El boom de las barberías

El boom de las barberías

Autora: Diana Marcela Ante Vergara.

Facultad de Humanidades y Artes.

Galería fotografíca: freepik imágenes

Aproximadamente 123 barberías tienen abiertas sus puertas al público en el municipio de Yumbo. Los jóvenes han tomado este oficio como una alternativa laboral.

En los últimos años, el municipio de Yumbo -ubicado al sur del departamento del Valle del Cauca, en Colombia- está viviendo un auge comercial en lo referente a los negocios conocidos como barberías. Aunque, si se consulta la aplicación Google Maps, solo aparecerán georreferenciados unos 57 establecimientos de este tipo, lo cual no representa la totalidad de la oferta; ya que para el año 2023 se cuenta con 123 barberías activas, lo que representa un crecimiento del 42 % comparado con el 2019, según el Departamento de Estudios Económicos de la Fundación para el Desarrollo del Municipio de Yumbo FEDY.

Las barberías han marcado territorio, y se han convertido en un oficio de interés para los jóvenes en Yumbo. Algunos lo ven como un arte relacionando con lo que les apasiona, otros como una forma de generar ingresos y salir adelante. Pero todos coinciden en la satisfacción que sienten cuando terminan un trabajo y ven salir a sus clientes satisfechos y muy bien presentados.

Tener un negocio de barbería ha resultado ser atractivo para una gran parte de jóvenes yumbeños, debido a la gran cantidad de clientes que acude a estos lugares, lo que ha motivado la formación académica por medio de cursos y programas técnicos profesionales con la idea de montar su propio negocio para generar ingresos. Algunos comienzan por hacerlo desde su propia casa adaptando algún espacio dentro de ella.

“Hace aproximadamente unos 5 años decidí hacer un curso. Al principio, fue por hobbie pero después le empecé a coger gusto a la barbería; comencé a cortarle el cabello a amigos míos, familiares y en el año 2019 decidí centrarme en esto”, comentó Johan Valzo, propietario de Las Vegas Barbería. 

A pesar de que hay una gran cantidad de establecimientos, los barberos no consideran que esto sea motivo de rivalidad: “la competencia no existe. Lo que importa es marcar la diferencia haciendo un buen trabajo. A la gente le crece el pelo todos los días, así que no importa cuantas barberías haya. En este mundo somos como una familia, nosotros tratamos de ayudarnos entre todos para mejorar” explicó Kender Martín Moreno, barbero de la Barbería League. 

Varios usuarios han comentado que, aparte de un buen corte, esperan una buena atención por parte de los barberos: “uno elige la barbería por el ambiente, si no te sientes cómodo en un lugar, pues nunca vas a volver. También depende de cómo te trata el barbero y qué tanto se demora; además de cómo queda el corte” comentó Kevin Aranjo.      

Para los peluqueros y barberos cada día es un desafío encontrar nuevas formas de conseguir clientes, ya sea con los precios, la atención o la infraestructura del negocio. El propietario de la Barbería League confesó que, además de realizar un buen corte “uno trata de atraer a todo tipo de clientes con buena atención, educación, charlando con ellos, siendo aseado y tratándolos de la mejor manera para que se sientan cómodos”.

Las barberías han marcado territorio, y se han convertido en un oficio de interés para los jóvenes en Yumbo. Algunos lo ven como un arte relacionado con lo que les apasiona, otros como una forma de generar ingresos y salir adelante. Pero todos coinciden en la satisfacción que sienten cuando terminan un trabajo y ven salir a sus clientes satisfechos y muy bien presentados.

[1] Es una encuesta realizada a nivel nacional en Colombia, y dirigida a conocer la estructura y evolución de los micronegocios (empresas de máximo 9 personas), con el fin de recolectar información estadística en diferentes variables que permiten analizar el comportamiento de estas organizaciones.

[2] Es un método de conteo y caracterización de las personas residentes en Colombia, las viviendas y los hogares, que se realiza a nivel nacional cada 10 años aproximadamente, para obtener datos sobre la cantidad de habitantes, su distribución en el territorio y sus condiciones de vida

 

El propietario de la Barbería League confesó que, además de realizar un buen corte:

“Uno elige la barbería por el ambiente, si no te sientes cómodo en un lugar, pues nunca vas a volver. También depende de cómo te trata el barbero y qué tanto se demora; además de cómo queda el corte” comentó Kevin Aranjo. 

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Caracol africano en el Valle del Cauca: retos y control

Caracol africano en el Valle del Cauca: retos y control

Autor: Gladys Zamudio | María Constanza Cano Quintero (Facultad de Educación)

Facultad de Humanidades y Artes

Galería Fotográfica: Equipo de investigadores Objetivo # 3 proyecto de Caracol Africano, de izquierda a derecha. Dr. Rubén Varela (IP), Lida García, Gladys Zamudio, María Constanza Cano, Carlos Ramírez, Freiser Cruz, Nayibe Endo.

