas una mujer y un hombre. Dos contextos el coreano y el norteamericano.

El reto también lo tenemos acá en Colombia, en este año, en un país, que se reajusta políticamente entre un cambio y una tradición política. En donde no renuncia a prácticas comunicativas más oscuras que van desde las calumnias, ataques personales hasta las fake news y la guerra sucia en redes sociales. El todo vale, vale.

Llamo la atención a cada estudiante, a cada a ciudadano a mirar críticamente los medios. A todos. Comprender la política más allá de lo que vemos es parte de la comprensión lineal de la vida. Hay muchas historias cruzadas. Por ello, analizar los medios es no una moda o una coyuntura, es parte de la cultura de estos y de todos los tiempos.

Una foto, la AI y sísifo

Cada día el ejercicio de la comunicación tiene más riesgos.

A la comunicación se le abren nuevos retos. También hay más recursos.

Hoy  tenemos una “máquina del tiempo” con la IA  con la cual decidir qué, cómo, dónde y cuando ocurrirá algo.

La IA puede construir una realidad falsa. Un universo paralelo en forma muy verosímil, pero falsa y engañosa.

Esto  sucedió con la foto de Donald Trump detenido, que fue una simple solicitud de Eliot Higgins al aplicativo generador de imágenes con inteligencia artificial MidjourneyI

 

¿Pudiera repetirse la historia de Orson Wells con la Guerra de los Mundos en los años 30 en la radio, que provocó pánico colectivo en los EEUU? (Te puede interesar)[i]

El escándalo de la foto falsa  como simple juego fue más tentador que la VERDAD. La reacción de quiénes  interactuaron sea por travesura, premura excesiva o irresponsabilidad fueron tendencia mundial aunque siempre se dijo en un comienzo que era una falsa foto, pero no hay pero ciego que el que no quiere ver.

Sin duda falta una lectura crítica, de alfabetidad digital, pero también es la banalidad de los tiempos.

Algo que ha sido descrito por Zygmunt Bauman con la Modernidad Líquida y Mario Vargas Llosa con la  Civilización del Espectáculo en donde dijo “…el primer lugar en la tabla de valores vigente lo ocupa el entretenimiento, y donde divertirse, escapar del aburrimiento, es la pasión universal…”

¿Tendremos que establecer límites al uso de la inteligencia artificial?

Por ahora varias empresas de IA como Midjourney, la creadora de la imagen  mencionada y Stable Diffusion  prefieren autorregularse.

De hecho, el nuevo Bing fortalecido con Chat GPT  está haciendo procesos  de autorregulación en determinados temas y solicitudes de imágenes atendiendo a lo que es “correcto” o no.

La pregunta es: ¿Iniciaremos  y en que forma otra Santa Inquisición?

El  problema de la regulación, censura, control de la información no es nuevo. Siempre ha existido. Ahora es contra la IA.

No duden que se dirá que no hay violación de los derechos humanos: libertad de expresión y creación. Eso es lógico porque es una IA, pero, la IA estaría violando la primera ley de la robótica de Isaac Asimov “Ninguna máquina puede dañar a la humanidad; o, por inacción, permitir que la humanidad sufra daños” y que muchos hemos visto en un filme “YO ROBOT” (2004).

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