A sus 63 años de edad, Teresa Castillo es toda una experta en la preparación de la rellena, también conocida como morcilla.


Cuando tenía tan solo 12 años de edad ya ayudaba a su mamá, Imelda Castillo, en un puesto que tenía cerca de su vivienda, en Santander de Quilichao. Debido al éxito que su receta, Teresa decidió heredar las habilidades culinarias de su mamá y comenzó a preparar rellenas para la venta, pero de forma independiente.

Su amiga y vecina Sobeida Padilla la recomendó para que le dieran en  alquiler un puesto en la Galería de la Alameda, en la Ciudad de Cali, con el fin de que ella pudiera independizarse de su mamá y cumplir con su objetivo.

Ya tenía 20 años de edad (1971) cuando Teresa recibió el puesto: 6-99 en la Alameda. Sobeida ya trabajaba en otro restaurante de la galería. Después de que muriera Doña Rosa, su patrona, pasó a cocinar con Teresa.

“Teresa es de muy buen genio, pero se enoja cuando le dejan caer las ollas o no se  atiende a las personas rápido pero se le pasa el mal genio fácilmente, y más cuando yo la hago reír molestándola”, afirma Sobeida.

Ya cumplieron 43 años en el mismo sitio, al que se llega entrando a la plaza por la puerta principal, la de la Calle 26. Sus productos son tan reconocidos que desde diversos lugares de la ciudad llegan los clientes hasta la Alameda para disfrutarlos

Todos los días, salen juntas de Santander a temprana hora y llegan en bus a Cali, para estar a tiempo en su lugar de trabajo. Sobeida dice que Doña Teresa es como su madre, porque siempre está pendiente de ella y la lleva al médico cuando se enferma.