El Panel de Expertos denominado “Caracol Africano: retos para la prevención y el control” se realiza en el marco del objetivo 3 del proyecto de regalías de Ministerio de Ciencia, Tecnología e innovación denominado:“Investigación eco-epidemiológica de la plaga caracol gigante africano (L. fulica) y su potencial impacto en la salud ambiental del Valle del Cauca”; es una propuesta interdisciplinaria liderada por la Universidad Santiago de Cali, y el docente investigador Rubén Varela Miranda, cuya ejecución está en cabeza por la Universidad del Valle.

El propósito de este Panel fue la socialización de experiencias de éxito, prácticas de investigación y modelos de manejo integral de L. fulica, así como aportar en la identificación de parámetros para la elaboración de estrategias educomunicativas para el modelo de manejo integral de L. fulica. Esto, con el fin de incrementar los mecanismos de divulgación científica de las condiciones eco-epidemiológicas de la plaga caracol gigante africano (L. fulica) en el Valle del Cauca.

El proyecto “investigación eco-epidemiológica de la plaga Caracol Africano (l. fulica) y su potencial impacto en la salud ambiental del Valle del Cauca” se articula con el Plan de Desarrollo Nacional 2018 – 2022 “Pacto por Colombia – Pacto por la equidad”, a través de este proyecto se pretende incrementar el conocimiento eco-epidemiológico de la plaga caracol gigante africano en el Valle del Cauca, por lo cual se plantea:  

1. Incrementar el conocimiento de la historia natural del caracol gigante africano en el Valle del Cauca, 2. Caracterizar la presencia de parásitos y bacterias patógenas asociadas al caracol gigante africano en el Valle del Cauca, y 3. Aumentar los mecanismos de divulgación científica de las condiciones eco epidemiológicas de la plaga caracol gigante africano en el Valle del Cauca.

En este sentido, el propósito de este Panel fue la socialización de experiencias de éxito, prácticas de investigación y modelos de manejo integral de L. fulica, así como aportar en la identificación de parámetros para la elaboración de estrategias educomunicativas para el modelo de manejo integral de L. fulica. Esto, con el fin de incrementar los mecanismos de divulgación científica de las condiciones eco-epidemiológicas de la plaga caracol gigante africano (L. fulica) en el Valle del Cauca.

El caracol africano (L. fulica) es una especie invasora, en más de 60 países, clasificada como una de las 100 especies exóticas invasoras más dañinas del mundo por La Comisión de Supervivencia de Especies (CSE) de la Unión Mundial para la Conservación de la Naturaleza (UICN) [67, 100, 57]. En Colombia a pesar de las Resoluciones del Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial [111, 112], no hay leyes vinculantes para el manejo integral de L. fulica, lo que dificulta la asignación adecuada de recursos para su monitoreo, control, vigilancia e investigación, por parte de las Autoridades Ambientales.

En Colombia, las poblaciones de L. fulica han crecido permanentemente desde su primer reporte en 2010, debido a su enorme potencial reproductivo, su condición de polifagia y su amplia adaptabilidad a diferentes hábitats. En el Valle del Cauca, ha llegado a ocupar espacios en ecosistemas sensibles como el bosque seco tropical y zonas urbanas con alta densidad poblacional, presentado un gran riesgo a la biodiversidad local como aves rapaces, pequeños mamíferos silvestres, mascotas y caracoles nativos. L. fulica se asocia con lotes baldíos, botaderos de basura, acumulación de escombros y en las fronteras agrícolas. 

En estos sitios L. fulica coexiste con ratas, que son los hospederos definitivos de los Angiostrongylus, lo que aumenta la probabilidad de ser L. fulica un portador de nemátodos y de bacterias. Lo anterior se conjuga con el incremento de las capturas y el número de lugares colonizados. Por ejemplo, para Cali, el DAGMA reporta actualmente una alta presencia de L. fulica en sus 22 comunas y corregimientos, superiores a 800 mil individuos capturados en búsquedas no activas durante los últimos tres años, lo que sugiere un alto subregistro. (Tomado de Documento Técnico de proyecto de Investigación, presentado al Ministerio de Ciencia, Tecnología e innovación)

Participantes e invitados

Los asistentes y participantes del Panel son profesionales de reconocida experticia en el tema del caracol africano o en plagas y sus efectos en la salud pública, la biodiversidad y la seguridad alimentaria en el Valle del Cauca. Fueron invitados los sectores de Academia, Ambiente, Sociedad Civil, Sector Público y Empresa Privada, con el fin de socializar sus experiencias y conocimientos al respecto.

En el Valle del Cauca, ha llegado a ocupar espacios en ecosistemas sensibles

como el bosque seco tropical y zonas urbanas con alta densidad poblacional, presentado un gran riesgo a la biodiversidad local como aves rapaces, pequeños mamíferos silvestres, mascotas y caracoles nativos. L. fulica se asocia con lotes baldíos, botaderos de basura, acumulación de escombros y en las fronteras agrícolas. 

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Conozca las estufas que mejoran la calidad de vida de los campesinos en el Valle del Cauca

Conozca las estufas que mejoran la calidad de vida de los campesinos en el Valle del Cauca

Autor: Juan Pablo Guzman.

