Una bruja buena: Cuarta entrega

 “Nada me queda grande, a veces la lucha es dura, pero con la luz uno limpia lo que se atraviese”

‘Diana Lozano’* es experta en la llamada ‘magia blanca’, esa que combate los rituales negativos y  guerrea contra los conjuros y los maleficios. Desde hace medio siglo elabora sus ‘trabajos’, para beneficio de cientos de clientes que confían en ella. Por eso mismo reserva su identidad, para que los brujos no la puedan atacar ni afectar su don.

Con orgullo, asegura que sus ‘trabajos’ actúan eficazmente sobre la magia negra. “Ocultismo hacemos todos y el poder de la magia no depende de los ritos en sí, sino del que los practica. Yo llevo más de cincuenta años en esto y la verdad, contra mí ya prácticamente no puede nadie”.

Se ufana de hacer un trabajo limpio, contrariamente a ciertos brujos, que terminan engañando al cliente: “El que se quiera curar de cualquier maleficio, que se olvide del brujo de Corinto, que ese lo que hace es hacerle tomar a usted un bebedizo y se pone a hacerle masajes. Y termina es envenenándolo con esas aguas y esas yerbas”.

En ocasiones ha recibido a clientes en estado crítico, debiendo actuar de inmediato, aunque dice que lo ideal es poder interactuar primero con ellos. “Sé por experiencia que  primero tienen que calmarse y después uno sí actúa, aunque hay gente que me llega mala y me toca meterle mano rapidito porque sino, corro el riesgo de que se me vayan, eso hace que la gente confíe más en uno y lleguen más personas”, argumenta.

Atacar al brujo

Para Diana, de nada sirve enfrentarse al conjuro si el autor puede seguir afectando a la víctima. Entonces, “uno ataca esos rituales a través del brujo o bruja, primero se hace un recorrido espiritual, astral, donde la persona se mueve cuando duerme y ve qué entidades andan rondando. Esas entidades, que son las que ayudan al brujo o bruja, lo llevan a uno a esa persona, cuando el brujo es bien verriondo. Pero en otros casos es solo desbalance de energías”.

Confiesa que cuando empezó sí ofrecía prácticas como amarrar al ser amado, mejorar la fortuna o ayudar a conseguir empleo, pero que luego se inclinó por los temas espirituales: “Yo sí era de las que mandaba a sacar tierra de cementerios y a conseguir huesos de muertos para hacer lo que fuera, pero eso llevó a un deterioro muy verriondo de mi salud, porque me poseían espíritus, eso es agotador. Uno de esos espíritus poseyó a mi mamá y la postró en cama, la dejó sin comer y me la mató prácticamente. No la pude salvar porque en ese entonces yo era muy inexperta, entonces ahí uno se da cuenta de qué es lo bueno y lo malo para uno y para la familia”.

‘Diana’ reconoce que hay rituales muy efectivos, como hacer ‘ligues amorosos’, por lo que es difícil deshacerlos. Cuando sus clientes se sienten tentados por esos procedimientos les explica que “cuando una persona acude a un brujo para que le amarre a un hombre o una mujer al lado, lo que no se da cuenta es que esa persona ya no es la misma; el brujo lo que hace es que una entidad la posea y la vuelva sumisa para que le haga caso en todo lo que la otra persona diga. Esas entidades -que casi siempre son almas en pena-, de alguna manera sienten placer de vivir, así sea en ese estado de atontamiento del poseído; lo que uno entra a hacer es quitar esas entidades desde el astral, haciendo desdoblamientos y haciendo limpieza de auras para que regrese la persona”.

Los juegos de azar y las loterías

Según ‘Diana’, existe una explicación para entender cómo es posible ganar gracias a un ‘trabajo’: “Son entidades que, como viven en el astral, se anticipan a algunas cosas: ¿usted quiere tener un empleo, ganarse un chance o tener fortuna?, eso se puede hacer, uno como brujo se transa con la entidad, que le puede hacer un chance, porque como ellos ven lo que va a pasar, saben cómo actuar. Sin embargo, esas mieles duran poco, porque luego la entidad quiere poseer totalmente a la persona y para hacerlo, la hacen caer en desgracia; una persona doblegada y llena de problemas es más fácil de poseer, lo mismo con los ligues amorosos, en un momento la persona cambia totalmente cuando la entidad la quiere poseer completamente y aparecen los problemas”, asevera.

Finaliza revelando uno de sus secretos: no cobrar dinero por sus ‘trabajos’. “Ese es otro error de los brujitos, a uno le deben pagar el favor. Si usted cobra como si estuviera vendiendo empanadas, es muy complicado hacer algo bien hecho, porque si se pone a pensar uno en la plata, no hace lo que tiene que hacer. Pero si uno piensa, esto está duro pero lo importante es sacar esa entidad, liberar esa aura y limpia bien todo. Ya después la plata llega; además, la plata no es nada, lo importante son las personas.

*Nombre cambiado a petición de la entrevistada.

 

Por: Redacción Utópicos 

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