El 8 de marzo de 1990, el M-19 -liderado por su comandante Carlos Pizarro entregó las armas en su campamento de Santo Domingo, Cauca. El presidente de Colombia Virgilio Barco firmó el tratado de paz y el Movimiento 19 de Abril dejó de ser un grupo armado, creando un partido político, Alianza Democrática.
En los acuerdos se concertó la elección de una Asamblea Nacional Constituyente, para el cambio de la constitución política. Además, la Asamblea promulgó el derecho al pluralismo de partidos políticos.
Análisis
Por: Jamir Mina Quiñónez @jamirlions
Sebastián Castillo Cuéllar @sebas_cuellar
ORÍGENES.
Para las elecciones del 19 de abril de 1970, el general Gustavo Rojas Pinilla se lanzó de nuevo a la presidencia, comicios que perdió con Misael Pastrana, al final deuna reñida disputa. Para muchos sectores políticos y sociales, esas elecciones fueron fraudulentas.
A raíz de la indignación popular por el supuesto robo, varios ex militantes de las FARC -encabezados por Jaime Bateman se unieron a representantes de la ANAPO, (movimiento del general Rojas) y conformaron un grupo insurgente al que llamaron Movimiento 19 de Abril.
Desde su inicio hizo acciones originales. La primera fue la creación de una campaña publicitaria en periódicos, con un espacio negro en el cual aparecían mensajes como: “¿falta de energía… inactividad? Espere”, “¿gusanos… parásitos? Espere M-19”.
Luego, el robo de la espada de Bolívar, el 17 de enero de 1974, cuando citaron al libertador: “No envainaré jamás mi espada hasta que la libertad de mi patria no esté completamente asegurada”.
En 1976, el M-19 conmocionó al país, al secuestrar al líder sindical José Raquel Mercado. En una decisión duramente cuestionada, lo ajusticiaron.
El país se encontraba –en el gobierno de Alfonso López Michelsen- en una crisis social; esto nutrió las filas del M-19, que se perfiló como un grupo insurgente muy popular. Aunque sus inicios tuvo como cuna a Bogotá, rápidamente se extendió por todo el país.
SU LUCHA.
La mayoría de sus acciones eran urbanas. Educados bajo las teorías marxistas, sus militantes exigían cambios en la forma de gobierno. Una de sus peticiones era una constitución política, para reemplazar a la que regía desde 1886.
En el gobierno de Julio César Turbay (1978-1982), el M-19 realizó operativos de propios del séptimo arte:
• El 31 de diciembre de 1978 sustrajo unas cinco mil armas del Cantón Norte (una guarnición militar), después de construir un túnel de 80 metros desde una residencia aledaña, lo que generó una fuerte reacción de las Fuerzas Armadas, que capturaron a más de 300 guerrilleros quienes –según se ha comprobado jurídica e históricamente- fueron torturados, por lo que recuperaron casi todo el botín.
La estrategia de guerra era producir golpes político-técnico-militares. “En la recuperación de las armas del Cantón Norte se hizo un estudio muy serio de la zona, se llevaron expertos, gente que conocía de ingeniería, trabajadores, maestros de obra que sabían cómo trabajar la tierra. Eso fue una vaina muy estructurada”, afirma Rodrigo Castillo, ex militante del movimiento.
• El 27 de febrero de 1980 un grupo al mando de Rosemberg Pabón se tomó la embajada de República Dominicana; entre los secuestrados estaba el embajador de Estados Unidos; con esta acción buscaban liberar a sus compañeros presos.
Su lucha también tuvo acercamiento a lo social; el grupo repartía mercados y medicinas en zonas marginadas, por eso ganaron respaldo entre los más vulnerable.
En 1983, el M-19 sufrió un duro golpe. Jaime Bateman murió en un extraño accidente aéreo en un viaje a Panamá días antes había propuesto diálogos de paz al gobierno de Belisario Betancur. El proceso de tregua y diálogo nacional se concretó año y medio después, pero se frustró por mutuas desconfianzas.
Para 1985, el M-19 tenía más de 900 miembros, su lucha había atraído a centenares de jóvenes. Ese mismo año dieron su golpe militar más controversial.
El 7 de noviembre, un grupo de 35 jóvenes comandados por Andrés Almarales asaltó el Palacio de Justicia de Bogotá, hecho que dejó un saldo de aproximadamente 80 muertos y una docena de desparecidos.
Esta acción se debió al rompimiento de los diálogos por parte del gobierno y al señalamiento al M-19 como principal responsable; “después del fracaso de los diálogos, todos los medios de comunicación les cerraron las puertas y no los dejaban explicar lo ocurrido, entonces buscaron la forma de hacerse oír por la rama judicial, ya que su denuncia era contra el presidente de la república por traición”, indicó una fuente.
DESMOVILIZACIÓN.
En 1989 se reiniciaron los diálogos con el gobierno de Virgilio Barco. Se pactó la desmovilización de la fuerza insurgente. Varios ex guerrilleros fueron asesinados por fuerzas de ultraderecha, entre ellos el propio Pizarro (dentro de un avión en pleno vuelo). Sin embargo, el grupo siguió adelante y hoy algunos de sus líderes están en el ruedo político, como Antonio Navarro Wolf, (senador electo). 24 años después, han demostrado que no hacen parte de la lucha armada y que le cumplieron al país.