Facultad de Humanidades y Artes

Miles de campesinos en el Valle del Cauca se sienten felices gracias a que hoy pueden cocinar en estufas modernas de leña que no generan humo que afecte los pulmones.

Se trata de una iniciativa liderada por la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca, la CVC, que genera miles de sonrisas e invita a la preservación del medioambiente.

“Estas estufas pensadas exclusivamente para asentamientos sociales en condición de ruralidad, ha traído muchas alegrías a los hogares vallecaucanos. En nuestro caso de la Regional Suroccidente, para este 2023 vamos a construir un total de 100 en los municipios de Vijes, Jamundí, Yumbo y zona rural de Cali”

Las estufas son construidas por funcionarios de la entidad ambiental en las casas de los beneficiarios a quienes se les dan charlas previas para aprender a cuidar los bosques. En Julio de 2023 la iniciativa ha beneficiado a familias de las zonas rurales de Cali, Jamundí, Vijes y Yumbo.

“Desde hace tiempo yo quería mi estufita, pero pues no había sido posible. Cuando me enteré que la CVC estababuscando beneficiados acá, me emocioné mucho y ahora que sé que me la van a empezar a construir, ya me imagino cocinando muchas cosas en ella”, expresó Gloria Patricia Fiori, del corregimiento de Quinamayó de Jamundí.

Para el caso del municipio de Jamundí, la CVC priorizó a 28 familias de la zona rural del municipio, 18 del corregimiento de Quinamayó y 10 del corregimiento de Chagres, para que se beneficien del proyecto de estufas ecoeficientes.

“Estas estufas pensadas exclusivamente para asentamientos sociales en condición de ruralidad, ha traído muchas alegrías a los hogares vallecaucanos. En nuestro caso de la Regional Suroccidente, para este 2023 vamos a construir un total de 100 en los municipios de Vijes, Jamundí, Yumbo y zona rural de Cali”, destacó el director de la Regional Suroccidente de la CVC, Carlos Hernando Navia Parodi.

De esta manera, para el municipio de Vijes, las 28 familias están establecidas en los corregimientos de Villamaría y Carbonero. En Yumbo también fueron seleccionadas 28 ubicadas en los corregimientos de Yumbillo, Santa Inés y La Buitrera, y para Cali, 16 en los corregimientos de La Castilla y La Paz.

“Hemos estado asistiendo a las socializaciones donde nos han explicado de qué se trata el proyecto, cómo funcionan las estufas y nuestros compromisos al aceptar este importante beneficio”, dijo Fidel Cerón Suárez del corregimiento de Yumbillo en Yumbo.

Se espera que con la instalación de muchas más de estas estufas se les pueda continuar mejorando la vida a los campesinos en la zona rural del Valle.

Para el caso del municipio de Jamundí

la CVC priorizó a 28 familias de la zona rural del municipio, 18 del corregimiento de Quinamayó y 10 del corregimiento de Chagres, para que se beneficien del proyecto de estufas ecoeficientes.

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[Cuento] Cristal roto

[Cuento] Cristal roto

Autor: Valeria Contreras.

Facultad de Humanidades y Artes

Recuerdo que yo, Onak, era un pulpo con una vida muy aburrida, hasta que conocí a Cristal, una hermosa sirena de ojos azules como el cielo, que trasmitían paz como un manantial, a diferencia de mí, vivía muy feliz en las profundidades del océano, la adoraba y la protegía con todo mi ser. Por razones que ni siquiera yo conozco, nos hicimos mejores amigos, aunque fuéramos como el agua y el aceite. A ella siempre le gustaba que yo la acompañara durante todo el día a hacer sus quehaceres, pero en especial, a limpiar el mar, porque Cristal decía que gracias a mis tentáculos, podía recoger toneladas de basura en un minuto. 

Era una cueva grisácea de más de diez metros de alto rodeada por anguilas eléctricas, pero su interior era más escalofriante aún, porque estaba decorada con piedras afiladas y mohosas que tenían cráneos de humanos en sus puntas, y al fondo había una roca hueca con un montón de frascos de muchos colores extraños y un trono hecho de huesos de animales, donde Cristal vio a una mujer muy anciana, sentada y tiesa como una estatua. Sin importar su aspecto, le contó todo lo que estaba sucediendo.

La limpieza del mar era algo que hacía poco tiempo habíamos comenzado a hacer, porque unos años atrás, cuando apenas empezaba mi amistad con Cristal. Las aguas de nuestro mar eran las más puras del mundo, pero apenas aparecieron los primeros rastros de los residuos de los humanos, mi amiga pensó que ocurriría una catástrofe que terminaría con toda vida existente en la Tierra y el océano, porque esto sólo significaba que los humanos habían comenzado a destruir nuestro hogar, algo que sería muy difícil de detener, porque actuaban como si fuesen los Dioses del planeta, no les importaba causar daño para alcanzar sus metas. Entonces, ella tomó la decisión de que limpiáramos el mar al menos una vez por semana.  Pero, con el pasar del tiempo nos tocó empezar a limpiarlo casi todos los días; eran tantos desperdicios que ya ni mis tentáculos daban abasto para recogerlos. Pero no solo era la cantidad de residuos lo que más nos preocupaba, sino el hecho de que los animales y los corales ya se estaban muriendo por envenenamiento e intoxicación.

Yo notaba que la situación empeoraba cada vez más, que los demás habitantes acuáticos no se daban cuenta de la gravedad de la situación, y que mucho menos eran capaces de imaginar las consecuencias desfavorables que esto podría causar; pero había algo peor: al ser una civilización con mucha autonomía individual -e ignorancia también- no teníamos forma alguna de reclamarle al presidente o a los gobernantes del Palacio de Justicia Ambiental Acuático, y como nadie hacía nada, todo el peso recayó en nosotros. Sabía que esto le causaba mucho miedo y enojo a Cristal, quien tenía muy claro que al comienzo de la existencia, los habitantes de la tierra y del mar habían hecho el juramento sagrado de no causarle ningún tipo de daño al hábitat del otro, pero este pacto había sido roto por los humanos y ahora no sabíamos lo que iba a pasar.

La frustración y el desespero de mi amiga por querer hacer las cosas que los demás no hacían para proteger a su hogar y mantener vivo el juramento era muy evidente; recuerdo que todo el día quería estar limpiando y además había intentado fundar varias campañas de cuidado del océano, pero todas habían fracasado porque nadie se interesaba en ellas. Por esto, en su momento de mayor desesperación, me dijo que la acompañara a visitar a Nimue, la hechicera del mar.

-Vamos, acompáñame, es por una buena causa- lo dijo como si fuese una niña pequeña pidiendo un dulce.

-No, Cristal, ya te dije que no- le respondí casi que regañándola, algo que ella notó.

-No me regañes. Sabes que no te pediría algo así si no fuese algo que deseo con todo mi corazón. De verdad quiero salvar nuestro hogar- dijo mientras se quebraba su voz -no me dejes ir sola- Lo dudé mucho, pero era mi amiga y no permitiría que fuese sola.

-Está bien- le respondí a regañadientes- es la última vez que te dejo hacer algo así.

Al escuchar que aceptaba acompañarla, se mostró muy entusiasmada y de inmediato emprendimos este descabellado plan. Mientras nos dirigíamos hacía la cueva, Cristal me contaba que había decidido ir, porque un extraño, al que se había encontrado hacía unos días, mientras hacía su habitual limpieza, le había dicho que en la cueva más profunda del océano se encontraba Nimue, la hechicera que había concertado el pacto entre los dos mundos. 

Nimue tenía poderes extraordinarios, incluso la capacidad de convertir a las sirenas o a los tritones en humanos y a los humanos en sirenas o tritones, algo que nunca nadie se había atrevido a hacer, pero mi amiga estaba decidida a eliminar el problema de raíz. Tenía que tomar la iniciativa que ninguno del Palacio de Justicia Ambiental Acuático tomaba: subir a la superficie para saber qué era lo que había causado que los humanos rompieran el juramento, para así poder remediarlo. Es que ella nunca pierde la esperanza ante ninguna situación, por más difícil que sea. 

Aún así, me atreví a decirle que no estaba de acuerdo con aquella idea loca; además, no podía arriesgar su vida de tal forma, pero mis esfuerzos por retenerla eran en vano; ella daba su vida por cuidar a su hogar y no había nada ni nadie que la detuviera. Al encaminarnos hacia la cueva de la hechicera sentí escalofríos, el camino era tortuoso, había muchas plantas y animales venenosos difíciles de esquivar, pero lo más horrible fue cuando llegamos a la cueva. Era una cueva grisácea de más de diez metros de alto rodeada por anguilas eléctricas, pero su interior era más escalofriante aún, porque estaba decorada con piedras afiladas y mohosas que tenían cráneos de humanos en sus puntas, y al fondo había una roca hueca con un montón de frascos de muchos colores extraños y un trono hecho de huesos de animales, donde Cristal vio a una mujer muy anciana, sentada y tiesa como una estatua. Sin importar su aspecto, le contó todo lo que estaba sucediendo.

-Gran hechicera Nimue, es para mí todo un placer presentarme. Mi nombre es Cristal de Blue- se dirigió a ella con un profundo respeto, pero no se inmutó- vengo aquí para ser la primera sirena en convertirse en humana.

Me percaté de que Cristal por fin había captado la atención de la hechicera.

-Quiero convertirme en una de ellas para saber qué está pasando en el mundo humano, porque no entiendo porqué rompieron nuestro acuerdo- se notaba el desespero en su voz- de verdad no entiendo la razón por la que están acabando con nuestro hogar y haré lo que sea para detenerlo.

Al ver la urgencia con la que le hablaba, la hechicera por fin le respondió.

-Veo que estás decidida- se quedó pensando un momento mientras miraba el suelo- también noto una gran fortaleza en tu ser, así que te ayudaré.

-De verdad muchísimas gracias- dijo Cristal tratando de no llorar de alegría.

Nimue preparó la poción de transformación, mientras Cristal seguía hablando de lo preocupada que estaba, así que ni cuenta se dio, cuando en un instante ya estaba lista la pócima. Los ojos de mi amiga se iluminaron cuando Nimue puso en su mano un vidrio muy resistente en forma de caldero de bruja, donde se veía burbujear un líquido espumoso verde brillante, pero se notaba que no estaba prestando atención a la explicación de cómo se lo debía tomar; solo entendió que tenía que subir a la superficie y cuando ya estuviera cerca de la arena debía beber el brebaje. Así fue como lo hizo.

La acompañé hasta la orilla del mar y la vi convertirse en una humana. Ella llegó a la tierra como los Dioses nos enviaron, no tenía ningún conocimiento de la vida terrestre o de sus habitantes, pero lo que sí tenía de sobra era fuerza y seguridad de sí misma.

-Gracias por ayudarme, no te defraudaré -me dijo con una gran sonrisa en su rostro.

-Lo sé, mi hermosa Cristal.

-Gracias por confiar en mí- dijo mientras se secaba las lágrimas.

-Siempre lo he hecho y siempre lo haré- le respondí en un murmullo.

-Nos volveremos a ver pronto, Onak.

Pero lo que ella no sabía era que esa sería la última vez que nos veríamos. Yo me seguí enterando de todo lo que estaba sucediendo en el mundo humano desde la llegada de Cristal a él, porque casi todo el día estaba merodeando por la superficie para escuchar lo que murmuraban los humanos que pasaban a disfrutar de los paisajes paradisíacos.

Los primeros días después de su partida, me enteré gracias a un grupo de amigos que hablaban de lo ocurrido durante la última semana, mientras organizaban su picnic en la playa. Una de las chicas dijo que se sentía muy feliz de que una sirena, o ahora humana, tuviera el atrevimiento de manifestar delante de todos su enojo por el rompimiento del acuerdo y su intención de querer arreglarlo, costara lo que costara, y comenzaron a recordar que el primer día, lo primero que hizo Cristal fue pedir indicaciones para llegar a la plaza central de la ciudad. Ya allí, le arrebató a un anciano un megáfono con un gran cono rojo, cansado de tener que sostenerse con una agarradera desgastada, rallada y sucia, por la arena de la playa que había acumulado de tanto tirarlo al suelo, por lo que ya era casi imposible sostenerlo. Pero, gracias a que era liviano, aún le servía al anciano para ofrecer su mercado de frutas frescas. Haciendo caso omiso a sus gritos de reclamo y amenaza, se paró en un pequeño estrado de madera que se encontraba en la mitad de la plaza, que estaba a medio construir porque sólo tenía una base inestable armada con clavos mal puestos y oxidados, y exclamó:

-Humanos, escúchenme. Yo soy Cristal de Blue, sirena de lo más profundo del océano. Hoy me he convertido en una de ustedes para decirles que han roto nuestro juramento; están destruyendo mi hogar. Así que exijo que se presente ante mí el responsable de esto.

La multitud se quedó perpleja y luego de unos minutos de total silencio, apareció un joven de gran porte.

-Querida Cristal, soy Tristán Klein, el gobernante de Illéa, el responsable del rompimiento del acuerdo.

-Ah… así que tú eres el responsable de la destrucción de mi hogar.  ¡Exijo que me des una explicación!

Tristán pudo ver la ira en sus ojos.

-Ctistal, primero quiero que te calmes, así no vas a poder escucharme bien- dijo para tratar de calmarla.

-¿Calmarme?- se enfureció más- ¿Cómo quieres que me calme si están matando mi hogar?

-¿Mejor por qué no te bajas de ahí y me acompañas a un recorrido por la ciudad para que te vayas familiarizando?

Cristal no podía pensar bien por el enojo que sentía, pero luego de unos segundos, se percató de que con esa actitud no lograría nada, así que, algo dudosa, aceptó acompañarlo. La conversación fue interrumpida por los abucheos de sus amigos hacia uno de ellos por haber derramado el jugo de naranja en el mantel.

No volví a saber nada de ella en siete largos meses durante los que volví a mi antigua vida aburrida, insuficiente vida tan aburrida, que no sentía ni el más mínimo deseo por saber lo que estaba ocurriendo allá afuera. Pero de lo que no me había percatado era de que la salud de los habitantes acuáticos y de las plantas estaba regresando de poco a poco, lo que sólo podía significar que los niveles de contaminación habían disminuido; por lo tanto, la basura se estaba reduciendo. Cuando noté esto sentí que mi corazón rebosaba de alegría porque mi mejor amiga estaba logrando su cometido. Ese mismo día subí a la superficie, con la esperanza de encontrar a alguien hablando de los cambios que se estaban logrando. Iban dos chicas cuchicheando emocionadas algo que al principio no lograba comprender, porque estaban algo lejos de mí, pero cuando por fin pude captar lo que decían me sorprendí mucho.

No podía creer que Cristal se hubiese enamorado del tal Tristán. No era que no me alegrara, tan solo no me lo esperaba. De lo poco y nada que alcancé a escuchar, así habían pasado las cosas: Cuando se fueron al recorrido por la ciudad, Tristán le enseñó la ciudad moderna que había podido construir gracias a los avances tecnológicos y le explicó que muchas veces es imposible llegar a aquel nivel sin contaminar la naturaleza, a lo que Cristal refutó de una manera muy inteligente y sofisticada, explicándole qué estaba equivocado y le expuso varias propuestas ecológicas para erradicar la contaminación. El joven, al escucharla, quedó encantado por su inteligencia, así que con el tiempo fue conquistando el corazón de mi amiga y ahora hacen una hermosa pareja y un excelente equipo, porque tienen la misma meta: restablecer el equilibrio del juramento. Sentía que mi amiga estaba viviendo su vida soñada.

Pero la ilusión, la paz y los días cálidos de cielo azul despejado, donde el sol sonreía, sólo duraron hasta el día en que escuché un rumor que quería que fuese solo eso. Lo que más me preocupó fue que lo oí de los habitantes acuáticos, porque para que algo llegara a los oídos de ellos debía ser algo muy serio o grave. Las sirenas y los tritones iban por ahí diciendo que Tristán estaba a punto de renunciar a su puesto de gobernante y a su vida con Cristal, para irse con otra mujer que había conocido en una de las campañas propuestas por mi amiga.

Durante un par de semanas no quise acercarme a Illéa por miedo a confirmar aquellos rumores, pero luego de unos días ya no los pude ignorar más, porque de un momento a otro, nuestras aguas se estaban contaminando de nuevo a una velocidad increíble. En ese instante supe que algo no estaba bien en la superficie, y lo más probable era que ese algo fuesen Cristal y Tristán, por lo que de inmediato me dirigí a la superficie.

Me sorprendí mucho cuando vi una multitud de gente merodeando las orillas de mar, muchos de ellos estaban señalando un acantilado con una gran preocupación, por lo que miré hacia donde sus dedos señalaban y vi que lo que realmente mostraban no era el acantilado, era la montaña de basura que había en él. Quedé muy aturdido, no entendía lo que decían las voces de los humanos, respiré profundo y traté de calmarme, pero seguía muy desconcertado, así que con mucho esfuerzo logré distinguir un chico que hablaba con la que parecía ser su abuela sobre lo decepcionados que estaban de mi amiga y de, al parecer, su ahora ex pareja.

Aquel chico me había confirmado los rumores; Tristán le había sido desleala ella y a su pueblo, ya que hacía un poco más de una semana se había ido con otra mujer a una ciudad lejana, por lo que toda la responsabilidad de Illéa recayó en Cristal. Pero fue algo que ella no pudo soportar por el gran dolor que sentía, su corazón estaba destrozado. Al parecer, Cristal también había abandonado los deberes que debía cumplir mientras ocupaba el puesto del gobernante, porque había caído en una tristeza tan profunda que no podía ni levantarse de la cama, pero también los había abandonado por la ira que sentía por la traición de Tristán. Cada vez que intentaba salir de aquel vacío, recordaba que él la había traicionado en una de sus campañas, así que de nuevo, por rabia y dolor, caía en la cama y se negaba a retomar su fuerza y voluntad de querer reparar el juramento.

Cristal ocultaba su dolor con egoísmo, se negaba a escuchar las protestas que sus habitantes hacían por la gran contaminación que había, tanto en Illéa como en el océano. Ya no haría nada para cambiar esto porque sentía que luego de dar todo por ellos y por el juramento, sus esfuerzos no valdrían nada y sus ciudadanos simplemente pisotearían su corazón, tal como lo había hecho Tristán. Así que mi amiga, cegada por su desconsuelo, olvidó todo lo que algún día quiso hacer.

Debido al ritmo de crecimiento y avance de la población, la producción cada vez aumentaba más, por lo que cada día había más basura y más contaminación. Los sistemas de gestión ambiental ya habían colapsado y nadie, además de Cristal, era capaz de dirigirlos, así que, como ya ni Illéa daba abasto, los ciudadanos comenzaron a deshacerse de la basura tirándola al mar, pero con lo que no contaban era que el océano tampoco iba a dar abasto, porque su producción era exagerada. Lo único que causaron fue que tanto los humanos como las sirenas y los tritones se enfermaran hasta morir lentamente, incluso yo ya me había comenzado a sentir muy débil, porque la comida que estábamos consumiendo estaba infectada de residuos tóxicos.

Ya el malestar que sentía no solo era por mi salud, sino por la pena que sentía por Cristal. Se me hacía imposible asimilar el hecho de que una chica risueña, llena de sueños y de fortaleza no hubiese podido sanar su corazón roto, pero lo que me impactaba aún más era que estuviese actuando tan vilmente. Y como era de esperarse, todo se volvió un caos. Los habitantes de Illéa y de las profundidades del mar, al ver tan crítica la situación, decidieron aliarse para desterrar a Cristal, porque no hacía nada por ellos y tampoco permitía que ellos hiciesen algo por salvar sus hogares. A la fuerza, entraron en su morada, la sacaron sosteniéndola de los brazos y piernas y la obligaron a salir de Illéa.

