Nota de la dirección: La siguiente columna representa exclusivamente el pensamiento de su autor.



Pascual Lezcano, un empresario y representante de futbolistas oriundo de Argentina, se ha vuelto célebre por ser el yerno y apoderado de José Néstor Pékerman, timonel de la selección de fútbol de Colombia.


Es tan importante este personajillo, que en el año 2011, cuando comenzaron las negociaciones de la Federación Colombiana con el técnico Pékerman, era Lezcano quien contestaba el teléfono y citaba a los dirigentes colombianos a las reuniones, también fue el que fijó el sueldo del estratega.

Pero la controversia comienza cuando la prensa se dio cuenta de que él representa a varios futbolistas que son llamados a la Selección, por nombrar algunos, Camilo Vargas, Carlos Sánchez, Carlos Carbonero y Juan Fernando Quintero. Estos dos últimos fueron vendidos a Europa después de su convocatoria; posterior a la venta, no volvieron a ser llamados a vestir la amarilla, azul y rojo.
Dicen las malas lenguas que su representado favorito es Estefan Medina, futbolista que no ha dado pie con bola en la selección y es infaltable en las convocatorias. Tanto es el poder de Lezcano que viaja a todo lado acreditado con el combinado patrio y vuela en el chárter con los dirigentes. Llama a ruedas de prensa, decide qué medios entran y cuales no; es más, el elige a los futbolistas que atienden a los periodistas.


Queda todavía bastante para llegar a Rusia y Colombia puede ir, siempre y cuando llamen a los jugadores que son, no andar poniendo por vender, pues es el equipo de todo un país, no un ‘negocito familiar’ de dos argentinos.

 

Francesco Zucconi 

  @ChescoZucco