En la sala de sistemas Hellen Keller de la Biblioteca Departamental hay seis personas, todas concentradas en un trabajo que realizan en los computadores. Saludo con un muy buenos días y nadie me mira. Pregunto por Juan Gabriel Soto y una voz responde ¿quién lo necesita?… una situación extraña para quienes nos relacionamos con videntes.


Luego de la incertidumbre inicial, me dirigí a todos para invitarlos a un interesante curso sobre historia del cine colombiano.

El Taller de Cine Incluyente, realizado por la Universidad Santiago de Cali para personas con discapacidad visual, ha sido la oportunidad para conocer a estos seres humanos y la forma como se las han arreglado para llevar sus vidas de manera eficaz. No conocía la apropiación que tienen de las nuevas tecnologías y el aporte que éstas hacen a sus existencias.

En esta ocasión, estos funcionales diversos pudieron apreciar obras cinematográficas gracias al sistema de audiodescripción de las películas proyectadas. Esta técnica consiste en compensar la carencia de captación de la parte visual contenida en cualquier tipo de mensaje, suministrando una adecuada información sonora que la traduce o explica, de manera que el receptor (discapacitado visual) perciba dicho mensaje como un todo armónico y de la forma más parecida a como lo percibe un individuo que ve.
Los asistentes al taller escuchan con atención la película. Ríen, se sorprenden y la comentan al igual que los facultados para ver. Luego, en el debate, Juan Gabriel habla de otras experiencias del sistema de audiodescripción, como la realizada en Europa a películas y series televisivas, gracias a la norma UNE 153020 publicada en España en el año 2005.

Aunque los estudiantes de este curso de cine incluyente aplauden esta iniciativa por parte de la Universidad y de Min Cultura, algunos manifiestan que faltan políticas públicas que exijan a las casas de cine tratar las películas nacionales y extranjeras con procesos de audiodescripción.

MARISOL JORDÁN/ DOCENTE.