Mi salud para ese entonces iba en declive, pero lo que hizo que ya no tuviese fuerzas para seguir luchando fue enterarme de que mi amiga había quedado vagando por las ciudades como un alma en pena. Caminaba sin rumbo por las calles desoladas, oscuras y frías, con el que antes era su vestido vestido favorito, pero el que ahora se veía triste, porque había pasado de tener un color morado brillante a un morado descolorido por el sol y la lluvia. Tampoco tenía ya su voluminosa falda ni su ceñida cintura, que con el decorado de encaje en las mangas la hacía lucir esbelta, pues ahora, todo su vestido estaba rasgado, sucio y con rotos irremediables; era deprimente verla sollozando y murmurando el nombre de Tristán, su vida se había destruido por un amor que no valía la pena. Mi amiga, a la que cuidaba cual cristal, se había roto. Y un cristal roto no se repara.

Tenía la esperanza de que algún día ella recapacitara y se diera cuenta del daño que había causado, pero si esto llegaba a ocurrir, ya sería demasiado tarde y yo ya no estaría para consolarla y ayudarle a curar su corazoncito; mi cuerpo ya no tenía la suficiente salud para resistir. Sé que la muerte estaba detrás de mí, pero eso no es lo que me angustiaba, sino pensar qué sería de la vida de mi amada Cristal cuando viera la catástrofe que causó, porque mientras ella vagaba, los humanos estaban en guerra con las sirenas y los tritones, una guerra sangrienta y sedienta de poder. Definitivamente habían roto el juramento, ya no peleaban por cuidar sus hogares, ahora ambos mundos peleaban por poseer el puesto de gobernante y los habitantes acuáticos querían venganza por el daño que les había causado, pero además morir por la guerra. Morían a causa de la fuerte contaminación de los alimentos, del agua y del aire. Y lo que no sabían era que habían desatado una catástrofe irremediable.

Al ver el panorama apocalíptico, Nimue decidió revelar el secreto de la humanidad mejor guardado. Salió a la superficie y con capacidad de entrar en la mente de quienes quisiera, leyó un pedazo pequeño de pergamino arrugado y manchado por los tóxicos donde decía que si ya no quedaba ni un ser viviente en la tierra o en el mar a quien le importase el juramento, se desataría el fin del mundo. Las guerras no tendrán fin, la contaminación no se podría reducir ni retener y la muerte de todo ser vivo sería inevitable. “Esto será un castigo por romper el juramento, así que morirán lenta y dolorosamente”. Y ya estaba ocurriendo, pero yo no tendría que vivirlo por mucho tiempo, Cristal sí.

Pero lo que ella no sabía era que esa sería la última vez que nos veríamos

Yo me seguí enterando de todo lo que estaba sucediendo en el mundo humano desde la llegada de Cristal a él, porque casi todo el día estaba merodeando por la superficie para escuchar lo que murmuraban los humanos que pasaban a disfrutar de los paisajes paradisíacos.

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Autor: Luz Clarita Colorado Guerrero.

 

Freepik imágenes.

En un frío pueblo al sur de Colombia, había una noble, inteligente y bondadosa niña llamada Luciana, cuya madre, Elvira, permanecía en casa, ya que padecía una extraña enfermedad. Su padre trabajaba en la plaza del pueblo, vendiendo flores que él mismo cultivaba. Dicho pueblo se caracterizaba por sus lindos páramos, cultura y extrañas costumbres; una de ella se llamaba Caminada en Llamas, una tradición que se aplicaba cada vez que un individuo del pueblo osaba interrumpir la paz de este, ya sea robando o peleando. Este castigo consistía en hacer caminar descalza a la persona por un camino de piedras calientes.

Un día, Elvira estaba viendo su novela favorita, la de las tres de la tarde, cuando cayó al suelo mientras intentaba llegar al sillón. Por desgracia, estaba sola en la casa, ya que su esposo Felipe estaba en el trabajo y Luciana estaba en el colegio.

Promediaban las seis de la tarde, cuando Luciana y Felipe regresaron a casa y encontraron a Elvira todavía en el suelo, Inmediatamente, Felipe llamó una ambulancia y sujeto a Elvira en sus brazos.

-Luciana, busca el bolso de tu madre y verifica que su identificación este ahí.

-Sí, papá. ¿Crees que estará bien? Preguntó Luciana sollozando.

-No lo sé, hija. Apresúrate a conseguir sus cosas, cierra la puerta de atrás y hazme saber cuándo la ambulancia este aquí.

