A partir de hoy www.utopicos.com.co publica una serie sobre la visita de Barack Obama a Cuba.
El otro día desperté riéndome de un sueño. Estaba conversando con Michelle, simplemente así, Michelle la esposa de Barack… Ella y yo conversábamos de Cuba en la Playita de 16, debajo del balcón de mi casa. De repente, escucho detrás voces que se fueron acercando, “mira y por qué no lo quieres y le quitaste la casa, lo tuve que traer conmigo” y acto seguido, “es que no nos deja tranquilos, pero a él siempre lo quisimos”…. Claro, me desperté al escuchar la respuesta de Raúl contestándole a Obama. Esto demuestra lo mucho que he pensado en este viaje, el de Obama, cuando llegue a La Habana, en la tarde del 21 de marzo.
Sí, será un viaje histórico, emblemático, simbólico, un gesto político de gran valor de quién ha dado cada primer paso por superar la Guerra Fría en nuestro hemisferio. Es algo que marcará un antes y un después, aunque en Cuba la realidad seguirá igual. Los cambios deben hacerse desde dentro, desde Cuba. Poco importa que Obama los visite por dos días y medio, en el Air Force One, algo así como la Casa Blanca o el Comando Militar Central de los EEUU con alas en La Habana, el primer territorio libre de América.
Obama reafirmará su voluntad política de normalización de relaciones, sus gestos ejecutivos han sido reiterados y continuos. Lo que queda del embargo es un conjunto de normativas que han sido de hecho eliminadas con cada medida emitida y el compromiso que tendrá la futura administración para derogarlo. Los intereses económicos se imponen entre ambos vecinos, separados por puntos de vista diferentes.
Cierto que queda la obsoleta base militar en Guantánamo que, estratégicamente, carece de valor pero humilla la dignidad del cubano. Cierto que la Ley de Ajuste Cubano favorece y privilegia al emigrante ilegal frente al resto del mundo, al concederle status de legalidad tan pronto llega a EEUU. No es justo cuando existen acuerdos de normalidad consular. Esta Ley debe tener los días contados.
Lo que no veo es en qué ha cambiado el gobierno cubano. No existen libertad de expresión, libertad de medios, asociaciones y partidos políticos independientes, no hay opción política legal que participe bajo las reglas de la política universalmente reconocidas por todos. Incluso, los residentes en el exterior no pueden ejercer el derecho al voto a pesar de que somos millones.
Obama, Raúl y Michelle tendrán días de multitudes en Cuba, pero no verán La Habana en sus abismales contrastes de belleza y marginalidad. Habrá esperanza y respeto expresados de forma espontánea, natural y amable por los habaneros. Quedarán miles de registros de fotos pero no sé si el general-presidente tendrá cuenta en Instagram para mostrarlas. Michelle y Obama sí.
PS: Dos cosas quedan con mal sabor:
1. Los humildes e incondicionales revolucionarios cubanos que tendrán que preguntarse por qué si durante décadas los obligaron a gritar insultos al imperialismo, hoy les piden guardar silencio ante el mismo que les enseñaron a odiar.
2. Fidel Castro rabiará silencioso, cuasi escondido en su mansión en Siboney (el Punto Cero) al no poder ser protagonista y perderse en su mirada apocalíptica de insultos, amenazas y ofensas.
La Playita de 16 seguirá allí y todos los sueños también.
Pedro Pablo Aguilera
@841790
SERIE #OBAMAENCUBA
PARTE 1:
OBAMA, RAÚL, MICHELLE, LA PLAYITA DE 16 Y EL VIAJE.
PARTE 2:
ENTRE LOS RECUERDOS DEL JUEGO DE PING-PONG Y EL JUEGO DE BEISBOL.
PARTE 3:
GOLIAT VISITA A DAVID: ENTRE EL REALISMO POLÍTICO Y EL FIN DE LAS ORTODOXIAS.
PARTE 4: