Nelly López es una de las decenas de pacientes con esta dolencia en la ciudad, tiene 80 años y hace diez fue diagnosticada, mientras se encontraba en Estados Unidos
A pesar de que vivió en ese país con su esposo durante 40 años, decidió empacar maletas y regresar a Colombia, no solo a seguir luchando contra esta afección, sino para reencontrarse con el resto de su familia.

MARCO PÁEZ

Como ella, más de cien mil personas en Colombia sufren de la Enfermedad de Parkinson. De ellas, se estima que cerca de seis mil viven en el Valle y unas cuatro mil en Cali.
Este mal degenerativo va afectando poco a poco las neuronas y los circuitos neuronales, alterando las funciones del movimiento.

Aunque los efectos más conocidos son los temblores involuntarios en cabeza y extremidades, existen otros síntomas que permiten a los médicos identificar el padecimiento.
“Aparecen tres síntomas con los que se podría sospechar: la rigidez, la lentitud del movimiento y los temblores”, explica la neurocirujana Iris González, del Hospital Universitario del Valle (HUV). Desafortunadamente, la mayoría de los pacientes llegan a su consulta cuando ya tienen la enfermedad avanzada.

Según un estudio publicado por la revista Acta Neurológica Colombiana (Vol. 27 No. 4 Bogotá Oct. /Dic. 2011), de una muestra de 83 pacientes en Cali, 72.3% eran hombres, edad promedio 71 años y tiempo promedio de enfermedad 5 años. El inicio de los síntomas en el 59.6% fue en la parte derecha del cuerpo, con evidencia predominante inicial de temblor en 51.2%. Los síntomas no motores hallados fueron: ansiedad 34.2%, trastornos depresivos 17.1% y del sueño 14.2%. Solamente el 3.6% tenía antecedentes familiares.

Según las estadísticas, la mayoría de los enfermos de Parkinson comienzan a sufrir de esta enfermedad después de los 50 años.

“Los estudios de diagnóstico del Parkinson incluyen medir con una tabla de grados y avances, pero además estudian aspectos relacionados con el cerebro y sistema nervioso central, que no son de movimiento, como la memoria o la capacidad de abstracción; existen distintas líneas de atención según qué tan avanzada esté la enfermedad, pero el primer paso siempre será la atención con medicamentos”, indica el neurólogo Germán Tolosa, quien labora en diferentes clínicas de la ciudad.

Aparte de los medicamentos y la terapia física, se están desarrollando otros campos de tratamiento del Parkinson con células madres como regeneradoras de células y tejidos.
Los avances también se enfocan en la nanotecnología, con nuevas fibras de carbono, lo que puede contribuir a la atención del paciente con la ubicación de un instrumento electrónico que se encarga de regular la comunicación eléctrica entre neuronas. Se denominan neuroestimuladores profundos y se calcula que se han puesto unos 250 mil en todo el mundo.

“Cuando hablamos de neuroestimulación, se refiere a dominar la vía que controla el movimiento y regularla mediante un impulso electromagnético que se realiza con una prótesis neurocibernética”, expresa Alfredo Pedroza, Gerente del Instituto Neuroquirúrgico del HUV.

Todos los tratamientos con medicamentos o prótesis eléctricas ya están disponibles en Colombia, pero más que todo en los sistemas privados de salud, lo que dificulta el acceso integral a ellos y son pocos los pacientes afortunados en recibirlos.

Entre tantos datos desalentadores, los pacientes con este mal encuentran una luz en la Fundación Parkinson de Colombia, con sede en Cali, ubicada en el barrio San Fernando.
“Es una labor difícil pues inicialmente, cuando las personas llegan no tienen muchas esperanzas de mejorar su calidad de vida, pero aquí con el Programa de reacondicionamiento físico y terapia psicológica, los pacientes presentan una leve mejoría”, comenta Juan Pablo Flórez, fisioterapeuta de la Fundación.

“Sentí un vacío muy grande, pues recordé el sufrimiento que padecieron mi madre y hermanas porque ellas también sufrieron de esta enfermedad durante quince años… yo, ya sabía de qué se trataba”, finaliza Nelly.