Durante 2014, los celos, la desconfianza y la inseguridad causaron la muerte de 250 personas en Colombia, mientras otras 85 decidieron suicidarse por desamor. Esto se debe al establecimiento de relaciones dependientes que cuando acaban, se cree que su vida también.


Alejandra Peña Mejía
@malejalccv

Michael, de 22 años, decidió suicidarse pero falló en el intento, dejando cicatrices no solo en su cuerpo sino en la conciencia de sus seres queridos. Pasado un tiempo, cuenta su historia entre risas y lágrimas; aún se observa en sus ojos el vacío de su corazón.

¿Qué significó para usted esa relación?

Ella era todo para mí, me escuchaba, sabía qué responderme o qué decirme. Ella era única, pensé que me amaba, era loca, extrovertida y siempre sonreía, quizás eso era lo que más amaba y odiaba de ella. 

¿Por qué terminaron?

Empezamos a actuar diferente, siempre me culpaba de todo, me obligaba a hacer cosas que no quería, pero debía hacerlas para no fallarle. Ahora que me escucho suena estúpido. Un día discutimos y dijo que no quería saber nada de mí, estaba cansada; insistí de tal manera que volvimos, fue ahí cuando entendí que no podía obligarla a estar conmigo. Terminé con ella con la esperanza de que volviera, pero ha pasado un año y jamás regresó.

¿Cómo fue asumiendo la ruptura?

Al principio fue fácil, creí que volvería, pero al pasar unas semanas estaba con alguien más y eso me destrozó, sentí que me derrumbaba por completo, no supe qué hacer, un vacío y un frío pasó por todo mi cuerpo, así que decidí irme para mi casa. En el camino me decía “yo no lloro”, maldita frase, los hombres no lloramos. Sentía rabia, me odié a mí mismo, sentí que yo tenía la culpa de todo, no podía vivir sin ella, nada tenía sentido, así que prefería estar muerto, quería dormir y jamás despertar. Pensé que debía parar ese dolor, no podía seguir viviendo, no lo merecía. Sentí miedo, pero era más fuerte mi dolor, vi mi botiquín lleno de medicamentos, no lo pensé mucho y empecé a tomarlos, tomé tres pastillas para dormir, temblaba pero sabía que finalmente el dolor se iría. Desperté en un hospital y lo único que recuerdo es el miedo y la rabia que aún tenía.

¿Cómo pudo superar esta situación?

Ha sido muy difícil, empecé con tratamiento psicológico y medicamentos, el apoyo de mi familia fue lo más importante, había alejado a todo el mundo, pero volví a salir.

¿Qué consejos les daría a quienes están pasando por esa situación?

Pedir ayuda profesional, hablar con alguien es la mejor opción.

La ruptura amorosa lo desmoronó tanto que pasado un año, no ha podido reconstruir su vida. Hoy se encuentra mucho mejor, pero sigue recibiendo ayuda psicológica y vive con el miedo de volverse a enamorar, pues su experiencia lo marcó de por vida.

¿Cómo superar una ruptura amorosa?

– Desahogarse: Llorar, gritar y hablar de cómo te sientes hará que estés más tranquilo.
– Ejercitarte: Liberamos endorfinas que nos ayudan a sobrellevar la ruptura, de igual manera ayuda a aumentar nuestra autoestima.
– Cuídate: Verse mejor físicamente ayuda a que tu inconsciente interprete que estás mejor.
– Sonríe: Estudios recientes demuestran que si sonreímos nos hacemos creer a nosotros mismos que estamos bien.
– Distraerse: Salir nos ayuda a mantener la mente ocupada, lo que hace olvidar la ruptura por un rato.