El paramédico entró velozmente para socorrer a Elvira y así llevarla al puesto de salud más cercano. En el camino, Felipe no dejaba de pensar en el miedo que sintió la vez que casi pierde a su esposa, en aquel tiempo la enfermedad de Elvira solo contaba con pocos casos en el país y los doctores no sabían cómo lidiar contra ella, era algo nuevo tanto para el personal médico como para la pareja. Ese mismo pavor recorrió su cuerpo mientras estaban siendo trasladados al hospital, la idea de perder a sus esposa y madre de su hija le aterrorizaba.

Luego de una larga espera, el médico finalmente dio respuesta sobre las causas de aquel desmayo: la enfermedad había avanzado rápidamente y la medicina que tomaba no le seguía haciendo efecto; por ende, le recetó un nuevo medicamento que era muy costoso.

–  Doctor ¿cómo está mi esposa?

– Señor Felipe, lamento informarle que la enfermedad de su esposa ha avanzado notoriamente, su cuerpo dejó de responder al medicamento y ahora necesita con urgencia esta nueva medicina. En el momento se encuentra estable, se le dará salida mañana al mediodía.

– Gracias doctor.

Tras esta triste noticia, Luciana lloró en su cuarto a escondidas de sus padres, pues era consciente de que la situación económica en la que estaban no era buena y el nuevo medicamento costaba mucho más que el anterior. En ese instante, aquella niña estaba siendo invadida por pensamientos que intentaban darle una solución a lo que estaba afrontando, navegaba a la deriva dentro de posibles opciones, pero nada le resultaba viable; la primera opción, era hacer postres para la venta, pero no sabía prepararlos, ya que Elvira siempre era la encargada de hacerlos, Luciana sólo ayudaba a pasarle los trastes; la segunda opción era conseguir un trabajo, pero estaba muy joven para ello y no le darían empleo en ningún lugar y la tercera opción, era ir por el medicamento a la farmacia y pagarlo cuando tuviera el dinero, pero no estaba segura si el tendero le permitiría, fue ahí cuando su padre le informó sobre su decisión, trabajaría más tiempo en la plaza para recolectar el dinero, pero sus intentos fueron casi nulos, ya que no vendía la cantidad de flores suficiente para reunirlo. 

– Luciana, hija, quiero hablar contigo.

– Si papá.

– Como sabes, tu madre ha empeorado, el medicamento usual ya no funciona así que debe tomar otro del doble del valor, por ende, trabajaré horas extras en la plaza.

– Esta bien, cuidaré a mamá al llegar de la escuela. ¿Se va a recuperar, cierto?

– Espero que sí, Luci.

Desesperada por ayudar a sus padres y hacer lo posible para que su madre mejorara, Luciana se encaminó hacia el parque principal del pueblo; en el camino encontró una farmacia, donde preguntó por la medicina que su madre necesitaba, y en un momento de descuido del tendero, Luciana agarró la caja y salió presurosa. Al darse cuenta, el farmaceuta empezó a gritar “¡ladrona, ladrona!” y de inmediato, las personas de las tiendas vecinas salieron a ayudarlo.

Al ver a la muchedumbre que corría detrás de ella, Luciana se detuvo; sin conmoverse, los aldeanos pudieron ver cómo rodaban las lágrimas por su rostro; la multitud, enfurecida, se preparaba para aplicar la tradición de la Caminada en Llamas.

– ¡pagaras ladrona!

– ¡Lo siento! Gritaba Luciana mientras era juzgada por el gentío.

– ¿por qué lo has hecho?

En ese momento, Felipe iba camino a casa, cuando observó el alboroto y descubrió que era su hija quien sería enviada por el camino de piedras calientes; al acercarse la escuchó en medio del llanto, cuando confesaba la razón por la que había robado el medicamento.

– ¡No quería hacerlo! Pero no tuve más opción, mi madre está muy enferma y no tenemos suficiente dinero para cubrir sus gastos, no quería robar, sólo no quiero que mi mamá muera.  Confesó Luciana.

Al oír su respuesta, conmovidos, todos decidieron que solo por esta vez no sería aplicada la tradición; sin embargo, Miguel, el hijo del tendero, no muy contento con esto, reclamó justicia, porque sentía que su padre había sido ofendido, así que pidió que el remedio fuera cobrado por el doble de su valor; preocupados al oír su petición, Felipe y Luciana pidieron que les fuera permitido pagar en el trascurso de la semana, mientras que el pueblo, afligido, hizo una recolecta para reunir el dinero.

– ¡¿Acaso están locos?! Exclamó Miguel. ¿Cómo es posible que la pequeña ladrona se salga con la suya? Entiendo su delicada situación, pero debe pagar por lo que ha hecho.

– Lo pagará, o, mejor dicho, lo pagaremos. Cualquiera podría estar en su situación. Gritó un hombre de la multitud mientras sacaba la billetera de su pantalón.

– Es cierto, no están solos en esta situación, niña linda. Apoyó la vecina Gladis.

Y en un parpadeo, el remedio estaba pago. Agradecidos, Luciana y Felipe regresaron a casa a cuidar a Elvira. Con esto, Luciana aprendió que a pesar de la situación en la que esté, siempre es mejor hacer lo correcto y nunca más volvió a robar.